El silencio sopesado, dosificado, insinuándose en los márgenes, en las hendiduras, diciendose, afirmándose, dando aire a las palabras.
Bienvenida Sandra Uribe al Claroscuro.
Sandra Uribe Pérez (Bogotá, 1972). Poeta, narradora, ensayista y periodista. Arquitecta de la Universidad Nacional de Colombia, especialista en Entornos virtuales de aprendizaje (OEI Argentina) y magíster en Estudios de la Cultura con mención en Literatura Hispanoamericana de la Universidad Andina Simón Bolívar. Ha publicado los libros de poesía Uno & Dios (1996), Catálogo de fantasmas en orden crono-ilógico (1997), Sola sin tilde (2003) y su edición bilingüe Sola sin tilde – Orthography of solitude (2008) y Círculo de silencio (2012). Algunos de sus poemas han sido incluidos en las antologías Oscuro es el canto de la lluvia (1997), Inventario a contraluz (2001), Poemas a Dios (2001), compiladas por Federico Díaz-Granados; al igual que en Quién es quién en la Poesía Colombiana de Rogelio Echavarría (1998) y Conjuro Capital Poetas Bogotanos (2008), Entra-Mar Tomo II, entre otras. Ha sido premiada en diversos concursos literarios y periodísticos en el país y en el exterior como el Concurso Nacional de Poesía “La poesía como una casa”, organizado por la Casa de Poesía Silva (Bogotá, 2011); ganadora del III Concurso Nacional de Libro de Poesía de la Universidad Industrial de Santander (Bucaramanga, 2012); y estuvo nominada al Premio Nacional de Periodismo CPB 2013, en la categoría de Investigación, Premio D’Artagnan (Bogotá, 2013). Sus poemas han sido traducidos al inglés, italiano, francés y estonio. Actualmente se desempeña como docente de la Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca (Bogotá).
Despedida
Para orquestar los cánticos del abandono
me sumo a la sílaba que calla
y hace fila ordenadamente en el podio de la muerte.
Me despido del aire,
de su áspera terquedad transparente
que no me es dado poseer.
Lo inevitable
El vértigo se detiene en la oscuridad.
Detrás de la ventana resplandece la bruma.
No tarda en inclinarse el silencio.
Ya viene el rostro de lo inevitable:
su minuciosa mirada
el alfabeto de lo que calla.
Todo es signo del canto que enmudece:
el vacío me descifra
Espera
Al poema se le agota el tiempo para escribirse.
El poeta se está durmiendo sobre la página.
Que el poema venga y se acomode para que el poeta descanse.
Que el poema no tiene toda la vida para ser escrito.
Que el poeta no tiene toda la muerte para esperar.
He quedado endeudada
con todo el mundo
Vienen a mi habitación
a ver mis pertenencias
y me llevan a mí misma
que soy lo único que tengo-
Ahora ya no tengo nada.
Lenguaje imposible
Es duro revelarle al alma su tosca desazón.
Es arduo trabajar a solas donde únicamente te
visitan las moscas, donde las palabras apenas se
miran por primera vez y ya se detestan.
Transformación
Esta palabra
ha dejado de ser herida.
Las fisuras se despliegan.
Reinvento las fronteras
del silencio.
Sandra Uribe Pérez
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