viernes, 25 de octubre de 2019

Fausto Marcelo Ávila Ávila


La poesía se escribe desde el renacimiento, desde la renovación. A cada instante se muere, a cada instante se nace.  Hay cosas que ya pertenecen al pasado, al olvido o al recuerdo, hay cosas que nuestras manos van a tocar por primera vez. 

La vida, pese a todas las circunstancias, a todas las adversidades es un regalo. 

La poesía anuncia con su voz, con su coro de voces la vida. 

Bienvenido Fausto a Claroscuro. 





FAUSTO MARCELO ÁVILA ÁVILA (Bogotá,1970), empezó a escribir joven, en 1992 inició una relación de trabajo con la revista Ulrika y con el Encuentro hispanoamericano de poesía. En 1994 Hizo estudios de filosofía en la Universidad Nacional, en 1998, realizó la coordinación editorial del libro Juego Limpio de la corporación Nuevo Milenio, ese mismo año se empleó como escolta en una empresa avícola de Bogotá, En el año 2000 un accidente de trabajo lo obligó  a pensionarse, en el año 2001 realizó el taller de poesía de la Casa de Poesía Silva, bajo la dirección del poeta Juan Manuel Roca. A partir del año 2007 inició su experiencia en la pintura, la cual ejerce hasta el momento de manera paralela a la poesía, en 2018 se publicó su libro “Pequeño Dios de la muerte”, en versión electrónica e impresa, bajo el sello Editorial Babilonia, su obra pictórica ha sido reseñada por varios medios de prensa del país al igual que sus poemas y entrevistas en medios radiales nacionales e internacionales y medios electrónicos.





*¿Quién es Fausto Marcelo Ávila Ávila? 


Fausto Marcelo Ávila, es un hombre soñador, un curioso de la vida; un hombre que ha vivido y ha estado al borde de la muerte, y no pierde la capacidad de soñar y de curiosear; es un ser que sueña poder llevar un universo en un poema. Ante todo, es un hombre en formación, un aprendiz con enormes ganas de seguir aprendiendo. 


*¿Qué representa la poesía en tu vida? 

 Para mí la poesía es la vida, es la mañana el medio día y la tarde. La poesía es lo único que me impide morir, aunque ella misma es una muerte constante.


*¿Cómo es tu proceso creativo al momento de escribir?

Las ideas llegan, imágenes y palabras que voy coleccionando en papeles y libretas; luego las digito y con el tiempo vuelvo sobre ellas y cuando encuentro puntos de contacto armo un libro. Escribir es un gran rayo que cae en mis dedos y se vierte en el papel. Escribir no es difícil, el trabajo de escribir luego, borrar y quitar lo que sobra es el verdadero trabajo, es la diversión de jugar con las palabras, de encontrar música. Es un deleite.


*¿Qué poetas o escritores han influenciado tu escritura?

Bueno: son muchas las fuentes en la que me he nutrido. Indudablemente quien marca mi inicio en la poesía es Cesar Vallejo, cuando  leí Espergesia cerca de los 8 años en un libro de texto, mi cuerpo se crispo y dije en mi mente " yo quiero decir cosas como esas de ese poema" y desde entonces en medio de idas y vueltas llegué a conocer a los clásicos, los españoles: Miguel Hernández, Lorca, Juan Ramón Jiménez, todo lo de los primeros años de colegio secundario; con ayuda de un maestro leí a los ultraístas, a los malditos, a Bécquer, y así me fui nutriendo, luego comencé a leer colombianos, Ciro Mendía, Los nadaístas, posteriormente llegue por cosas de la vida a conocer a los miembros de la revista Ulrika, con ellos conocí la poesía contemporánea, y en el marco del Encuentro Hispanoamericano de poetas pude conectar con escritores muy interesantes. Ahí encontré la voz de poetas diversos. Por eso no puedo hacer una lista; me nutro de todo lo que puedo leer, desde filosofía, mecánica cuántica, la misma Biblia y lo que llegue.


*¿Qué buscas y que has encontrado en la poesía?

Gracias a la poesía aún estoy vivo. Aun pienso, y he conocido lugares y personas que han marcado mi vida como los poetas Juan Manuel Roca, María Mercedes Carranza, José Ángel Leyva. Gracias a estos últimos mi libro vio la luz en el 2018. Y hoy por hoy a muchos jóvenes escritores que marcan vanguardia.


*También eres pintor, cuéntanos un poco sobre esto. 

La pintura llegó a mi luego de sufrir un accidente (un disparo en la cabeza) me desempeñaba como escolta. Quedé con algunas secuelas: la epilepsia, durante varios años me sumió en una cama, sin poder leer ni escribir, y ante este atoramiento comencé a hacer pequeños dibujos basados en mis alucinaciones; con el tiempo le tomé amor a esto de hacer dibujos; quise aprender más, estudio diariamente en el computador lo que puedo sobre técnicas, dibujo, color e historia del arte. Me di cuenta que mi trabajo era cercano al Art-brut o arte marginal de Dubuffet y los surrealistas. 
Hoy en día recuperé la capacidad de leer y escribir y lo complemento con el trabajo de pintar a diario.  



Pequeño dios de la muerte 
(selección de poemas)

Dos pequeños 
Juguetean con sus risas, 
Se esconden
En los laberintos 
Del recuerdo 
Recogen flores
De su jardín inventado,

Dos pequeños 
Auguran
En un balde 
De arena
Castillos y temores, 
Canciones y soles 
Aletean con sus sombras 
Al aire de la tarde
Izan cometas 
Con cola de trapo 
Y patean
Pelotas ajadas
Heridas entre las rocas 
Del viejo parque

Dos pequeños 
Mi sombra y yo
Jugamos al escondite 
En las grietas de la vida



Vinieron con las manos llenas 
De un extraño licor
De su región
Con unas costumbres salvajes 
Lúdicas
Lujuriosas
Vinieron a darnos el pan 
De una ciencia nueva 
Un arte
Más difícil
Que montar en bicicleta 
Y se alejaron
Con sus manos llenas 
Marcharon
Hacia otro lugar 
En donde contaban 
Otras historias
Y otros hombres sabían 
Como lograr una 
Música alegre.

A nosotros nos dejaron 
Un sinsabor
En la boca


Por el East-river y el Bronx
García Lorca
Pasea la mirada
Entre muchachos 
Que cantan
Enseñando sus cinturas
Por el East-river y el Bronx 
Un hombre
Arrastra en sus ojos 
El olvido
Nadie nunca sabrá 
Que mítica bestia 
Le lamía las heridas 
De una ciudad
Sepultada
Bajo el olor a fábrica 
Y sudores ácidos,
Por el East-river y el Bronx 
García Lorca pasea su sonrisa 
Dejándola caer
Con la furia del poema



OPTIMISTA

Se levantó con ganas de vivir
Se alzó sobre sus dos patas
Y se golpeó la cabeza con un mármol 
Recordó que no tenía
casa donde lo esperara un plato de sopa caliente 
Alguien con quien hablar 
Solo era un hoyo
Dentro de otro hoyo
Un esqueleto atado al cuerpo 
No quiso vivir más
Y decidió
Dejar caer sus pétalos marchitos 
Para morir con dignidad.



Amanecí
Con la herida del sol 
En el párpado derecho 
El otro murió
En un combate
Con la luna pequeña
Un filudo cuchillo 
A la mano 
Energúmeno
De un solo diente 
Pequeño dios
De la muerte

                                                  Fausto Marcelo Ávila Ávila



1 comentario:

  1. Hola, me gustaron mucho los poemas. Felicidades al autor por este arduo trabajo.

    ResponderBorrar