Un poeta padece y goza la vida con los sentidos desbordados. Vive y muere desmesuradamente.
Sabe de abismos y de cielos, de plenitudes y vacíos.
Bienvenido Maestro Fernando Cely a las páginas de Claroscuro.
*¿Cuál es tu definición de poesía?
La poesía es el hálito del universo. El hombre, al hacer su aparición sobre el cosmos, simplemente la percibió y se apropió de su poder alquímico. Por eso, nada es ajeno al poeta: ni la gota que descansa adormecida sobre el pétalo de la rosa, ni el suspiro del tiempo detenido en las horas, ni el hechizo que conmueve su espíritu cuando la noche se posesiona de sus pasiones escondidas, ni su caminar incierto en medio de la jungla humana, ni los muros que aprisionan sus sueños en las grandes ciudades extendidas con su poder metálico, ni su tormento frente al caos provocado por la devastación a la que el hombre somete a su planeta, repercutiendo en dolor, que se convierte en versos que le conducen irremediablemente a la inmolación de su alma.
*¿Cómo ha sido tu experiencia como profesor de literatura y cómo director de talleres de creación literaria?
Pasé 31 años de mi vida en las aulas, escudriñando las mentes de los jóvenes, indagando sobre sus sueños y expectativas. Aprendí de ellos su espontaneidad y la sinceridad que finalmente se pierde, dado el esquema educativo, donde prima la competencia y se anula la creatividad. Sin embargo, saber que en muchos estudiantes quedaron huellas de mi paso circunstancial por sus vidas, me produce gran satisfacción y me permite creer que un buen país se forja desde la familia y se robustece en la escuela.
Ser maestro permite estar acompañado de la niñez y de la juventud. Uno se va envejeciendo, pero al lado de los que están renovándose, de los que acaban de nacer, de los que están llenos de sueños, de hormonas, energías y proyectos. Ser maestro es una forma bella de envejecer, porque se nota físicamente pero internamente seguimos siendo muy niños y muy jóvenes. Ha sido una experiencia enriquecedora; puede ser ingrata por ratos en el sentido de que a veces se está arando en el viento y sembrando en el mar, pero finalmente no es así. Si cualquier enseñanza que hemos dado en un aula de clase permite mejores seres humanos, entonces ante los ojos de Dios y de los hombres, hemos cumplido.
Los talleres de creación literaria en los que he participado en calidad de orientador, han sido ante todo una experiencia de acercamiento con la cultura de la geografía diversa de este país. Lo primero que tratamos de incentivar en estas actividades, es crear o reforzar el ánimo lector. Sabemos que un buen libro conduce a otro, y que en ese proceso a fuerza de interrogarse y encontrarse en la voz de los otros, puede surgir la llama de la creatividad. No se trata entonces de "enseñar" a escribir, sino de hacer comprender que un buen lector puede llegar a desafiar la hoja en blanco, pero ante todo, que su hábito le llevará con el tiempo a dimensionar de mejor forma su papel sobre el planeta y a convertirse en un ser consecuente con su sociedad, en un mejor ser humano, útil e innovador.
*¿Hay un hilo conductor en tu obra poética desde Gotas de cristal (1985) hasta Los hilos rotos del tiempo (2013) o cada libro tuyo debe considerarse como una creación independiente y autónoma?
Gotas de cristal publicado en 1985 fue elaborado de manera artesanal y distribuido entre familiares y amigos. Es el libro del inicio, de la época de estudiante, de los primeros amores y las primeras lágrimas pasadas al papel.
Luego vendría Lejanías (1993) que de alguna manera me permitió mostrar las pretensiones de convertir la poesía en una forma de vida y ponerla ante los ojos de personas vinculadas con el medio, para recibir de su parte, críticas y aportes.
De ahí en adelante, los libros publicados han tratado de conformar unidades temáticas, pero libro a libro se ha formado una especie de cadena que necesariamente presenta evoluciones. Muchos de ellos rinden desde sus títulos y contenidos junto con el CD de música colombiana "Cantos a mi Colombia nueva", homenaje al gran Witman: dos ediciones de "Cantos del desamor y el desencanto" (1995-2015), "Cantos en el ocaso de la primavera" (2001), "Cantos ígneos"(coautoría-2005), "Cantos Sin Cuenta"(2005), y "Cantos a mi Colombia nueva"(2011).
Otros libros aparecen a manera de denuncia, en calidad de hijo de un país que ha soportado eternos conflictos sociales: "Entre el abismo y la trinchera"(1998), y "Tríptico de la indignación" (coautoría-2009).
Trato también en mi obra, temas que enaltecen la labor de indígenas, de campesinos y de artesanos, de las manos que tejen la historia de Colombia en el día a día, de los amigos que han acompañado el quehacer y las sendas desde una visión urbana, que pretende visibilizarlos , en temáticas que se mezclan con poemas amorosos, existenciales y vivenciales: " Cantos Sin Cuenta"(2007), Contrapostales para ciudades insomnes (2015), y la Antología "Los Hilos Rotos del Tiempo" (2013).
Para el público lector infantil y juvenil he publicado con inmenso afecto, ocho ediciones del libro "Ena-Génesis" (instantes que se hicieron eternos), dos ediciones de "Las locas historias del pato Pepotas", "Ven Hijo", y "Nathaly y el mar".
Un libro muy especial, "Tríptico del amor"(2012) publicado en coautoría con Fernando Soto Aparicio y Fernando Vargas Valencia, representa tres generaciones, tres grandes amigos y tres voces que se unen para exaltar el mayor de los sentimientos humanos. Con la reciente partida del Maestro Soto Aparicio, en esta amalgama de palabras, como en todos sus libros, se alza su voz perdurable y sabia.
En estos momentos, se encuentra listo para su publicación el libro "Hilos Dispersos" y en preparación se encuentra "Los cantos del viajero", "De versos sueltos y otros dolores" y el segundo volumen de música colombiana.
*En tu concepto ¿Cómo está la poesía que se escribe en Colombia, comparada con la poesía que se escribe en otros países de Latinoamérica y España?
La poesía en Colombia y en Latinoamérica ha servido como catalizador social y como formadora de generaciones cobijadas por la esperanza en medio de la guerra y la adversidad. Actualmente se escriben torrentes de poesía, pero para fortuna del género, es el colectivo popular el que se va apropiando de lo que considera que le corresponde para reflejar la verdadera historia, socavada por la globalización, el auge de los medios masivos de comunicación y la desaforada infiltración de las redes sociales. La mayor posibilidad de acceder a la educación, ha facilitado la formación académica de los aprendices de poetas, que finalmente somos todos los que hemos emprendido el camino. Se ha comprendido que no basta el don, sino que la academia es fundamental en el proceso de escritura.
La profusión de Encuentros de Escritores, permite el permanente intercambio de autores en cada país, y a nivel internacional, impulsa la difusión de las obras literarias y la participación en antologías que favorecen el quehacer, a pesar de los impenetrables guetos. España con el legado de su idioma impuesto (única ganancia de la invasión), sigue siendo faro en nuestra cultura, pues su ancestral simiente poética es de obligada y necesaria lectura para los que pretendemos seguir la senda, y las nuevas voces, como otrora, surcan los mares y trascienden.
Podría afirmarse, que la poesía resiste y permea de manera importante los ambientes culturales y se constituye en la alternativa de las nuevas generaciones para recordar la historia y reescribirla.
*¿Qué papel juega la poesía en tu vida?
Le debo demasiado a las palabras: le debo geografías, le debo abrazos, le debo ternuras, le debo recriminaciones,le debo ausentismos, le debo devociones. Cuando las palabras empezaron a ser amigas mías, entonces descubrí que no estaba solo en el mundo, que me acompañaban las palabras, porque los seres humanos son fugaces; siempre llegan y se van: algunas veces se los lleva la muerte, pero generalmente se los lleva el olvido que es peor que la muerte física.
Desde un principio hice el compromiso de procurar ser voz de los que no la tienen. La poesía tiene arrobamiento; tiene el esplendor de la contemplación y a veces, por esa misma hermosa contemplación, nos olvidamos de mirar al hombre, ese hombre que en el planeta hace que la vida sea grata, pero que sabe que la vida es en extremo difícil.
Desde hace varios años mi salud ha presentado episodios de muy difícil manejo, que tienden a llevarme a la inmovilidad. El amor de mi familia, la fraternidad de mis amigos y la poesía, han fortalecido mis resquebrajadas alas y aún quiero remontar, verso a verso, día a día, el viento siempre fresco y renovador que me brindan las palabras.
"Soy un jilguero atrapado en un cuerpo que no me deja volar"
El invitado
Fernando Cely Herrán, Bogotá, Colombia. 1957. Co-fundador del grupo poético "Esperanza y Arena" y del grupo artístico literario "Escafandra". Su obra ha sido difundida en periódicos, revistas y antologías a nivel nacional e internacional. Se desempeñó como profesor de literatura durante 31 años en colegios y universidades de la capital del país.
Escritor invitado a encuentros literarios internacionales (Ecuador, México, Nicaragua, Venezuela, Cuba y Estados Unidos), así como a diferentes encuentros literarios realizados en Colombia.
Ha dirigido Talleres de Creación Literaria para el Ministerio de Cultura, La Escuela Superior de Administración Pública (ESAP), la Alcaldía Mayor de Bogotá, las localidades de Fontibón y Teusaquillo en Bogotá, la Corporación Biblioteca Rafael Carrillo Lúquez, en Valledupar (Cesar), la Corporación El Sarazo de Pauna (Boyacá), y el Museo Casa Bella, en Nobsa (Boyacá), así como para universidades, colegios públicos y privados a nivel nacional.
Escritor homenajeado en reconocimiento a su trayectoria, vida y obra, por parte del 7° Encuentro de Escritores Paunenses (Boyacá), del 4° Encuentro Internacional de Escritores del Valle de Iraka (Boyacá), del X Encuentro de Escritores de Chaguaní (Cundinamarca), y de la Universidad Autónoma de Colombia.
Elegido Copresidente del Parlamento Nacional de Escritores, con sede en Cartagena de Indias, para el periodo 2013-2014.
Colaborador de la Revista Horizontes Culturales.
Director en el departamento de Cundinamarca, del proyecto nacional Lecturas Urgentes de Poesía.
Director de los talleres de creación literaria Navío de Sueños.
Obras publicadas
Gotas de cristal (1985)
lejanías (1993)
Cantos del Desamor y el desencanto (1995)
Entre el abismo y la Trinchera (1998)
Cantos en el ocaso de la primavera (2001)
Ena-Génesis (instantes que se hicieron eternos) ocho ediciones
Las Locas Historias del Pato Pepotas (2004)
Cantos Ígneos (2005) (poemas para reinventar el amor) Disco Compacto
Con Fernando Vargas Valencia y Luis Eduardo Diaz.
Cantos Sin Cuenta (2007) (Colección Poética Isla Negra)
Tríptico de la Indignación (2009) Coautor con Darién Giraldo y Fernando Vargas Valencia. Cuadernillos de Poesía Isla Negra
"Cantos a mi Colombia nueva" (2011) CD de música colombiana (Canta autor). Proyecto Editorial Isla Negra.
Tríptico del amor (2012) coautor con Fernando Soto Aparicio y Fernando Vargas Valencia. Proyecto Editorial Isla Negra.
Los Hilos Rotos del Tiempo -antología- (2013) Colección Poetas Colombianos Siglo XXI. Editorial Caza de Libros.
Las Locas Historias del Pato Pepotas (2014) Editorial Atenea.
Ven Hijo (2014) Editorial Atenea.
Nathaly y el mar (2014) Editorial Atenea.
Contrapostales para ciudades insomnes (2015) Editorial El Quirófano (Ecuador).
Cantos del Desamor y el desencanto. Segunda edición (2015)
Obras en preparación
Los cantos del viajero
De versos sueltos y otros dolores
Cantos a mi Colombia nueva II (CD de música colombiana)
Hilos Dispersos