miércoles, 4 de mayo de 2016

Luis Hernando Guerra Tovar. La entrevista

El poeta Luis Hernando Guerra Tovar ahonda en las sombras de la palabra. Él como buen artesano conoce su materia prima, la ve nacer, crecer, madurar. Sabe de la contundencia de las palabras y el silencio.

Luis Hernando recrea el mundo, lo desnuda, lo cubre, sana sus heridas, las heridas del poeta, las heridas del hombre. 

Es un honor para Claroscuro presentar al poeta Luis Hernando Guerra Tovar.



* ¿Cómo nacen tus poemas?


Mis poemas nacen de la visitación, del advenimiento, de la epifanía. Ella, la poesía, está en el interior, en el inconsciente y, merced a estímulos y tentaciones especiales externos, aflora. Casi siempre aparece un primer verso, una semilla que va creciendo, se va volviendo cada vez más consciente, va tomando fuerza, cuerpo.  Yo lo dejo allí, le impongo la espera para que se geste, madure. No hay en este proceso de gestación, en esta preñez, ningún afán. Y de pronto nace. Esta criatura nueva, este hijo de las entrañas del Ser, que ha podido estar en el interior por siglos, a veces nace casi completo. Entonces sólo hay que hacerle algunas atenciones pos-parto y ya, un nuevo hecho poético aparece en la escena de la realidad.
Tengo fresco el parto de Fisuras, un texto de mi reciente poemario El tiempo que nos resta .  Por años me asedió un pensamiento: " todo escombro tiene su precio".
Fueron varios años en que rondaba por ahí en el claroscuro, en el límite entre la luz y la sombra, esa delgada línea entre la realidad y la literatura. Hasta que una noche, sucedió el advenimiento.



* ¿Cuáles son tus obsesiones poéticas?


Quienes me han leído con atención saben que mi obsesión poética - así en singular- es la "ciega luz". Esa condición de incompletud del hombre, que es terrible, dolorosa. Todo sufrimiento del hombre tiene su génesis en este hecho: El hombre nace inacabado.   A diferencia del animal, el ser humano requiere  un buen tiempo pos-parto para desarrollarse, por lo menos 20 años debe estar al cuidado de los padres, antes de que pueda valerse por sí mismo. Eso por una parte. Por la otra, resulta que el hombre tiene algo nuevo frente al animal, su vecino en la evolución: La consciencia. Pero esta consciencia es poca, un 5% de luz, lo demás es pura sombra. Allí, en este hecho, más allá de posturas religiosas, filosóficas o científicas, está mi poesía. Y no solo mi poesía, la poesía en sí misma. Este es un hecho universal, cósmico. El misterio, el asombro, la lucidez que hiere, la constatación de esta ausencia, es la fuente de donde han bebido y beben los verdaderos poetas.

Gerbasi dice: " Sólo la noche sabe que ando oculto en mi propia sombra".  Y Paul Eluard conviene: " Soy una sombra en la oscuridad".  Pero es Omar Khayyam quien lo plantea de una manera más fuerte, a mi manera de ver: "Entonces clamé al mismo cielo preguntando: -¿Qué lámpara tiene el destino para guiar a sus pequeñuelos vacilante en la oscuridad? Y el cielo respondió: un entendimiento ciego."  A esa ciega luz le canta mi palabra.



* ¿Qué opinión tienes sobre la poesía colombiana actual?


La poesía colombiana actual pasa por un buen canto, si hacemos una reflexión comparada, esto es, si miramos el entorno, qué pasa, qué se está gestando poéticamente en nuestros vecinos, nos enteramos que ahora estamos a la par con naciones como Venezuela, Perú, Argentina, Chile, el mismo Ecuador y México, países que en el pasado cercano nos llevaban ventaja,  Creo que nuestro conflicto interno, la violencia recrudecida a mediados del siglo pasado con el magnicidio de Gaitán y la confluencia de otros factores de alteración de la armonía, que denominamos con el desgastado, manoseado, y vilipendiado sustantivo "PAZ", ha propiciado una respuesta por parte de los poetas, que se manifiesta en una mejor poesía, más honda, más auténtica; cercana a lo espiritual, incluso al hecho místico y religioso. Poetas como Hernández Socarrás, Nelson Romero Guzmán, Gonzalo Márquez Cristo, Gustavo Tatis Guerra, Rómulo Bustos Aguirre, Amparo Inés Osorio, Nana Rodriguez Romero, Pedro Arturo Estrada, Gustavo Adolfo Garcés, Eugenia Sánchez Nieto, Jorge Cadavid, Enrique Rodriguez Pérez, y más recientemente, Sandra Uribe Pérez, Camila Charry Noriega, Hellman Pardo, Felipe García Quintero, Yonny Vanegas, para mencionar sólo algunos de una lista mucho más larga, dan cuenta de una palabra que, repito se ubica en el contexto de lo que en Latinoamérica se gesta en poesía.



* ¿Hay autores que hayan influenciado tu poesía, de qué manera?


En mis primeras lecturas, en la época del colegio, aparecen Porfirio Barba Jacob, Guillermo Valencia, Eduardo Castillo y Aurelio Arturo, para recordar los que creo dejaron alguna huella, alguna resonancia en mi poesía, entre los colombianos.
Vallejo, Neruda y Borges, así como Tralk, los poetas de la escuela hermética italiana, Ungaretti, Montale y Quasimodo,la poesía oriental, se reflejan de alguna manera como resonancia en mi poesía, en las dos etapas configuradas de mi obra. Pero claro, debo advertir que esto se da a partir de una interiorización de las lecturas. Nunca he estado de acuerdo con lo que al respecto afirman algunos realizadores de talleres e incluso profesores de literatura en el sentido de que le enseñan a sus discípulos que pueden empezar su proceso creativo imitando a poetas mayores, no me parece. La imitación del otro es un paso muy cercano al plagio o por lo menos a  la inautenticidad.



* ¿Hacia dónde va la poesía?


La poesía va, cada vez más, hacia la espiritualidad. La poesía está siendo en los últimos años el instrumento del hombre para encontrar respuestas que no le proveen ni la filosofía, ni la ciencia, ni mucho menos la tecnología. Esta última, la tecnología, contrario sensu, en vez de luz, de respuestas, está sumiendo al hombre contemporáneo en más oscuridad. Nunca antes el hombre ha estado tan ausente, tan inconsciente, tan automatizado como ahora. Basta mirar en las calles, en los autobuses, en los templos, palacios y prostíbulos, -los lugares que el hombre más frecuenta- la proliferación de seres llenos de cables, audífonos, que se interconectan por debajo de la ropa a teléfonos celulares.  La poesía es la única alternativa que le queda al hombre para acceder a la luz, a la iluminación. En este sentido, la poiesis cumple un papel rei-vindicador de la religión, esto es de verdadera religión en tanto trascendencia del Ser. El poeta de mañana va a ser el verdadero Profeta. Ya lo dijo Cardoza y Aragón: "La poesía es la única prueba concreta de la existencia del hombre",comprendiendo esto, en el sentido de que sólo la poesía -y con ella todo el arte, por que ya sabemos que el arte es, en tanto vasija de contenido poético- la única vía posible para que el hombre no se auto elimine; prevalezca como especie.


El invitado 


Luis Hernando Guerra Tovar: Armero-Guayabal, Tolima, Colombia, 1954. Poeta y ensayista. Abogado de la Universidad Libre.

Autor de los siguientes libros de poesía:

Pájaro azul, (Linotipia Bolivar),1994
La noche del árbol, (Sociedad de la imaginación), 1998
Ciega luz, (Común presencia),2004
Sombra embestida, (Colección Los Conjurados), 2007
En la curva del río. Antología, (Colección Viernes de Poesía, Universidad Nacional de Colombia),   2009
Tríptico de la luz. (Colección 50 poetas colombianos, Caza de libros), 2010
El tiempo que nos resta, (Cuadernos negros, editorial),2014

Su obra figura además en varias antologías de poetas latinoaméricanos. 

También es colaborador de  revistas culturales y de poesía tales como: 
La Pájara Pinta de España
Los periódicos El nuevo día y Con-fabulación de Colombia 



No hay comentarios.:

Publicar un comentario