lunes, 16 de enero de 2017

Carolina Bustos Beltrán. La entrevista

La poesía está arraigada en el viento, es el viento mismo. Con la palabra Viento, Carolina Bustos Beltrán explora en los recuerdos, remueve el tiempo y traza el mapa de su vida.

Al igual que la poeta, la poesía es itinerante, observa lo cotidiano, lo reseña, lo interioriza y lo hace suyo.

Bienvenida Carolina a las páginas de Claroscuro.


*¿Qué es poesía?

Vida y como la vida a la poesía le adjudican un sinnúmero de definiciones. Algunos podrían llamarla rebeldía o resistencia, otros evasión y consuelo, rabia y convulsión. Un arte soberano que reside inherente a la palabra, la palabra del ser animado que le da valor.

La nombro vida por azarosa y al mismo tiempo ella es un cobertizo permeable, extensible y amoldable a cualquier circunstancia, es ahí donde el lenguaje se manifiesta con supremacía ante el asombro, todo es digno de hacerse y percibirse como poesía, en esa sencillez y economía el verso aparece, existe, nombra o silencia el poema.


*¿Qué te motiva a escribir?

Respondo a un impulso. Escribo desde que soy niña, soy un ser solitario que se entretuvo leyendo y escribiendo y eso no ha cambiado. La soledad es un refugio grato para la búsqueda estética.  Necesito extinguir mi ocio con placidez o angustia a través de la escritura, ocupar mi mente que todo el tiempo arma historias o dialoga con el momento que vive para entenderlo, dilatarlo o sobrellevarlo. No sé si hay una motivación determinada o si es un acto premeditado a cumplir con un propósito. Escribo y me alivio, doy cuenta de un instante en el que debo indagar porque me interpela, luego quizá viene el motivo y en ese caso será la denuncia en la que mi voz se rebela contra lo que no soporta o por el contrario se exalta con lo esencial y lo bonito.


*¿Cómo fue tu encuentro con la poesía?

La poesía llegó a los 29 años después de escribir cuentos, piezas de teatro o tesinas. A pesar de ser un género que siempre me gustó, llegó en el tiempo justo, cuando la vida me sacudió y me hizo regresar de nuevo a París después de pasar tres años de estudios en Portugal y España. De nuevo en esta ciudad, la poesía me salvó de un duro invierno. En ese entonces trabajaba en una gran biblioteca, donde pasaba horas enteras leyendo poesía, al mismo tiempo conocí al poeta francés Mathieu Lecocq que me presentó a magníficos poetas de distintos lugares del mundo. Él se encargó de reconciliarme con París para siempre, me insistió y aún  me insiste en escribir poesía con urgencia. Mi primer libro de poesía (aún inédito) "Del fin al inicio" fue el resultado de ese encuentro. Luego algunos poemas fueron seleccionados en concursos y así comencé a hacerme "poeta" sin convencerme. Más adelante en 2013 la poeta antioqueña Marga López Díaz dio la estocada final cuando en su viaje a París conversando conmigo me reiteró que la poesía me pertenecía, que había venido para quedarse y a modo de chascarrillo me dijo que dejara la pendejada y que siguiera con mis versos. Podría añadir a tu primera pregunta que la poesía también son los seres humanos que la adoptan, y de ahí que a los poetas les debemos mucho de este vicio.


*¿Qué buscas en ella, qué has encontrado?

Ella ya está, ella existe desde que el hombre comenzó articular el mundo y su sentir.  Sin buscarla está y salta a mis ojos, me toca, me acaricia y me sacude. Encuentro lo que no busco. Se declarara absoluta.


*¿A dónde te ha llevado?

Me lleva a escavar en la palabra, ese es un ejercicio maravilloso que disfruto. Me lleva al silencio; a la abstracción de lo que no se puede nombrar; a trasgredir el léxico; o desafiar la estructura del lenguaje o un idioma que no alcanzan porque no lo hablo o no existe. Me ha llevado a desmembrar mis urbes habitadas o inventadas; a desentrañar la tierra; a oír más cantos de pájaros y descubrir especies de seres que no conozco; un poco también a atormentar a ciertos hombres; a desentender el amor; a infringir lo establecido; a osar lo correcto; a sentir el pánico y denunciar el horror ante la violencia y en especial aquella que se ejerce a las mujeres; a burlarme de mí. La poesía precisa de humor y lucidez y ahí también me ha llevado.


*¿Con qué palabra te identificas, con qué sentimiento te identificas?

Viento, ya lo dijo Aurelio Arturo en "Morada al sur"
"he narrado el viento, sólo un poco de viento". Él se basta.

Ternura. Ya que es un sentimiento en vía de extinción.


*¿Por qué escribir poesía?

Por la belleza ante el horror. La poesía es justa y bella.


*¿Cuáles han sido tus influencias poéticas?

A influencia preferiría citar algunos poetas que me han brindado embriaguez poética. Fue sensato Baudelaire de recomendarnos de embriagarnos sin césar de vino, de poesía y de virtud. Y, Arturo, Pombo, Cummings, Carver, Bukowski, Neruda, Pizarnik, Varela, Gelman, Cortázar, Gómez Jattin, Paz, Vallejo, Borges, Catulo, Pessoa, Hernández, Cernuda, Lorca, Cavafis, Baudelaire, Rimbaud, Verlaine, Corbiére, Shakespeare han sido dosis suministradas en el tiempo preciso. No puedo dejar de lado a Cohen, Morrison, Dylan, Jorge Velosa, Edson Velandia, Gustavo Cerati, Vetusta Morla, Violeta Parra, Paco Ibañez, Lou Reed.  Me dirás que éstos últimos no son poetas, pero ahí te dejo el dilema, para mí sus composiciones son excelsa poesía.


*Sino fuera la poesía el lenguaje elegido para sentir y expresar el mundo, la realidad, la intimidad. ¿Cuál sería ese otro lenguaje?

Música.


*¿Qué opinión te merece la poesía que actualmente se escribe en nuestro país?

Leo con gusto a Fátima Vélez, Fadir Delgado, Tania Ganitsky, Ana María Caballero, María Tabares, Camila Charry. Nombro mujeres porque la poesía colombiana y universal es muy masculina y vale la pena que la poesía actual de Colombia sea también escrita por nosotras.

Me alegra que los jóvenes desempolven el armario vetusto de esa poesía melosa, empalagosa y regionalista que en gran medida hablaba de amor y desamor como si fuera la preocupación universal de la poesía.  Es alentador que esta poesía nombra las cosas por su nombre y en ella todos los sujetos son susceptibles de ser poéticos: el cotidiano, la ciudad, lo feo o grotesco, la guerra, el desamparo y la esencia de la vida sin duda como: el dolor, la alegría, el asombro, la niebla, una hormiga o una babosa, sin perder el sentido estético de la estructura clásica del poema que es atemporal, ya sea innovando en el uso de las nuevas tecnologías, la pintura, la ilustración, el vídeo, las artes plásticas o el performance. La poesía tiene la gran capacidad de permear, fundir o trasgredir otras artes con la responsabilidad estética de la belleza. La dificultad actual es el riesgo de crear una poesía como producto de consumo desechable y mostrar al poeta en una vitrina virtual que exalta egos superfluos.  El tiempo en su inmediatez nos dirá también el valor de la poesía escrita por los incomprendidos millennials. 


*¿Hacia dónde va la poesía?

Adonde la lleve el viento. Tiene la libertad y rebeldía de ser parte de su tiempo para no extinguirse; en esas anda hace siglos.


La invitada



Carolina Bustos Beltrán (Tabogo 79)

Poeta y narradora, reside en Francia desde 2003 y ha vivido en Portugal (Oporto) y España (Madrid). Tiene una Maestría en Estudios de América Latina de la Universidad de la Sorbonne Nouvelle y es Máster Europeo en Estudios Latinoamericanos de la Universidad Autónoma de Madrid. Docente  universitaria, apasionada del tarot, viaja en low cost, escribe en un Mac y lee en el RER A.

Ha sido galardonada en varias ocasiones: Mención del I Concurso de Relato Breve El Dios Tecnología, convocado por Fuentetaja literaria en 2013, por el relato "Buenas noches, mi amor", en el XVIII Concurso de Cuento de la UAM 2009 su relato "La Marea Alta (cuento con banda sonora)" fue seleccionado para el volumen colectivo Entre líneas y otros cuentos. Tres elogios y otros poemas, publicado en Madrid por Ediciones Universidad Autónoma de Madrid, 2010. En poesía ha sido seleccionada en el certamen Voces Nuevas -Selección XXIII convocado por la editorial Torremozas en el año 2010. Recibió en 2015 el Tercer Premio del Concurso Ediciones Embalaje del XXX Encuentro de Poetas Colombianas del Museo Rayo, Roldanillo, Colombia por su poemario "Lecciones de UrbEnidad". En 2016 "Estación Tropical y otros poemas sinuosos" fue finalista del Premio Internacional de Poesía "Pilar Fernández Labrador", Salamanca, España. Sueño Stereo publicado en 2014 por la Editorial Caza de Libros -Colección Prosas y Versos- es su primer libro de relatos.

Sus poemas han sido publicados en antologías, revistas y blogs en Colombia, México, Argentina, Estados Unidos, España y Francia.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario