lunes, 14 de noviembre de 2016

Michael Benítez Ortíz. Los poemas

Anochece en la palma de mi mano

Mastico pensamientos
Chicles de piedra
Los dientes son cubitos de hielo

                                                      "Hey, el concepto, no olvide
                                                        el concepto"

Tropiezo en los puntos suspensivos
Caigamos de nuevo
en nubes de vidrios rotos:
Yo sé que el sol es un balón de microfútbol que se le olvido a un niño pobre
en el cielo
y me dicen que estoy loco y yo les digo que por lo menos no tengo libreta
militar

No bailo ni en el verso libre

Mis ojos me miran a mí mismo colgados en el viento
cuando llueve en los sueños de los perros.



Si hubiera sido mujer

Si hubiera sido mujer
ya habría sido niñera en Alemania
Mesera en un bar de rock
En ésos que solo admiten chicas lindas
o sólo chicas, por lo menos

Escribiría poemas
y quizá algunos poetas famosos dirían
que soy la mejor poeta de Colombia
-la revelación-
a pesar de no ser hombre

Tomaría gratis
los viernes y los martes,
y los otros días de la semana

Contestaría el teléfono
de algún escritor que tengan en cuenta en los periódicos
y para ser jurado
en los generosos concursos literarios nacionales
-Tal vez él escriba el prólogo
a mi primer libro de poemas-

Me invitarían a todos los festivales del país
No habría tenido hijos
ni sería la prostituta
que mis amigos quisieran

Nunca hubiera sido feminista
Mi vagina sería mi obra de arte
Mi pasaporte, mi visa
El aeropuerto de papel
para que se posaran mis sueños

Pero lo único cierto
es que si hubiera sido mujer
estaría borracha
y tal vez tendría un poco de remordimiento

Tal vez.

La taberna. Fernando Botero 

Pajazo ruso

Con mi memoria primitiva
De perro meando fuera del tiesto
Recuerdo el día 
en que Lenin se hizo un pajazo ruso
en las tetas
de la Estatua de la Libertad.



Blues al primer amor

Con un terremoto
En su pierna derecha
Y mares de sudor
Ahogando los poros
De sus manos,
Hace tiempo espera,
A la salida del colegio distrital,
A esa niña con la que,
En ingenuidad,
Cree soñar despierto.
Y cuando la ve salir,
Acompañada de otras niñas,
Sólo puede verlas
Como un tumor
en su belleza.

Y su corazón late más rápido
Y le parece bella la vida:
Esa vida
A la que lo lanzó
Algún dios arbitrario
Que, también,
Arbitrariamente
Ni siquiera existe...
Y quisiera eternizar ese momento
Y extenderlo
Como si fuera el chicle que mastica

                                    -olvidando que es el tiempo quien nos muerde-

En el que él la observa
Y ella lo mira
Y se le acerca
Y no le dice nada.


                                                                   Michael Benítez Ortíz

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