jueves, 4 de junio de 2020

Pedro López Adorno


El tiempo se mide en silencios. Cuando pequeños nos asomamos por una vieja ventana y observamos el mar, nos abruma su belleza y su dolor de siglos.

Bienvenido poeta Pedro López Adorno a Claroscuro



Pedro López Adorno nació en Puerto Rico en 1954. 
Desde 1965 reside en la ciudad de Nueva York. Doctor en Filosofía y Letras de New York University (1982). 
Es poeta, crítico literario, novelista y antólogo. 

Como poeta ha publicado los siguientes libros: Hacia el poema invisible (San Juan: Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1981); Las glorias de su ruina (Madrid: Playor, 1988); País llamado cuerpo (Lima: Editorial Lluvia, 1991); Los oficios (Sevilla: La Cuerda del Arco, 1991); Concierto para desobedientes (Río Piedras: Editorial Plaza Mayor, 1996); El gran olvido -plaquette (Barcelona: Café Central, 1996); Cumpleaños –poema/plaquette (Nueva York: La Candelaria #10, 1998); Viajes del cautivo (Xalapa: Editorial Graffiti, 1998); Rapto continuo (San Juan/Nueva York: Ediciones Babel, 1999)- edición limitada de 78 poemas que representan un tarot; incluye caja de madera (obra del artesano puertorriqueño, Hipólito Figueroa) e ilustraciones de la grabadora puertorriqueña, Consuelo Gotay; Arte de cenizas/Poesía escogida:1991-1999 (San Juan: Instituto de Cultura, 2004; Opera ardiente (San Juan: Terranova Editores, 2009); Terapia perpetua (Rimini: Raffaelli Editore, 2018)- edición bilingüe español/italiano con traducción de Emilio Coco;  Arca de la desmesura (Granada: Valparaíso Ediciones, 2019; y Versión del que surgía (México: Editorial LaOtra, 2020). 

Aparece antologado en Nueva poesía latinoamericana (México: UNAM, 1999); Una gravedad alegre. Antología de la poesía latinoamericana al siglo XXI (Valladolid: Editorial Difácil, 2007); Puerto Rican Poetry: An Anthology from Aboriginal to Contemporary Times (Boston: University of Massachusetts Press, 2007); Jinetes del aire. Latinoamérica y el Caribe Poesía contemporánea (Ecuador/México: Mayor Books, 2008); Vapor transatlántico (México/ Lima: UNMSM, 2008) y Yunaites. Poesía en español en los Estados Unidos (Brasil: Lummer Editor, 2014), entre otras. 



*¿Quién es Pedro López Adorno?

   Un poeta que vivió sus primeros años frente al mar de Arecibo, Puerto Rico. Mi abuela materna me trajo a Nueva York cuando tenía once años. Desde entonces paso en esa urbe la mayor parte del tiempo.


*¿Cuál es tu definición de poesía?

   La poesía es la fuerza más auténtica y profunda que tiene el ser humano para acercarse a lo sagrado.


*¿Cómo fue tu primer contacto con la poesía?

   Mi primer contacto con la poesía fue el mar. Para ser más preciso, observando el Océano Atlántico desde una ventana de la cocina de la casa de madera en que mi bisabuela y otros familiares vivían. Tendría yo cinco años y creía que los colores del mar cambiaban por arte de magia. Pasaba horas contemplando esos hallazgos.


*¿Qué buscas y qué has encontrado en ella?

   Cada verso logrado es un atisbo de existencia. Llegar al poema, como bien ha dicho David Cortés Cabán, gran amigo y poeta que quiero y admiro, “como si tu escritura quisiera crear un lenguaje para revelar la intimidad del lenguaje mismo, como si intentaras retener la imagen que parece desvanecerse ante los ojos del lector.”


*¿Con qué palabra te identificas?

  Intensidad.


*Si la poesía no fuera tu forma de ser en el mundo, ¿cuál sería esa manera de andar por la vida?

   Intentaría ser pintor.


*Al momento de escribir, ¿cómo es tu proceso creativo, sigues alguna metodología, creas un ambiente específico para ese momento?

   La única metodología que sigo es la de nunca empezar un poema frente a la pantalla de una computadora. Por lo demás, cualquier hora del día, emoción, imagen, sonido, zumbido de palabras, pintura, lectura o música pueden generar el proceso. Lo esencial es mantenerse alerta a la señal. Ser poeta-antena todo el tiempo.


*¿Qué poetas recomiendas?

    Dante; el Arcipreste de Hita; Góngora; Sor Juana Inés de la Cruz; Valery; Huidobro; Vallejo; Neruda; Paz; Emily Dickinson; Pound; Eliot; Wallace Stevens; Walcott; Wislawa Szymborska. 


*¿Para qué la poesía?

    Para poder enfrentar los golpes que la vida nos da. Para entender que el lenguaje es misterio comunicante.


*¿Hacia dónde va la poesía?

    La poesía no va hacia ninguna parte porque es permanencia más allá de tiempo, espacio y materia. Con el advenimiento de las redes sociales y los festivales de poesía, el oficio mayor se ha enriquecido y se ha trivializado al mismo tiempo. La riqueza, como era de esperarse, es la increíble polifonía de discursos que el lector tiene a su alcance, pero, ante la abrumadora producción de poesía, ni los poetas ni los lectores sienten la necesidad de valorar críticamente los textos que leen o escriben.


*¿Cómo ha sido tu tiempo de cuarentena?

    Ya que he estado viviendo durante estos meses en el llamado “epicentro de la pandemia”, me he visto lidiando con el encierro domiciliario. He estado revisando poemas que creía terminados. No olvido mantener la fe de que, más allá de pandemias, la poesía siempre nos ofrecerá su terapia perpetua.



Pedro López Adorno 
selección de poemas 


DONDE ALUMBRAMOS DESPEDIDAS

¿Acaso no estaban bendecidos los pináculos?

Colapsó la gloria que durante siglos mantuvo oración con lo altísimo
anhelando volar en esa otra latitud parecida al misterio.

¿O acaso fueron las lágrimas de alguna materia inflamable (larva
de combustión oculta a los creyentes) lo confundido por plaga de
polillas atesoradas por la piedad de las estatuas?

Al parecer desconocemos del fuego su íntimo origen. La chispa
que quiso desfigurar los rosetones. Su lengua azul lamiendo arcos 
contrafuertes y cenizas.

Todo llega a su fin. 
Hasta el altar donde alumbramos despedidas.




Imán


Cuán creíble todo en la imperfección; cuán
decisivo su desliz.

Si decide uno oír pasan nubes y la lengua,
temible temblor, se transforma
en doncellez que envenena.

Cuán soslayable todo en la imperfección.
Si decide uno hablar el soplo 
vocación de humo.

Cuán defectuosa la traslación de la ternura a la hermosura.
Irrumpen metódicas las olas.
El ahora es barranco; el aquí 
una oscuridad llamada historia.

Hemos venido abrumados a bucear.
Alarmados.

Albercas de esplendidez. Leyes
de atracción en el vacío.




OTRA MANERA DE VIVIR


Cuidamos al dedillo las escamas
mientras Dios regresa entre los pájaros
a su afluente de asombros.

Otra manera de vivir.

Desaparece la brújula que otrora
conmovía al monte que exploró
nuestra niñez.

Reconozcámoslo: somos olas.

Llegar a la superficie permite redención
si el diluvio de la travesía
arroja en su descenso 

laberintos al mar
y rema con nuestro placer 
hacia las moradas prohibidas.




Labia


Líneas del hexagrama van volando.
Piezas de una partida inconclusa.
Aquí la montaña. Allá el mar o
viceversa. El universo reducido
a la captura de la dama y las hojas
de hierba al aroma del combate.

Enjambre de cielo tierra o voluntad
que por involución de imágenes zumba
su invasión. Indócil polen
cuando las sílabas descubren
la labia del labio en la porfía.

 Acaso rozan una fracción del umbral
que ahora deambula, se anuda,
reanuda el nudo. Corazón-nudo
o arsenal del habla al descender otra vez
por el blancor del infructuoso assai.
 Tálamo de tinta toda la odisea.




Pero la respiración. Every breath
you take. Así de simple
la implosión, la escaramuza
del milagro. Milagro de tobillos
en almíbar una vez más. Milagro
que pica y se extiende más
allá del perfil de lo amado.
Insula uterina peñasco fálico.

Se desdobla el puente 
entre tú y yo y las rocas
entre tú y yo y la altura.
Se vuelve el puente un dolmen. Bridge
over troubled water el intercambio de salivas,
la peregrinación del desarraigo.
Ascuas que del hexagrama vuelan. Volátil
discurrir para que dos coagulen
el leve asombro sombra de su polen.

No hurgues en ese fondo fondo el eslabón
si es llorar de tu lectura el objetivo.
La labia del labio el laberinto
si soltamos el nudo 
sobre el pergamino que uno adora.



Salomónico viaje mientras dure 
la presión sanguínea 
que zumba indócil su invasión.

Como en Blanco todo vuelve 
a las líneas del hexagrama en vuelo.
La labia del labio el simulacro.
Círculo su grata imperfección.





Selfie de la bestia

¿Cómo pretender humanidad
si en la canícula locura
cada tarde su ausencia
es un pozo de luz
que no sabe decirme quién seré?

                                                                        Pedro López Adorno 


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