martes, 20 de noviembre de 2018

Lunes de Ciudad

Anoche en la Casa Cultural El Patio en la ciudad de Neiva se dio el  Encuentro Ciudadano LUNES DE CIUDAD. El objetivo es dinamizar y motivar la participación ciudadana en temas tan importantes, urgentes y necesarios para una buena y sana convivencia.

El tema propuesto fue LA POESÍA COMO PROCESO CONSTRUCTOR DE PAZ.


Conversamos sobre la conexión entre Paz y Poesía. Tuve el privilegio de estar acompañado por los poetas Ana Patricia Collazos y Adonis Ramirez, entre los tres y las personas que acudieron a la cita desarrollamos el tema y bueno, todos coincidimos en esa cercanía que hay entre las palabras Paz y Poesía.

A continuación dejo algunas anotaciones del encuentro.

Y la lluvia presente.



El arte en general y la poesía en particular nos dan la oportunidad como individuos y como sociedad de arrojarnos, hundirnos y salir a flote. Explorar, descubrir y crearnos. Enseñan el valor de las palabras, el valor de los actos.

La poesía tiene el poder de sanar, curar heridas, atenuar el odio, establecer diálogos naturales y esenciales no de tolerancia sino de convivencia y respeto. Es creadora:  puede convertir contendientes en aliados y amigos.

Todos necesitamos de la poesía ya que nos permite expresarnos y sincerarnos, echarle  otro vistazo al mundo. Concebir percepciones nuevas y reales. 

Las palabras alimentan el alma así como el aire alimenta los pulmones. 


La poesía ha sido testigo de los conflictos y de las guerras que han marcado la historia de la humanidad, no para elogiarlas sino por el contrario para gritar sus horrores, denunciar sus aberraciones, su estupidez y su ignorancia.

En Colombia, en distintos puntos de nuestra geografía se están desarrollando procesos de reconstrucción de tejido social. El posconflicto nos abre la oportunidad del cambio. Todos, cada quien desde su orilla tiene la responsabilidad social, humana y personal de construir una sociedad sana, equitativa y justa. En muchos de estos procesos de reconstrucción está presente la poesía. 


En la noche del 19 de noviembre, en El Patio, bajo una agradable  lluvia, estuvo presente la poesía. Estos son algunos de los poemas que se compartieron.




Una niña de Ramallah

Estuvo con nosotros hasta que cayó el vuelo de la noche, hasta que sus pasos cesaron como lluvia inofensiva.
Poco supimos de ella: Que se detenía en las tardes a ver pasar el Sol y que corría tras las mariposas, casi volaba con ellas.
Algunos oyeron su grito, pero estaban muy ocupados levantando cercos, según ellos, para que no entraran los cerdos a sus casa.
Florecieron los jardines, los pájaros surcaron el cielo, las hojas cayeron secas sobre el prado. Aún nadie nos escucha y tal vez nadie lo haga en lo que resta de cosechas, pero queda la lluvia que seguirá humedeciendo esa huella en el camino; quedan las mariposas que recorrerán su misma ruta de la tarde y quedan los malditos cercos que nunca serán mayores que estos montes que darán testimonio de nosotros y los peñascos que gritarán siempre los nombres de los nuestros, los de aquellos que ahora son árbol de memoria.


UNO SE ENCUENTRA LA MUERTE en una taza de café,
en el afán del cielo por caerse a centelladas,
en el encuentro sorpresivo de un avión con un pájaro
volando,
en los movimientos tempestivos de la tierra cuando
uno menos se lo espera,
en la lectura de tratados filosóficos que demuestran
lo imbéciles que somos,
en los gobiernos corruptos que se sacan el dinero del
seguro
                                           / contra las enfermedades
más absurdas
y en los chicos que se sacan el sexito para jugar con
las chicas
                                              / al papá y a la mamá y
entonces el sida.
Uno se encuentra la muerte en el ojo de una aguja,
en la picadura de una abeja, también en la de un
águila
                                      / y más si es un águila negra;

En la puerta de un hospital, y más si uno es pobre
y el hospital es del Estado;
En los ojos de un psicópata con insomnio;
En las variantes del azar sobre el amor y el
desamor;
En un libro de Shakespeare, en una espina de pescado.
Uno, que solo es un parroquiano de este bar,
un simple transeúnte delirante, artista, obrero, ama de
casa, estudiante,
se encuentra la muerte en cualquier parte.
Y se muere uno y qué se saca: El que fue poeta, a lo
sumo y con algo de suerte,
una tumba decente, unas vísceras ruinosas, una fama de
bicho raro
o el nombre en algún colegio si se fue amigo de un
presidente.
O, por bien que le vaya, un verso memorable que lo resucitará de vez en cuando
en boca de algún lector desprevenido que no estaba
buscando,
precisamente, un poema que lo trajera a uno de nuevo a
la vida.


                                                                            Omar Garzón Pinto






"Cartas de amor en tiempos del conflicto es una invitación a conocer el conflicto colombiano desde el corazón. Es la recopilación de cartas de amores que se dieron, se perdieron o se desarrollaron en medio del conflicto social, político y armado sufrido en este país. 
Nuestro propósito es ir más allá de las duras y frías cifras que dan cuenta de más de ocho millones de víctimas, para permitirnos conocer y reflexionar sobre la realidad de que esta etapa de mezclar política con armas, asesinatos, desapariciones, se hizo con vidas, con seres de carne, hueso y sentimientos, con padres, con hijos e hijas, con amistades que ya no están, con parejas, con amantes, con amores de hombres y mujeres que han sufrido y vivido esta guerra que abarcó más de cinco generaciones.
A las personas aquí reconocidas, les hemos ofrecido no solo reconocimiento y respeto, sino la posibilidad de ofrecer sanación al país, visibilizando sus historias, dando así a las nuevas generaciones la posibilidad de reflexionar en favor de construir desde la paz.
Llegar hasta la recopilación de las cartas ha sido un proceso de conectar con el corazón, con la intimidad de quienes generosamente nos han entregado un pedacito de sí al identificarse en un proyecto como el nuestro. 
La mayoría de quienes aportan son mujeres de distintos contextos. Nos encontramos con cartas de lideresas sociales y sindicales, cartas de maestras de escuela, periodistas, profesoras universitarias, políticas, amas de casa, campesinas, estudiantes universitarias, bailarinas, insurgentas, presas políticas y de algunos hombres.
El trabajo ha sido arduo, lo emprendido ha tendido lazos de identidad y solidaridad. La admiración ante el amor que no se extingue, a través de los años o de la muerte, ha impactado nuestras vidas. La capacidad de seguir sonriendo y construyendo, a pesar de lo vivido y lo ya ido, desafía los dolores de nuestra propia existencia."
                                    Margarita Sofía De la Hoz Terán 


Este hermoso libro me lo entregó el poeta Rudber Gómez, (quien también fuera invitado al conversatorio pero no pudo asistir), para que yo lo compartiera. Desafortunadamente, por un descuido no fue posible compartirlo anoche en Lunes de Ciudad, sin embargo, hoy lo incluyo en esta reseña porque es un documento valioso y necesario para estos procesos de cambio y restauración. 

El poeta Rudber Gómez administra la librería virtual Papyrus libros huila. Allí, con él van a encontrar una gran cantidad de textos de diversos géneros que ahondan estos temas de violencia y desigualdad que tanto nos duelen.




Poemas tomados de Poesía Humana ( Revista Cultural y de Literatura La Raíz Invertida)


PERIÓDICO VIEJO

Cuando ya no importa
que los muertos se mojen
es fácil cubrirnos de la lluvia
con periódico viejo
las manchas de las noticias
se deslizan por el cuello
dejando nombres propios en la piel.
Recorremos el invierno
atragantados con los mismos titulares
de ayer, de mañana y cien años más
con un hombre inmóvil en cada semáforo
como última señal
de que estamos cambiando de piel

                                   Mery Yolanda Sánchez


NO ESTAMOS SOLOS

No estamos solos...
En la hierba está la gota de rocío
Como memoria de la lluvia y la tormenta,
Está el viento desparramando el polen
De la flor marchita
Está el eco de dolor humano sobre la roca
Está la hormiga desterrada de su nido y
Está la cáscara del árbol donde el grillo
Danza con su maraca celestial.
A veces parece que estamos solos, pero no es así
El pájaro siempre nos regala su augurio al anochecer,
La semilla vuelve a ser liana de la memoria y todas las 
Cosas de la tierra tienen ojos y oídos 
Tienen cuerpo y corazón para acompañar 
Nuestros sueños contra la muerte y la oscuridad. 
                                                                               
                                                                                   Fredy Chikangana


HAY DÍAS

Hay días de retumbante silencio.
Esos son los mejores días.

Días en que Dios
iza la oscuridad
a media asta.

        Sergio Antonio Chiappe




LUNES DE CIUDAD 

LA POESÍA COMO PROCESO CONSTRUCTOR DE PAZ








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