viernes, 2 de diciembre de 2016

Doris Cirigliano. Los poemas

No existo

Desde hace algún tiempo no existo.
No soy ni estoy, sueño.
En blanco y negro de espaldas a los colores,
en todos los idiomas menos el mío, sueño.

Sin nombre y sin memoria
por frecuencias agrestes.

Me deshice de todas las señales
para no ser reconocida,
apagué el sonido de las olas
para que no te alteres
si acaso tu sueño se cruzara con el mío.

Esta nueva experiencia del "no existo"
se lleva mi inquietud a otros mundos
y me deshabita la mente.

Sólo floto en el éter como una casualidad
que se cayó de un árbol
y un viento paternal me alzó en sus manos
y me guardó en su bolsillo.



Te complica en cómplice

Cada tanto aparece en un árbol una hoja que sueña...
sueña ser paloma, nube o relámpago...
Se le nota a lo lejos ese rubor de sueño
que te complica en cómplice sin poder evitarlo.

Se retuerce en la rama sin decidir soltarse,
se repliega y se extiende como notas sin audio
que nadie entiende...
salvo que también sueñes y sepas de las vueltas
de encanto y desencanto
que te atan o retuercen en la rama, 
que te miman o te llevan sin dudarlo.

Yo entiendo a la hoja que sueña.
Cuando caiga no llegará al suelo, 
llegará a mi mano
y sin más protocolos será mariposa
porque así lo decreto, en mis letras de sueños
porque quiero que vuele más allá de los árboles.


Plegaria de gratitud

Se me ocurre que esos pájaros
que cruzan ante mis ojos
llevan besos en sus picos,
tal como si fueran semillas de amor
próximas a ser sembradas
en corazones queribles.

Me alegra saber que hay pájaros
y que hay besos
capaces de lanzarse sin paracaídas
sobre un relieve sediento de lluvias.

¿Dónde nacen los besos si no es en el pico de los pájaros?
Allí aprenden a volar
y equilibrar su peso
para no precipitarse.
Allí resisten las tormentas
y se hacen voceros del cielo.

Me llena de paz
ver una ventana de libertad
donde no sólo pasan pájaros
sino que la intención de su vuelo
se hace plegaria de gratitud
y se estaciona en mí.



                                                                               Doris Cirigliano

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