viernes, 2 de junio de 2017

María Helena Giraldo González. La entrevista


La poesía es la flor. No, la poesía no es la flor. La poesía es ver el alma de la flor.

Construirse un lugar en el mundo, reconocer la propia existencia, hacerse oír a través de la palabra.


Bienvenida María Helena Giraldo González al espacio Claroscuro.


*¿Qué es la poesía?

La poesía es una apuesta estética y ética, una manera particular de percibir el mundo, de testimoniar una época, de resistir con la palabra, lo que implica estar exiliado por voluntad propia en una sociedad utilitarista.  Pero también es una forma de nombrarse, porque hay algo más allá del poema que es del orden de lo inconsciente. La poesía es abismo y naufragio, subversión y deseo, búsqueda, soledad y silencio. Enigma siempre al limite ante el papel en blanco.


*¿Por qué creer en la poesía?

La poesía está implícita en todas las artes, es la expresión de la humanización del hombre, el triunfo de la subjetividad sobre la razón instrumental. ¿Por qué creer en la poesía?, porque va más allá de lo temporal histórico, de la ligazón de las palabras con las cosas, ideas, valores de una época, más allá de lo que se concibe como verdad. Esa es la otra vertiente del lenguaje, su relación con la poesía, que no va por la vía del logos sino por la vía del ser; muestra el vacío, el caos, la incertidumbre del hombre y su tiempo.

Para Hölderlin la poesía funda realidades, nombra lo olvidado, lo ausente, por eso concibe el lenguaje como el bien más peligroso que se le ha otorgado al hombre para dar testimonio de lo que es. Heidegger piensa que la poesía no es simplemente una manifestación cultural y menos una expresión del alma cultural, es la interpretación de los signos, de los procesos de significación que la humanidad hace a través de las leyendas, de la palabra, de lo que el hombre ha sido, la memoria de su permanencia. Entonces, ¿cómo no creer en la poesía?


*¿Qué te motiva a escribir?

La existencia misma del hombre que se pregunta por su permanencia, la ciudad, su caos, el vendedor de frutas y su subsistencia precaria, la infancia, la mujer, sus búsquedas y su lucha en una sociedad todavía patriarcal, la guerra, pero cuidando el rigor poético para no caer en el panfleto.
Igualmente, me motiva a escribir una necesidad visceral, una marca en la sangre que me persigue.


*¿Qué buscas en la poesía?

Otras voces interiores que me enseñen nuevos caminos, otras rutas, delirios y pérdidas, abismos y dudas. Otras formas de nombrar lo que ya existe. Busco en la poesía, tantas cosas que no sé nombrar y que poetas como César Vallejo, Pessoa, Borges, Whitman, Shakespeare y otros grandes, lo intuyeron; ese estar poseído por la palabra que siempre se queda corta, está más allá de la vigilia. ¿Qué busco en la poesía? Aclararme, reflexionar.


*¿A dónde te ha llevado?

La literatura y el psicoanálisis han sido un ejercicio de reconocimiento de lo que he sido y soy. Un norte, una brújula que no busca llegar a ningún lado. Sin embargo, guía mi búsqueda personal, que no retrocede a lo que dictan las musas, que para mí son el inconsciente que fluye temerario. Pero también la poesía me ha llevado a reflexionar sobre temas que me interesan.


*¿Con qué palabra te identificas?

La persistencia, aunque los tiempos sean oscuros.


*¿Qué opinas de la poesía que actualmente se escribe en Colombia?

No todo lo que se escribe es poesía. Hay buenas voces que iluminan el universo poético del país, con un trabajo escritural depurado, exigente. Sin embargo, hay una tendencia a utilizar un lenguaje prosaico en muchos otros; una poética llena de lugares comunes, a la que no se le hace ningún proceso de elaboración, hasta se llega a leer en público un poema, apenas acabándose de escribir.

Uno debería ser el primer lector de lo que escribe y también el primer crítico. Estamos en una sociedad en la que no prima la critica literaria como una oportunidad de crecer poéticamente. Lo que se escribe no tiene que gustarle a todo el mundo. Habría de distinguirse que criticar un texto nada tiene que ver con la persona del escritor o el poeta. Tal diferencia, parece ser difícil de asimilar, puede más el amor propio , ser conocido como poeta, y no tanto, la imperiosa necesidad de jugarse la vida en la escritura.


*¿La cultura en general y la poesía en particular aportan positivamente a la construcción de individuos y sociedades?

En una sociedad que ha excluido las humanidades de las universidades es imposible pensar la poesía como un ámbito privilegiado para formar individuos. El capitalismo ha trastocado los valores, ha suplantado la cultura que diferenciaba a los individuos y las comunidades, sus ritos y tradiciones; ha masificado el conocimiento en torno a la producción. El fin de lucro ha convertido la poesía, la literatura y las artes en general, en un bien de lo inútil.

El campo educativo sería el escenario privilegiado para poner a los educandos en contacto, no solo con la poesía sino todas las artes como eje central, para que desde ellas existan como sujetos autónomos, críticos.

La cultura y la educación pueden aportar a la construcción de individuos cuando incentiven los valores éticos y estéticos que conviertan a las artes, y por qué no, a la ciencia en general, en una brújula, que fomente en niños y jóvenes el pensar por sí mismos y puedan asumir una posición política, que desde Hannah Arendt, sería la de apropiarse de la palabra y representarse a sí mismos, diferente a la ética gregaria de seguir a otro.

Es pensar la cultura desde una postura incluyente, basada en la diferencia y en el consenso, no en criterios absolutistas e inamovibles. Crear escenarios para resistir con el pensamiento y la palabra a las estructuras dominantes, debería ser el papel de la cultura y de la educación.


*¿Consideras qué en nuestro país hacen falta más mecanismos que promuevan la formación de valores a través de la poesía?

Desde la República de Platón,  hasta las ciudades modernas, al poeta se le quiere fuera de la ciudad porque muestra las emociones, el vacío, los abismos de lo humano; Promover la formación de valores en la poesía se hace imposible en una sociedad que busca mostrar a un hombre seguro de sí mismo. Igualmente, la poesía es subversiva, confronta y reflexiona y a las estructuras dominantes no les interesa que se promocione la poesía.

Lo que si se promueve con esmero son los deportes, la música, ellos no cuestionan a nadie. Promover la formación de valores a través de la poesía no es algo que llame la atención a las instituciones culturales del estado, a no ser que los poetas lo hagan a título personal.


*¿Creas un ambiente especial a la hora de escribir?

Las musas no nos visitan tan frecuentemente como quisiéramos, pero es bueno esperarlas trabajando, revisando textos. Para la escritura, el ambiente especial sería estar predispuesto, tener un lugar adecuado para esos momentos de lectura y escritura; aunque muchas veces, algo que se ve o se escucha puede dar inicio a un poema y ahí es donde sería bueno tener una libreta y un lapicero a mano, no importa el lugar donde se esté.


La invitada



María Helena Giraldo González.
Psicoanalista, poeta y ensayista nacida en Filadelfia (Caldas).

Primera mención Concurso Nacional de Poesía Porfirio Barba Jacob de Envigado en el 2009 y en el Concurso Nacional de Asmedas 2014.

Publicaciones en la revista Ciudad, meFisto, Universidad de Medellín. Periódicos: Confabulación y revista Virtual Latinoamericana LaOtra. Antologías a nivel nacional e internacional.

Publicaciones Colectivas:

Octámbulos I 2006
Octámbulos II 2016
Una lúcida embriaguez la de Aquiles y Socrátes en el libro Literatura e poéticas do Imaginario de la editorial de la Universidad estatal del oeste de Paraná (2013)

Libros Individuales:

Lobos incendiarios (2007)
La ciudad de tus ojos (2012)

Libros por publicar:

Solo vine a ver el jardín
Los rostros de la incertidumbre
El paraíso que buscamos no está afuera
Náufragos
Los viajes de Penélope (Novela) Libro Colectivo

Pertenece a la tertulia Los Octámbulos hace trece años y hace parte del Colectivo Voces al Sur



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