jueves, 5 de diciembre de 2019

Juan Vicente Medina Cuentas


La poesía recurre a los recuerdos del poeta para parirlo y arrojarlo al mundo. El poeta con solo una  pequeña y brillante luz forcejea por abrir caminos. Va dejando atrás las sombras, las ataduras. 

La poesía es la madre que lo espera con los brazos abiertos.

Bienvenido Juan Vicente Medina al Claroscuro. 



Juan Vicente Medina. Tolú 

Abogado (Universidad de San Buenaventura, Cartagena) Especialista en derecho público (Universidad del Norte, Barranquilla) y Magíster en Derechos Humanos y Democratización (Universidad Externado de Colombia, Bogotá). 

Con la colaboración de unos amigos funda en el año 2004 el pliego literario El Capote. Miembro del grupo Anfiteatro de la ciudad de Cartagena. 

Primer puesto del concurso de poesía de la Universidad de San Buenaventura, 2005. Primer puesto compartido del concurso de poesía Terceros juegos florales de Sincelejo, 2005. 

Ha sido docente universitario y asesor en Memoria Histórica, DDR y Reparación Simbólica. 

En el 2006 publicó el libro “Dicha del musgaño” (Poesía, Ediciones Anfiteatro); “Para otro ojo conservo esta luz” 2018, (Poesía, Terrear Ediciones), tiene inédito el libro ¿Qué se hicieron los perros salvajes? (cuentos).



*¿Quién es Juan Vicente Medina Cuentas? 


Hay un niño que recibe los efluvios del mar en la temprana tarde. En el inmenso patio de la casa vecina se acongoja y se asombra. Son los primeros acercamientos con la complejidad y la elementalidad. El trompo que se estropea en las raíces del tamarindo, la niña enferma que emite sonidos guturales desde la habitación sombría, la anciana de pelo cano que te ofrece un mango, lo chachos de la cuadra. Maldad y bondad a un paso. Luego viene la escuela, el colegio, la carrera de derecho, la experiencia laboral en análisis del conflicto armado y la construcción de paz territorial. Y la poesía permanece en cada giro, quiebre, revelación, perdida. Es el mismo niño que hoy dialoga con Claroscuro. 


*¿Qué representa la poesía en tu vida?


Imagina este cuadro. Un adolescente está tumbado en una cama de lona. El sol que muere en el patio se cuela en medio de los calados e ilumina la habitación. A su lado hay un castillo de magazines literarios del Espectador, que en esa época dirigía el poeta Juan Manuel Roca. Los lee con avidez. Son cientos de ejemplares. Amarillos, húmedos, polvorientos. Todas las tardes dedica una o dos horas a pescar entre los mares de tinta una línea que lo libere de la modorra. Y la encuentra, se regodea, se hincha, se salva. Los magazines traen poemas, reportajes, cuentos, ensayos de diversas plumas. De Gutiérrez Girardot a Gil de Biedma. De Schopenhauer a José Manuel Arango. Eso representa la poesía en mi vida: una habitación que desde los trece años me prodiga dicha, comprensión, asombro, reflexión, libertad. 


*¿Cuál es o cuáles son tus obsesiones poéticas?


La infancia que arrastra una carreta llena de luces y sombras. Una madre que construye con palabras, hilo y aguja una generosidad sin precedentes que aún no alcanzo a digerir. Un padre que alimenta una memoria tan fecunda como la de Funes. Un padrino que se inmoló en los estertores del siglo XX. Todos los muertos cercanos y lejanos que me dejaron una palabra, una imagen, un olor clavado en la memoria. El aprendizaje de los ripios de los grandes poetas. El diálogo con la novela y el cuento. El cine que trastoca, por ejemplo, las pilatunas de Lars Von Trier. Las víctimas. Los victimarios. Los retos de mi tiempo. Allí van desfilando, una a una, mis obsesiones poéticas. 


*¿Cómo defines tu poesía o tu voz poética?


Es una búsqueda incesante por construir, palaustre en mano, una banca de concreto donde descanse la imagen volantona, los animales del ensueño, el sonido que te desacomoda, ese olor que te lleva directo a la casa de palma de los ocho años. Es una tensión placentera. Encontrar el punto preciso entre la imagen luminosa, terca, el concepto que no devora, la respiración equilibrada del verso y las palabras que se han ganado su presencia en el poema. 


*¿Con qué palabra te identificas? 


Me pides una y te doy cinco: Asombro, luz, horror, duermevela, musgaño. 


*¿Qué poetas o qué lecturas recomiendas?


En poesía: La isla en peso, de Virgilio Piñera; Versiones, de Eliseo Diego; Este lugar de la noche, de José Manuel Arango; Un Jardín y un desierto, de Giovanni Quessep; Lápidas, de Antonio Gamoneda; Agresión de las formas contra el ángel, de Héctor Rojas Herazo. En narrativa: Desgracia y Esperando a los barbaros, de Jhon Coeetze; Los detectives salvajes y 2666 de Roberto Bolaños; Las partículas elementales y El mapa y el territorio de Michel Houellebecq; El lugar sin límites, de José Donoso; Conversaciones en la catedral, de Mario Vargas Llosa. En filosofía: Todo Schopenhauer. 


*¿Consideras que la poesía es una herramienta necesaria en la formación, construcción y reconstrucción de sociedad?


Creo en una especie de Necro-vitalismo: aprender las lecciones de los muertos para profundizar la vida. 


*¿Qué opinión tienes de la poesía que actualmente se escribe en Colombia?


Considero que Colombia ha sido calumniada de tener una gran tradición democrática, filosófica y poética. Sin embargo, el tercer adjetivo es verídico. En Colombia se escribió y se escribe poesía de alto vuelo. Sobre todo, en las regiones. Me refiero a poetas como Rómulo Bustos y Lucía Estrada, por poner dos ejemplos actuales.  


*¿Hacia dónde va la poesía? 


"En los tiempos sombríos, ¿se cantará también? También se cantará sobre los tiempos sombríos." Bertolt Brecht. La poesía seguirá rodando como la noria y se detendrá en los retos de la época. Si quieres conocer sobre la actualidad de una región lee a sus poetas. No hay mejor brújula. 


*Fuiste uno de las poetas que hizo parte del Segundo Festival de Poesía de Neiva, cuéntanos un poco sobre esta experiencia.


Fue una experiencia vital. La comunión con los poetas y las poetas invitadas, el disfrute de la gastronomía y los paisajes del Huila, la conversación con los espectadores que ávidos de poesía visitaron los distintos escenarios, la risa y los aprendizajes. Todo lo anterior jalonado por el liderazgo de la poeta Ana Patricia Collazos. Tiene todo el potencial este festival para crecer y consolidarse. 


PARA OTRO OJO 
CONSERVO ESTA LUZ
Juan Vicente Medina Cuentas 
(selección de poemas) 



LA ASCENCIÓN DEL VAGABUNDO 

Asciendo a la región del frío. Allí la pureza se oculta.
Soy una ventana condenada que ya nada espera.
Dame señora del frío una espada que afile los besos
y libere las mariposas abandonadas dentro de los espejos.
Dame señora del frío una guitarra, una mano mutilada,
que devuelvan a mi rostro las formas del asombro.
Asciendo a la región del frío, como el vagabundo
que entra en una casa desconocida a recoger sus zapatos. 




IGNACIO I. R. 

Nunca los ágiles heraldos del sol cruzaron su alacena.
Desde niño descifró los labios lacerados por el puñal,
la mano fresca, rasgada, que lo masturbaba
bajo los almendros del empedrado patio. Muy cerca
los alacranes construían vitrales sobre su espalda amarilla,
flotaba una uña macilenta dentro de la vasija renegrida.
Ocho muertes tatuaron en su frente un círculo de brea.
Pequeño dios del azar, recorre las calles solitarias,
los aljibes abandonados en los patios olorosos a semen
y jalea de astromelias.
Nunca tuvo el metal una mano más firme.
Llega con la noche hasta la tumba de su madre
y deposita coco y panela sobre su lápida blanca.




MADRUGADA DE MAYO 


¿Alguien se preocupará por recoger mis huesos cuando baje
la marea?
¿Alguien desafiará a la tribu de lobos que husmean tras los 
largos pinos?
Alguien que me desabotone la bragueta y compruebe
el orden exacto de mis miserias,
la línea de alpiste que han dejado intacta los pájaros del alba.
Aquí estoy. Uña para una luna de mayo. Amor para las 
carencias de Ernesto.
Y que el mar lave los muslos viciados, los odios inconclusos,
el horror de la fe.



VUELVO 

Vuelvo al jorobado árbol de mango de los once años
levantado sobre aguas rosadas
donde velan su tedio los juguetes.
Mi abuela pasa lista 
a las empobrecidas muecas de sus muertos.
Vuelvo a abrir la puerta falsa de mi casa,
todavía de luto la noche,
y como una lechuza ebria
cruza el patio el pardo horror que ya somos. 



INMÓVIL DUELO DE LOS RETRATOS 

Sobre una mesa, inmóvil, permanece el último hijo muerto
de Augusta la barrendera.
Nunca osará levantar el velo que cubre la cuna.
Bebedizos de cebolla para el mal de amor
vierte sobre las sábanas malvas.
La noche en que su cabeza tocó el barro un saxofón quebraba
los límites de la memoria:
el alba ciega despertaba a los pies mugrosos de un minotauro.

Augusta deposita en el café de las seis la breve esperanza
de mirar de nuevo los amarillos ojos de su hijo.
Muerte se llama el roto sueño donde un espejo
refleja la risa vacía del hijo de Augusta la barrendera.
Pesa muy adentro el inmóvil duelo de los retratos. 




SOLO PARA EL OJO 

Dentro de una jaula, gozosos,
dos pericos reciben la lluvia.
La hierba se eleva entera, pura,
dentro o fuera de una celda.
Solo para el ojo anhelante
las celdas son prisiones.
Si alguien pregunta por la tierra,
háblale de un carpintero ciego
que recoge clemones bajo la lluvia,
o de la mano decidida, sudorosa,
que cierra los ojos al carcelero caído.

PARA OTRO OJO CONSERVO ESTA LUZ 

Ancho recuerdo de pez sobre una rama.
Redonda agonía de los ojos del carnero.
     Patio de escuela donde los niños
suplican por una cantinela bajo los cedros,
por un abanico de luz sin filo ni consonantes pedregosas.
     Para otro ojo conservo esta luz.
Desde otros patios el divino Adriano, el traidor Efialtes,
miraban la misma luz. Otro discurso disparaba la flecha. 

                                                           Juan Vicente Medina Cuentas 




PARA OTRO OJO
CONSERVO ESTA LUZ 
Juan Vicente Medina Cuentas 
Colección
CLAROS DEL BOSQUE
Terrear Ediciones 
2018








3 comentarios:

  1. La poesía de Juan Vicente Medina es sin duda un diálogo entre soledades, entre recuerdos y espejos, de los cuales surge una imagen que se incrusta en la carne. Magnífico poeta

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  2. Definitivamente la poesía se forja en las experiencias de la infancia y mantiene por siempre un cordón umbilical que nos amarra a ella.

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  3. Tuve el gusto de escucharle en el Festival de Poesía de Neiva y fue un gran descubrimiento cruzarme con su poesía. Una voz forjada en esa lejana y añorada infancia que siempre está presente en el cotidiano transcurrir de los días.

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