viernes, 31 de marzo de 2017

Joaquín Reyes. Los poemas

Apapachando como Dios dice y manda o como el colibrí trabaja
(este es, acariciándote el alma)

Si algún día
-que no lo creo-
te sientes por mí
abandonada,
que me castiguen todos los dioses,
y los humanos
me aborrezcan, y
-como en devota oración-
que pierda lo zurdo
mi izquierda
si mi derecha
no te estrecha,
y que extravíe lo diestro
mi derecha
si mi izquierda
no te conserva.
Y es que
mis dos manos
-caminando
en sentido contrario-
producen sin falla
la dirección correcta:
mi siniestra
no es mala
-nunca-
cuando se reúne
con la diestra...
juntas hacen
el abrazo
que te apapacha
y que te acerca.
¡bendita mujer
de mi vida!

Va cancioncita bellísima con Caito


Pd "Yo soy el colibrí si tú lo quieres..."



Construyendo la realidad
(o platicando con la luna abrazado a un árbol)

Porque el delirio del "loco" es su irrefutable cordura, es su verdad verdadera, es su certeza absoluta,...
cuando el loco te delira, no te alucina, no te imagina, no sólo te desea...más allá, muchísimo más allá-como ejerciendo un don divino-, te inventa, te crea, te vive y te disfruta.

Dicho así, sin duda te amo.

Va cancioncita con Javier Solis


Poética sublimación

Evidente es. 
El poeta**
(cuando lo lees,
 cuando lo oyes)
- y aún si lo niega-
 siempre te guiña el ojo. 
Es encubierto flirteo,
 misterioso coqueteo. 
No busca, 
no pretende,
 -declara el poeta-
la complacencia, 
más duda no queda:
 se regocija y se nutre
 en el elogio
-o descontento-
del otro. 
El poeta es persona,
 pero es dramaturgo,
 y más personaje. 
Y entonces grita,
 y a veces llora,
 y otras gime,
 y también implora. 
El poeta ama,
 el poeta odia, 
el poeta se apasiona...
Es tierno,
 es rencoroso,
 es cachondo,
 es sardónico. 
Te dice su sueño,
 te confiesa su miedo. 
Fantochea y se adorna. 
Te hace temblar,
 a veces de rabia, 
de gran indignación,
 o de franca emoción. 
Te remueve el recuerdo,
 te despierta el deseo. 
Se empata contigo,
 te encandila el oído. 
Te espía sin que sepas, 
te descubre pronto,
 no lo puedes rehuir,
 y dice eso que quieres oír. 
Te adivina el pensamiento,
 o te aloca el sentimiento.
 El poeta es mago,
 el poeta es doctor,
 te alivia el dolor. 
Pero-sin quererlo quizás-
 también es travieso,
 incluso perverso,
 y pone el dedo en la llaga, 
y echa sal a la herida, 
y te impide la huida.
 El poeta relata,
 el poeta ensaya, 
el poeta inventa, 
el poeta recrea,
 el poeta recita, 
el poeta canta. 
El poeta es ciego
 y te ama sin verte. 
también te aborrece,
 sin siquiera conocerte.
 El poeta se duele sin dolerse.
 El poeta ama en el desencuentro. 
El poeta se ríe cuando está sufriendo. 
El poeta es poeta aún no queriendo.
El poeta simula,
escribe el libreto.
Y te guiña el ojo,
y -para bien o para mal
(o como lo quieras llamar)-
oculto te seduce,
y tú le correspondes,
y él está y tú estás,
y está el placer.
Sí, escribe el libreto,
y ése, ése es su secreto.
**O poetisa

Va: Poema de amor con Serrat


                                                                                    Joaquín Reyes

No hay comentarios.:

Publicar un comentario