viernes, 31 de mayo de 2019

Rudber Eduardo Gómez


Las esperanzas, las derrotas y de nuevo la esperanza brillando en la noche, una moneda con la que que te tropiezas en la calle, la mirada limpia de un desconocido.

Despojarse de todo para habitarse de nuevo, reconstruir la casa, abrir sus puertas y ventanas.
Y caminar libre.

Bienvenido Rudber Gómez al Claroscuro. 


Rudber Eduardo Gómez

Nacido en Neiva – Huila. Bibliófilo y librero. Licenciado en Filosofía y Letras, con experiencia docente de 20 años en los distintos niveles de educación. Miembro fundador del Colectivo Filosófico La Cigarra. Amante de la escritura, prepara su primer poemario, un libro de relatos en honor a su padre y una novela juvenil sobre la historia de Pitalito. Coautor del libro de poesía Trifolium (Ediciones El Magolo)

Comprometido con la cultura huilense. En proceso de metamorfosis.

Solo en esa calle fuimos libres 

                                                                       Aquel lugar donde fornicábamos
                                                                                                                       Es hoy una iglesia cristiana
                                                                                                          ¡Cómo empeora el tiempo las cosas!

Solo en esa calle fuimos libres.
No lo fuimos en los salones y corredores
del claustro escolar, donde cuerpos
más sucios que los nuestros
auscultaban el pecado.

Solo en esa calle fuimos libres.
No a través del teléfono
donde mi nombre eran otros
y los te amo silencios.

Solo en esa calle fuimos libres.
No lo fuimos en las oscuras habitaciones,
donde nuestra lujuria disfrazada de amor
se rió a carcajadas y lloró a cantaros.

Solo en esa calle fuimos libres.
Antes y después somos esclavos
de nuestras culpas y miedos,
de los otros y de nosotros mismos.


El trébol de cuatro hojas

Encontré en la noche
un trébol de cuatro hojas
¡Qué inmerecida fortuna
la de este errante bardo!

Como loto en derroche
apareció una Rosa rosa
¡Se es miope en la bruma
Y de noche todo gato es pardo!

Me olvidé del trébol
y su foliar cuarteto:
Fe, esperanza,
amor y suerte.

Me quedé con la rosa
y sus espinas:
Dolor, amargura,
mentira y muerte.

Pasó la primavera
marchita está la rosa,
el trébol sigue hermoso
con sus cuatro hojas.

¿Quién de nuevo encontrará el trébol?
¿Quién de nuevo se espinará con la rosa?

Es tan común la rosa que florece
en el camino, por su vera
¡Y el trébol de cuatro hojas tan extraño!

Se me olvidó
que las rosas solo aparecen en primavera
¡Y los tréboles todo el año!




Solidaridad

Llueve,
hasta el cielo lo sabe.



Frente a la tumba de mi amigo

                                                                                                          Para Alex Mario

Frente a tu tumba
entrañable amigo,
recorro en la memoria
los días de la infancia
en que éramos libres.

Hoy, la hermana Muerte
te ha apresado, silenciosa.

No te traigo plegarias ni flores.

Vengo a traerte mi Palabra,
mi abrazo festivo.

Vengo a traer tu mendrugo de pan Lazarillo,
los penales errados,
los goles vividos.

Te traigo mi Palabra,
mi canto de Cigarra
que pronto estará contigo.




Creo que nací viejo
Colecciono libros
billetes
monedas
estampillas
y derrotas.

Creo que nací viejo
Me detengo a observas las puestas de sol
y hablo a solas
conmigo mismo.

Creo que nací viejo.
Soy obcecado.
Hablo de política
filosofía
historia
y de literatos muertos.

Y aún así,
viejo como creo que soy,
viejo como soy,
soy un niño
que espera la muerte
como un regalo nuevo.

                                                                           Rudber Eduardo Gómez


domingo, 26 de mayo de 2019

Yineth Angulo Cuéllar


La voz, la memoria, la mirada sobre el río que ya no es, la mirada que llora sobre el río de la nostalgia, la nostalgia que invade y avanza sobre la ciudad, sobre los hombres. La palabra oponiéndose al olvido.

Bienvenida Yineth Angulo Cuéllar al Claroscuro 



Yineth Angulo Cuéllar

Es Licenciada en Lingüística y Literatura y Especialista en Comunicación y Creatividad para la Docencia de la Universidad Surcolombiana.

Poemas y textos suyos han sido publicados en el suplemento literario Pretextos y en las revistas Vorágine, Índice y Región y Cultura; Antología mayor de poesía Huilense (2009);  Antología poética Cuatro TablasPoetas de estos y otros lares (2012) y Mujeres al versoAntología de mujeres poetas del Huila (2013), Memorias del I Festival de Poesía de Neiva (2018) 

Orienta las cátedras de Cultura Huilense, Agustiniana y Riveriana en la Universidad Surcolombiana.


Yineth Angulo Cuéllar 
(selección de poemas) 


Canto a mi ciudad

                                        A la gentil calentana

Ciudad

voy por tus calles de nieve ardiente

camino por tu dolor, por tu silencio de años

me detengo en tus almendros empolvados

en tus esculturas de abandono.



Me baño en el río de odio que te limita

Que te encarcela

Me sumerjo en tu sueño de ser grande

Me deleito

con tus atardeceres y tus arreboles

Me pierdo en tus noches claras y frescas.

Voy por tu corazón, ciudad


Y no encuentro tu alma.



Nancy, la loca de La Toma 

Nancy, badea La Toma

con su cuerpo cicatrizado

Nancy inmune a las bacterias

en su ritual interior

toma su baño

purificándose en el Ganges

de su soledad



Nancy, con su piel

tostada por el sol

que bebe su desnudez

Nancy, tan delgada

tan inocente

tan libre



Nancy, los loros cantan para ti

a las cinco de la tarde.


Niños 

El aullido en la mirada de los niños
En sus palabras desteñidas
Heridas y rabiosas

Aprietan el gatillo
Imaginan la muerte
En la periferia de sus cuerpos
En las murallas invisibles de sus sueños

El gueto crece y se desborda
Imparable como río embravecido.



Palabra desnuda

Un escritorio, una lámpara
Una hoja en abandono
El ocaso de la mano
Que escribe y tacha
Borra, corrige
Y vuelve  a intentar.

El color de la tinta
El trazo
del bolígrafo
La pausa y el silencio
La palabra que se despeña en catarata
La palabra atrapada
Contenida
Esquiva

El acto de escribir
Sin ritual, sin sinfonías
Mudo. 

                                                       Yineth Angulo Cuéllar



viernes, 24 de mayo de 2019

Maximiliano Hünicken


En la vida nada queda al azar, todo hace parte de todo, de todo y de todos aprendemos y algo nuestro siempre queda en los otros. 

Una de las primeras personas que conocí en este mundo virtual y que hoy día hace parte del pequeño grupo de grandes y verdaderos amigos es Maximiliano Hünicken. Una persona honesta, una persona sencilla, que brinda su amistad sin egoísmos, que ama la vida profundamente, que la honra. Una persona de gran fuerza espiritual, de profundas raíces, de largos vuelos. 

Este espacio hoy es para él y dos poemas suyos que su madre, la Señora Nelly Beatriz Segura apreciaba con gran cariño. No hablan de ella, sólo son dos poemas que a ella le gustaban, y hoy están aquí, haciendo parte de Claroscuro.

Querido Max, gracias a vos... por todo. 




Hobbes



Y en tan fragosa esclavitud
Se sustenta tu naturaleza,
De psicológicos mecanismos
De impulsos que se entretejen
Con el hilo del recelo.


Y en tan revestida libertad,
De férreos cauces 
Hechos con la vanidad de aquella sangre,
Se determina el linaje de tu alcance.


Has de ser el embajador de un nuevo Estado;
Donde miedo, poder y desatino
Guían tus confirmados pasos.


Y en tan quebrada esclavitud
Has de sucumbir con tu honor,
Confundiendo a la virtud,
Con la astucia del rencor.


Has de revitalizar a tu Leviathán
Con las sirgas de un anzuelo,
Esta bestia descomunal
Signa el destino de tu gobierno,
No confundas a la perfecta sociedad
Con contratos hechos con el  humo de tu silencio.




La expiración


La expiración es el sello que lleva el hombre,
La limitación que lo circunscribe como ser temporal
Que busca la vida plena, en el efímero orbe,
Que enceguece a los hombres hacia lo superficial.


La expiración del hombre es una realidad, que lo atemoriza,
Porque en la naturaleza humana, persiste la finitud,
Porque en la vida del hombre hay miseria y aspereza,
Que a los hombres los dirige hacia una falsa plenitud.


¡Dolorosa caducidad, no envilezcas a los hijos de Adán!
Porque la vida es hermosa, en la tierra de los pecadores,
Pero no como en la morada de los que habitan la ciudad celestial
¡Grandeza divina, ilumina a la nobleza finita y elévala en la eternidad!


Una eternidad que San Agustín, enaltece porque en Dios encontró
La permanencia inquebrantable, la dignidad infinita de su presencia,
La sabiduría del que no es vanidoso, del que no es temporal y apariencia,
Del que vive la gloria con simultaneidad, y no con imperfecta consistencia.


La expiración debe ser vencida por la magnánima perennidad,
Que la Deidad nos brinda, para que no haya acabamiento
Para que el alma humana se enaltezca y alcance la veracidad,
Que sólo el corazón enamorado puede hallar como perfeccionamiento.


La perpetuidad es el nombre de la suma bondad,
El amor es la causa de la única verdad,
El hombre perfecto debe alcanzar lo que la vida terrena,
No le puede ofrecer, y que la mortalidad del óbito no destruya
La felicidad del hijo que goza de la sabiduría plena de la Divinidad.

                                                        Maximiliano Hünicken Segura



Maximiliano Húnicken Segura, Argentina, 1978.

Profesor de filosofía. Hace su tesis sobre Nietzsche y las segundas intempestivas.

Artista plástico no convencional. Dibujante en paint mouse.


Poemas y Ensayos suyos se publican en las redes sociales. 

miércoles, 22 de mayo de 2019

Sandra Uribe Pérez


El silencio sopesado, dosificado, insinuándose en los márgenes, en las hendiduras, diciendose, afirmándose, dando aire a las palabras. 

Bienvenida Sandra Uribe al Claroscuro. 



Sandra Uribe Pérez (Bogotá, 1972). Poeta, narradora, ensayista y periodista. Arquitecta de la Universidad Nacional de Colombia, especialista en Entornos virtuales de aprendizaje (OEI Argentina) y magíster en Estudios de la Cultura con mención en Literatura Hispanoamericana de la Universidad Andina Simón Bolívar. Ha publicado los libros de poesía Uno & Dios (1996), Catálogo de fantasmas en orden crono-ilógico (1997), Sola sin tilde (2003) y su edición bilingüe Sola sin tilde – Orthography of solitude (2008) y Círculo de silencio (2012). Algunos de sus poemas han sido incluidos en las antologías Oscuro es el canto de la lluvia (1997), Inventario a contraluz (2001), Poemas a Dios (2001), compiladas por Federico Díaz-Granados; al igual que en Quién es quién en la Poesía Colombiana de Rogelio Echavarría (1998) y Conjuro Capital Poetas Bogotanos (2008), Entra-Mar Tomo II, entre otras. Ha sido premiada en diversos concursos literarios y periodísticos en el país y en el exterior como el Concurso Nacional de Poesía “La poesía como una casa”, organizado por la Casa de Poesía Silva (Bogotá, 2011); ganadora del III Concurso Nacional de Libro de Poesía de la Universidad Industrial de Santander (Bucaramanga, 2012); y estuvo nominada al Premio Nacional de Periodismo CPB 2013, en la categoría de Investigación, Premio D’Artagnan (Bogotá, 2013). Sus poemas han sido traducidos al inglés, italiano, francés y estonio. Actualmente se desempeña como docente de la Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca (Bogotá).

Despedida

Para orquestar los cánticos del abandono

me sumo a la sílaba que calla

y hace fila ordenadamente en el podio de la muerte.

Me despido del aire,

de su áspera terquedad transparente

que no me es dado poseer.





Lo inevitable

El vértigo se detiene en la oscuridad.

Detrás de la ventana resplandece la bruma.



No tarda en inclinarse el silencio.

Ya viene el rostro de lo inevitable:

su minuciosa mirada

el alfabeto de lo que calla.



Todo es signo del canto que enmudece:



el vacío me descifra





Espera

Al poema se le agota el tiempo para escribirse.

El poeta se está durmiendo sobre la página.

Que el poema venga y se acomode para que el poeta descanse.

Que el poema no tiene toda la vida para ser escrito.

Que el poeta no tiene toda la muerte para esperar.


Embargo

He quedado endeudada
con todo el mundo
Vienen a mi habitación
a ver mis pertenencias
y me llevan a mí misma
que soy lo único que tengo-

Ahora ya no tengo nada.



Lenguaje imposible 

Es duro revelarle al alma su tosca desazón.
Es arduo trabajar a solas donde únicamente te
visitan las moscas, donde las palabras apenas se
miran por primera vez y ya se detestan.


Transformación 

Esta palabra
ha dejado de ser herida.

Las fisuras se despliegan.

Reinvento las fronteras
del silencio.


                                                                             Sandra Uribe Pérez