sábado, 28 de enero de 2017

Jorge Valbuena. Los poemas

Gilgamesh

Allí en Uruk, un hombre, leo
salió a caminar por las callejas del sol
desesperado por el color de la ceniza
cuando la luz
                 se muere en la tarde.

Su boca no pudo pronunciar
el cauce que vierte las edades
-viento que al cruzar se posa
en un silencio embestido-.
Busca un lugar
afanosamente
dónde poner su pie sin que el camino
siga llevándose el tiempo.

Enamorado de la vida que ha dejado
                                     amarrada a un espejo
sale a buscar la eternidad.

Su viaje es un largo retorno
caudal de dudas que defiende
hasta encontrar otra puerta.
Como quien huye de su sombra
huye de la muerte
                               
                                  la vigila
posada en un árbol de incendios
            tallado en el aire.



Poema en reparación

Preguntan en la tienda por el nuevo libro del poeta
buscan sus comisuras errantes en las calles donde se aleja
pastoreando sus sombras
pero en la tienda no saben si habrá, si hay
un nuevo libro del poeta
un libro en el poeta
no saben del poeta o qué será de su jardín incendiado.

Las calles en cambio saben algo
como un sendero en un balcón sumergido
cruzan por los ojos de los transeúntes
y se detienen a tallar asombros
asuntos que en lugar de orillas guardan barcos
que por instantes se entregan a huracanes de caminos
una tormenta de azares que se envuelven
hasta que el poeta invierte el destino
de polución de las horas.

Ejemplo: Esa losa podría ser solo una losa
pero en el suelo suelta
es un adoquín en mitad de un andén en mitad de la ciudad
del que salta, cuando la pisan,
un chorro de lluvia de la tarde gris de ayer mientras respiras
quien lo pisa se detiene a limpiar su pantalón
murmura algo entre líneas
y vuelve a ser de la hojarasca en el vendaval
después de unos segundos imperdibles,
así cruza una larga fila de ejecutivos
de dolores apresurados
de caricias incompletas
de relojes afilados
de reflejos rotos que pisan el adoquín
y se mojan de lluvia de la tarde gris de ayer mientras respiras y de
rezagos
hasta que el poeta ve en el adoquín estropeado un corazón
que solo palpita cuando alguien lo pisa y se detiene
a limpiar su pantalón o su sombra
pero se detiene al fin y al cabo.

Y entonces lo salva
el poeta recoge ese poema atropellado
y lo lleva en su ambulancia de suspiros
a la ciudad acumulada en sus hojas que ya empieza
a nublarse de esplendor
y lo siembra en medio de la oscuridad
para que tiemble
como ceniza de luz entre los ojos.
Mientras tanto el poema, ese corazón arrollado
en cuidados intensivos
se entretiene mirando
por entre la curvatura de hollín de los segundos
otros poemas como él atravesados por lanzas
o suicidas, adulterados, con las alas vacías
en sus lecciones de vuelo y de canto
para poder partir al asombro.
"Como en un cuadro de un Bosco ebrio" dijo sentirse un poema
el otro día
cuando le preguntaron en una entrevista por su lenta recuperación.

Y nadie sabe qué pasó con el poeta
la editorial decidió publicar un especial
de recetas para esconderse en caso de temblor
y ayudas nemotécnicas para combatir los trancones.
Y el poeta no sabe tampoco
Nadie, ni él mismo sabe algo
sobre su nuevo libro,
solo recuerda que debe regresar los poemas
que ha estado recogiendo
a su hábitat natural
a que detengan los transeúntes
en mitad de la calle o de la vida
a limpiarse el pantalón o la sombra
cargada de ahogo
de la lluvia de tarde gris de ayer mientras respiras.



Baúl del aire

Así transcurrían las cosas en este país
un día era una visita a la luna
que podía predicarse en dos lugares
con sus alas rotas.
Un cambio de agujas para el silencio.
Morían en la esquina los tejados
las banderas se incendiaban de bruma,
rasgaban velámenes en la vigilia,
y en un oscuro jardín de tumbas
caían los pétalos a nuestros primeros vientos.
El tiempo entonces dormía en la inquietud de sus labios
susurraba en la oscuridad
cifras remotas.
Temía el tacto la llegada del día y en la noche
vigilaba con torpeza su ataúd.
Pero las flores crecen en el pavimento.
La cima del huracán
era un libro sumergiéndose en el polvo
arriba, lejos, huyendo de un caudal inevitable,
era el mundo, su diluvio, su origen, su extravío
las sílabas del pánico,
el sitio donde habitan los andrajos de la aldaba.
Entre tanto aquí crecía cada paso
mis manos se elevaban
y crecía
en medio del azar y las ofrendas
moronas de rumor que desplegaba cada reino.
El libro en la esquina del estante
crecía callado conmigo,
ninguna mano se habría acercado a su voz
hacia tiempo,
en su portada dos ojos
cortando con frío al frío
un hombre mirando
al vacío desde su intemperie,
advertía un abismo observándome.
¿Su título?
Baúl del aire
se leía desde el pozo de esa edad:
Baúl del aire en finas letras rojas.
Afuera era una noche sumergiéndose
cuando solté sus vendas y vi.
Como una hoja que quiere ser el aire
como un sauce
como un helecho que persigue a la lluvia
caí robándole centímetros al ayer
hasta la noche de ese traje
hasta esa tumba
fuera de aquí Baudelaire
donde el silencio guarecía
todos los respiros del mundo.



 Fin de jornada

El profesor llega a su casa en silencio
su casa es silencio y entra
saluda a las horas que se aferran al fogón
en la espiral de fuego que duerme
en su biblioteca.
Bocas y umbrales que apolilló el cielo.

Los habitantes del miedo
hacen su ronda impaciente
adentro el mundo sueña,
afuera se adormece.
El reptil cansado de la noche
cuenta los andamios
que trazó el sol.
Su condición de arpegio
y de silueta
su soga en la que todos se iluminan.

Adentro llueve.

Las palabras penden
de una larga llovizna.
Tras una ventana encendida
sobre la madera del escritorio
el profesor y la noche
se vigilan.


                                                                                   Jorge Valbuena 

Jorge Valbuena. La entrevista

El poeta Jorge Valbuena nos habla del asombro. El tiempo siempre se renueva y cambia. La poesía está en continuo movimiento.

Jorge recomienda llevar un libro de poemas en el bolsillo.  El camino siempre es más grato cuando se va acompañado. También nos dice que conversemos con los niños; en ellos está la poesía en su estado más puro, ellos nos hacen comprender el mundo.

Bienvenido querido Jorge al espacio Claroscuro.


*¿Qué es poesía?

Una de las múltiples virtudes que tiene la poesía es que no se deja definir.  Ella sola se encarga de confundirnos o de encontrarnos con sus acertijos. No buscaré una definición para el hallazgo que significa pero sí puedo pensar que la poesía es un lenguaje universal que nos pertenece a todos de uno u otro modo, tanto para el que la escribe o el que la lee o el que la siente desde cualquier lugar o posición sin saber que ese asombro que acaba de ocurrir algunos lo llamamos poesía. De repente algo nos devuelve a ese misterio íntimo que implica existir, pensamos entonces en la vida, la naturaleza, la sombra de nuestras manos, la música, el amor, los espejos, y allí en ese silencio que queda como después del estallido de un sueño nos damos a la libertad de brindar otro sentido a aquello que ya lo tiene. Los científicos ya nos han dicho tanto de la lluvia, de sus idas y vueltas, de sus ciclos, sin embargo la seguimos escuchando y viendo como si siempre nos visitara una distinta, nueva, originaria. De manera que la poesía es quizá la esencia misma de nuestra condición como humanos, tan solo basta borrar todo lo que ya consideramos conocido, medido, razonado, para verla resplandecer como una voz entre la humareda. Es un alfabeto infinito que no termina de trazar la eternidad del origen, en la poesía siempre tenemos la posibilidad de crearnos.


*¿Qué no es poesía? 

Considero que aquello que pretenda ser estático, absoluto, dogmático y definitivo no puede ser poesía. La poesía es ese río que fluye cambiándolo todo, si todo es siempre lo mismo puede que todo sea mentira. Los signos que un día se usaron en un poema pueden reflejar una época, un estilo, un tiempo, pero no la única forma de ser y hacer poesía. Hasta en la vida misma los cambios son necesarios para el equilibrio, cuando hay algo anquilosado en el mundo, en el poder o en el silencio, se necesita la poesía. Sin transformación, transgresión, ruptura y sinceridad, no hay poesía.


*¿Qué experiencias y qué enseñanzas te ha dejado La Raíz Invertida?

La poesía ha sido considerada por muchos como un oficio solitario, y lo es, hasta cierto punto, cada uno tiene su propia particularidad al mirar el mundo y descifrarlo estéticamente, pero también es cierto que la historia de la poesía ha dejado grupos de amigos y movimientos inolvidables, anécdotas fraternas quizá mucho más presentes que en otro género de la literatura.  Esa fraternidad que tiene la poesía parece ser inherente al oficio; así nació La Raíz Invertida, como un grupo de amigos amantes de la poesía, unidos en el asombro de una bella imagen, un gran verso, un descubrimiento. Hemos ido descubriendo la poesía en conjunto, sus filigranas. Es infinito el universo de las letras comprendimos que caminarlo compartiendo los hallazgos es mucho más valioso. Coincidimos en ese rumbo. Hellman Pardo y Henry Alexander Gómez son compañeros de viaje, maestros de la palabra, en ellos late una pasión incontenible por la poesía y saben transmitirla, siempre están en función de ella o viceversa, con ellos la poesía deja de ser una simple posibilidad en el mundo para convertirse en una constante permanencia. Comprendí en este grupo que definitivamente sí se puede vivir de la poesía, que hay más plenitud al vivir cuando respiras poesía , que la poesía no es un lugar que visitas de vez en cuando; creo que reafirmé mucho estas ideas, y me mudé definitivamente a ese hogar que es el lenguaje, inevitablemente.

Son muchas las anécdotas y los aprendizajes, largas horas de conversaciones al calor de la poesía, pero uno de los aprendizajes cardinales que me ha dejado compartir con este querido par de delirantes del verso es precisamente que la poesía es muy útil, necesaria y vital para todo.


*¿Estás adelantando algún proyecto literario en este momento?

Aún me considero un aprendiz en todo esto, disfruto no ser un experto, la literatura todo el tiempo va mostrando infinitas posibilidades. No hay fórmulas ni procedimientos. Por ello en el único momento en que trabajo por proyecto es cuando estoy corrigiendo, de lo contrario dejo que la poesía me encuentre por asalto cada día, entonces a veces no sé que será de todos esos versos escritos. Algunos sobreviven, otros se quedan donde están. Cuando siento que ya ha habido un cambio en el ambiente, si algo en la mirada ya define otro tono entonces recopilo los poemas que he escrito y los miro desde la distancia pensando en un poemario o un libro, un conjunto significativo que manifieste un criterio formal. Así se creó Árbol del navío, tres años de versos trajinados en la calle, el escritorio, las bibliotecas, las reuniones de trabajo, los trancones, las citas no cumplidas, las incapacidades y las vigilias. Sin embargo, hace rato ando lanzándole piedrecillas al cuento a ver si me abre la ventana, leo mucha narrativa, soy un admirador del cuento y las novelas, disfruto la escritura en todas sus manifestaciones. En la creación ando en muchas búsquedas, por eso el proyecto literario que adelanto en este momento es leer muchos autores de todas partes, por ahora norteamericanos, qué deleite ha sido encontrarme  con los poetas norteamericanos y con esa rabia e ímpetu de sus narradores, admirable, por ahora proyecto que quiero leerlos bastante.


*¿A dónde te ha llevado la poesía?

La poesía es en sí misma un viaje. Me ha llevado y me ha traído y me ha encontrado. A ese lugar íntimo llamado capacidad  de asombro con el que tropiezo a diario. En cualquier sitio a donde voy como un turista o peatón me encuentro la poesía. Ella se la pasa así, sin visas ni fronteras, sin límites.


*¿Qué lecturas o qué poetas recomiendas?

Hay que leer de todo, y volver sobre lo leído, releer. La poesía nos enseña a mirar más profundamente, por ello recomiendo siempre, en mi labor de docente, poeta, amigo y ciudadano, estar en contacto con la poesía. Salir de casa sin un libro de poemas en el bolsillo es un inmenso desamparo. Aunque los poetas que más recomiendo son los niños, ya que son poetas por naturaleza (basta conversar un rato con ellos para entender la magia que significa estar en el mundo) sugiero saltar al azar, leer de una época a otra, países diversos, nombres desconocidos, leer los autores nuevos y los clásicos a la vez, que la literatura sea una sola y andemos descifrándonos sin cronologías o direcciones.

Hay poemas y poetas que ya viven conmigo, que ya no solo los leo, me leen, me dan consejos, me regañan, los recito en el camino, a diario, como quien silba su canción favorita, se han ido quedando por su cuenta, en el descubrimiento, y cada día la lista es más larga y la familia más extensa, afortunadamente solo se alimentan con el "sueldo del alma": Roque Dalton, Alejandra Pizarnik, Juan Gelman, Antonio Cisneros, Héctor Rojas Herazo, Jorge Enrique Adoum, Blanca Varela, Fernando Pessoa, Juan Bañuelos, Jorge Boccanera, Carlos Oquendo de Amat, José Emilio Pacheco, Eduardo Chirinos, Charles Simic, Ledo Ivo, Gonzalo Rojas, Paulo Leminski, César Vallejo, José Manuel Arango...la lista siempre será más larga.


*¿Por qué es importante la poesía en la formación y en la construcción de personas y sociedades?

La poesía no es solo importante sino necesaria. A menudo escucho personas que dicen que la poesía no sirve para nada, incluso a algunos poetas, pero si miramos alrededor y notamos lo mecánicos, inhumanos, insensibles, consumidores, apáticos que nos hemos convertido,  la poesía se instaura como un elemento de una utilidad "inútil" para los valores del presente, que nos devuelve el espíritu de alguna forma, la posibilidad de vernos despojados de tantos dogmas, jerarquizaciones, deberes comerciales y prejuicios. Leer un poema es volver al origen, ahí te das cuenta que todo lo que te rodea se puede derrumbar, que hay hilos más trascendentales que sostienen el rumbo.


*¿Qué opinión tienes sobre la poesía en las redes virtuales?

Las redes virtuales y los múltiples mecanismos que usamos ahora se han convertido en una herramienta de gran importancia para difundir no solo lo que escribimos quienes no tenemos la facilidad para publicar, sino para generar un movimiento y una cultura del intercambio de saberes desde los recitales, los festivales, las revistas, los encuentros. Las redes han servido para descentralizar y quitarle ese velo a lo imperioso de la institucionalidad y dar la posibilidad de que las ideas y las motivaciones fluyan espontáneamente, sin permisos, premios o palancas.


*¿Dónde radica el encanto de la poesía?

En el asombro que te brinda la posibilidad de crearlo todo de nuevo, ese acto sencillo pero sublime de nombrarlo todo como si fuera la primera vez.


*¿Cómo defines tu estilo, tu voz poética?

Entre menos definiciones me ponga creo que es más largo el camino, y prefiero ese lugar de la constante exploración. No me quedo en ningún estilo, la poesía y las lecturas van marcando un recorrido que siempre se muestra inesperado. El azar que brindan los descubrimientos va tallando la voz, pero espero que no sea única, sino múltiple. Transformarme en lo posible. El estilo y el tono creo que lo brindan las circunstancias que se están viviendo en cada etapa, no una escuela, una tendencia o una influencia literaria.


*¿Crees que existen rivalidades o celos en el ambiente poético?

Siempre han existido, desde los griegos, los romanos, y después se convierten en anécdota literaria para el que ve a la distancia. Incluso esas rivalidades se vuelven literatura con el paso de los años. Hay rivalidades de antología en la historia de la literatura, monumentales episodios a los que uno vuelve de vez en cuando gozoso de repasarlos. Colombia no ha sido la excepción, ha tenido hasta poetas que confunden ese ambiente con "un ring de boxeo", pero los tiempos cambian, si algo caracteriza a estas nuevas voces es su fraternidad y respeto por el otro. A veces pienso que sería interesante que existieran rivalidades ejemplares, de esas que se leían y se comentaban, se reseñaban los libros sin interés alguno, se criticaban y le daban un dinamismo constante al ambiente poético. Lo que noto ahora es que persiste una enorme preocupación por publicarnos pero no por leernos.



El invitado




Jorge Valbuena, Facatativá, Cundinamarca, Colombia, 1985.

Magister en Estudios de la Cultura con mención en Literatura Hispanoamericana, Universidad Andina Simón Bolivar, Quito, Ecuador; Especialista en Creación Narrativa de la Universidad Central; Licenciado en Humanidades y Lengua Castellana de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Su poemario Presos, recibió el Premio Departamental de Poesía de Cundinamarca en el 2008. El mismo año Los arados del parpadeo fue merecedor del Premio de Poesía Revista Surgente. Su obra Péndulos fue reconocida con el primer puesto en el Concurso Bonaventuriano de Poesía en 2010 y su poema "Abismos del silencio" fue ganador en el Concurso Nacional de Poesía Palabra de la Memoria. Su cuento "Atando anzuelos" fue ganador en el Premio Distrital de Cuento Ciudad de Bogotá, 2014. Finalista en el IV Premio Nacional de Cuento La Cueva, 2014.

Hace parte del comité editorial de la Revista Latinoamericana de Poesía La Raíz Invertida.
Autor de los poemarios La danza del caído y Pasajera de agua, publicados por El ángel editor, Quito, Ecuador, 2012-2014. Recientemente se publicó su libro Árbol de navío, Editorial Cuadernos Negros, Calarcá-Quindio. Promotor de lectura y gestor cultural. Docente en las universidades Distrital Francisco José de Caldas y Minuto de Dios, Bogotá.

miércoles, 25 de enero de 2017

Miguel Ángel Rubio. Los poemas

Para partir de Ítaca nuevamente

Hace mucho tiempo una historia
contó que un hombre volvía.

Durante veinte años
navegó los mares y desafió las olas
Desde entonces no ha llegado.
Y el tejido largo del tiempo hila pliegues y sombras en las nubes y en los
rostros.

Tantas Ítacas han pasado
como tantas Penélopes esperan,
más, como si no bastara los mares siguen igual
pues ya no importan todos los Ulises que hay en mí
luchando por volver.

Para partir de Ítaca nuevamente.


Gato

Sombra veloz entre la bóveda
Tigre diminuto de porcelana
Figura de arcana atmósfera
Es tu pelaje gris de filigrana

Tus patas son turbinas de viento
Trepando la vida de un mundo extraño
Tu mirar esquivo, sospecha intentando
Descubrirnos tu misterio, tu silencio, tu encanto

Todas las brujas del mundo habitan en ti
Y a las mujeres con tu holgazana risa enfundas
Las maravillas del mundo haces tuyas

Hermano de Satán, gato de siempre
Tus orejas egipcias, tu voz silente
Un andar cadencioso de animal sin suerte



Noche estrellada sobre el Ródano

Eres amarillo Van Gogh.
No puedes negarlo, las pruebas son contundentes, ese color, es tu cardumen de pájaros escapados de tu pie. Creíamos ciegamente, los observantes de tu cuadro, que eran estrellitas.
El azul, Vincent, nos has hecho creer que es el agua del Ródano y no es más que el alma que se ha apoderado de todo el rectángulo de tu obra...
Serena, triste, suicida,...has inventado el azul suicida, quizá, como dice Galeano a cientos de años de historia y de kilómetros, para no matarte,...
para no matarnos.
¿Y esas barcazas abandonadas a la vera de la playa?
Ese eras tú, y soy yo,
solos...

Noche estrellada sobre el Ródano
Vincent Van Gogh

Jardín universal

Toda flor fue antes un pájaro que perdió sus alas
y todo pájaro es ahora una flor que canta en mi ventana.

Estamos hechos de flores y jardines
pues solo el hombre ama aquello que no vuelve
y destruye las flores que asoman a su alma

Sin embargo, día tras día
riega, abona, limpia y poda
las hojas secas de su propia muerte.


                                                                           Miguel Ángel Rubio

martes, 24 de enero de 2017

Miguel Ángel Rubio. La entrevista

El poeta Miguel Ángel Rubio nos muestra que el rostro de la poesía es una flor, que antes de ser flor fue pájaro. El poeta nos dice que el canto del pájaro es el mismo canto de la flor. Así, Miguel nos lleva de la mano a ver el nacimiento de otros mundos, a descubrir la poesía que vive dentro de nosotros.

Bienvenido Miguel Ángel a las páginas de Claroscuro.


*¿Cómo defines la poesía?

Lo inconmensurable. Diría como Lorca, "Poesía es el encuentro que dos palabras que aparentemente no tienen nada que ver y que forman algo así como un misterio". La poesía es lo desconocido, es aquello que extraña el mundo, que lo hace ajeno.


*¿Cómo debe ser el lenguaje poético?

El poema debe narrar. Debe contener una historia evidente y bien contada. Mi primer libro, Melancolía del Puerto, por ejemplo, es la historia de un Icaro moderno, intentando buscar cielos. Eso le queda claro al lector, y también éste, debe construir el rompecabezas propuesto. En consecuencia, el lenguaje poético debe aspirar a la claridad total, a la diafanidad de la palabra.


*¿En qué términos se establece la relación entre poeta y lector?

El poeta, tiene un artificio debajo de su manga. El lector espera develar el truco que existe en: Vendrá la muerte tendrá tus ojos ¿cómo viene, se pregunta el lector, qué color de ojos tiene, los ojos de quién? El poeta sugiere, esboza, solo deja en el aire la impresión; el lector pregunta y arma. Esa debe ser la relación.


*¿Se puede hablar de pacto o de complicidad?

Lo llamaría desafío, el lector debe ser ese alumno que te desafía en clase y al que no sabes como responderle. Te vas a casa buscando la forma de ganarle el debate.


*¿Qué buscas y que has encontrado en la poesía?

Intento buscar locura. Encuentro amigos.


*¿Cuál es tu opinión sobre la nueva generación de poetas colombianos?

Es muy interesante leerlos. Son poetas que como en mi caso, buscan la poesía más allá de los libros, o los versos. Entonces, habitan lugares que el poeta antes no alcanzaba. La red, la música de un disco, la TV, el cine. Eso enriquece la poesía, la rejuvenece. Pienso en un poeta de mi ciudad llamado Andrés Galeano, que en uno de sus poemas incluye a Lex Luthor por ejemplo, y no descuadra para nada, ni chilla dentro de la lírica propuesta. Yo acudo al humor en el que algún momento bebieron los nadaístas.


*¿Qué poetas o qué lecturas recomiendas?

Creo que empezaría por mi poeta de cabecera. Porfirio Barba Jacob, todo poeta debe beber en su vitalismo. León de Greiff y su palabra extraña y resonante. Creo que entra en ese pequeño mundo X504, Cesar Pavesse, Pessoa, Celán, Joaquín Sabina, en fin... tantos que podría llenar esta página.


*¿Cómo es tu poesía?

Sencilla, que no simple. Del resto no sé. Que la defina el lector.


*Una última pregunta Miguel. A través de tu experiencia y conocimientos en la Resolución de Conflictos ¿Pueden articularse la paz, la poesía y la política?  ¿Cómo a través de la poesía construir paz, cómo crear la conciencia necesaria para lograr transformaciones de fondo que nos permitan avanzar como una sociedad donde quepamos todos?

Hoy más que nunca es válida esa relación entre poesía, política, paz y guerra. Responder tu pregunta me hace recordar el poema de Gabriel Celaya La poesía es un arma cargada de futuro. Efectivamente, la palabra es un arma poderosa que permite al escritor crear nuevos mundos.

A Colombia no le hacen falta tantos recursos naturales o buenos dirigentes (que es muy importante), lo que el país realmente necesita es volver a soñarlo, volver a imaginarlo, volver a crearlo. Y pienso que en ese crear nuevos mundos, la poesía nos da la clave: La gente necesita volver a apalabrar el mundo. Expresar tranquilamente lo que se siente y lo que se piensa, recuperar la capacidad de asombro, la compasión, moverse ante la problemática del otro, ponerse en sus zapatos.

La poesía es el vehículo que nos permite soñar, ser felices, aprender a vivir en sociedad. La felicidad no tiene ideología; no se es más feliz si se es comunista o de derecha, no se es más feliz si se es guerrillero o líder político. Se es feliz por el simple hecho de ser humano.

No estoy de acuerdo con la poesía panfletaria o con aquella poesía que se compromete con intereses políticos. Te reitero: La poesía es la utopía que nos permite crear ese mundo soñado.



El invitado




Miguel Ángel Rubio Ospina. (Manizales, Caldas 1985).

Licenciado en Español y Literatura de la Universidad Tecnológica de Pereira. Docente de Secundaria, Tallerista de Creación Literaria, Teatrero, Periodista, Poeta y Político. Encuentra en todos estos oficios una conexión vital que tiene que ver con sus grandes pasiones, la Literatura, la Historia, El Teatro, El Cine y la Política. Adelanta estudios de pregrado en Historia en la misma universidad y es diplomado en Resolución de Conflictos y Construcción de Paz.

Algunos de sus poemas han sido publicados en las revistas de poesía Luna de Locos, Quitasol, La Astilla en el Ojo, Polifonía; y en las Antologías Cafeína (2013), y Tocando el Viento (2011).
El poeta español, Fernando Sabido Sánchez, pública en su Antología mundial de poetas una pequeña recopilación de sus poema. En el año 2008 recibe mención especial del jurado del concurso de poesía Quijote de Acero, quedando en segundo lugar, y en el año 2014, su libro Noche de pájaros (actualmente Melancolía del puerto) (Inédito) recibe mención especial honorífica del jurado Letras de Pereira para el mundo. Colombia-México. Ediciones Sin Nombre.


sábado, 21 de enero de 2017

Rosario Bersabé Montes. Los poemas

Invierno cruel

Una vez más escapa de mis manos
la sutil primavera de las flores,
y el cansancio, señor, y los dolores
atropellan designios de veranos.

Ya los desvelos me resultan vanos,
los días van mermando resplandores,
y del dorado otoño los fragores
me arrastran a los fríos más tempranos.

Y con disfraz de trance equivocado
rajando la atalaya vulnerable
ya se avecina el congelado invierno.

Glacial y cruel efigie impenetrable
que pretende en sus garras lo prestado
para arrojarme al pozo del infierno.



No tengo más doctrina que tu boca

No tengo más doctrina que tu boca,
mi credo son tus labios, y tus besos,
y muero por tenerte entre mis brazos
bajo el gris desolado del invierno.

El frío se eterniza en mi tejado
recubriendo mis noches de silencio,
a gloria ya no suenan mis campanas
ni fulgen las estrellas en mi pecho.

¡Qué camino más largo hasta tus manos,
cuánta espina clavada entre mis dedos,
qué senda tan estrecha hasta tus ojos,
cuántas rosas marchitas en mi pelo!

Vago en la inmensidad de mi delirio
los pájaros detienen su aleteo,
ya no oigo los susurros de sus cantos
¡sólo oigo...los ladridos de los perros!



La impasible cornada de la muerte

Asediándote siempre enamorada
la parca te ofrendó la nieve pura
y dos alas de espléndida blancura
envidia de la rosa perfumada.

Como un toro llegó al atardecer.
como un toro, embistiéndole a la vida,
y en plena juventud de amor ungida,
rompió el sino, tus sueños de mujer.

Cuando mis ojos tu partida vieron
ya el carmín de tu rostro marchitado,
abominé del cielo y de tal suerte.

Y mis labios dos lágrimas bebieron,
al saber que te había lacerado
la impasible cornada de la muerte.


                                                                       Rosario Bersabé Montes

Rosario Bersabé Montes. La entrevista

Leer a Rosario es, de alguna manera, viajar al pasado. Ella es alegoría de las primeras letras, natural surgen los romances, las décimas. Su  poesía es intimista, nostálgica, de delicado vuelo.

Bienvenida poeta Rosario Bersabé a las páginas de Claroscuro.


*¿Para qué la poesía?

Para alimentar el alma.


*¿Por qué creer en la poesía?

La poesía transmite los sentimientos del poeta y su lectura es un bálsamo para los sentidos.


*¿Qué palabra o qué palabras tienen más peso en tus poemas?

Nunca pensé qué palabras uso más o uso menos en mis poemas. La poesía es sentimiento, y según el estado de ánimo en el que me encuentro va surgiendo el poema.


*¿Qué has encontrado en la poesía?

Satisfacción personal, amigos incondicionales de los cuales aprendí muchísimo, sentimientos dormidos que afloran sin ni siquiera darte cuenta. He encontrado en la poesía una manera diferente de ver la vida. 


*¿Qué buscas en la poesía?

Enriquecerme cultural y sensitivamente con la lectura de los poetas a los cuales leo.


*¿Cuáles han sido tus influencias poéticas?

He bebido de la fuente de todos los poetas que he leído, de cada uno de ellos he tomado sorbos. A veces me sorprendo cuando me dicen que mis poemas tienen el sello de tal o cual poeta que ni siquiera conocía. 


*¿Influye la poesía en transformaciones sociales?

No lo sé, seguramente si la gente leyera más poesía, quizás influyera. 


*Loe encuentros poéticos, las lecturas en voz alta, los conversatorios, los talleres de poesía, la propagación de poetas en las redes virtuales. ¿Todos estos elementos qué suman y qué restan a la poesía?

No creo que le resten nada. La poesía es música, ¿podemos decir que hablar de música y acudir a conciertos, le resta a la música? ¡No! ojalá hubiera más gente interesada en la poesía y ocupara el sitio que le corresponde.


La invitada




Rosario Bersabé Montes.

Nacida en Écija (Sevilla). Residente en Villa-seca (Tarragona).
Aunque siempre disfrutó de la poesía no fue sino hasta últimos de 2005 que comenzó su andadura poética.

Amante de la lectura.

Ha colaborado en diversas antologías poéticas y en diversos festivales de poesía, danza y música.
Es miembro de varios grupos poéticos.

Finalista en diversos certámenes poéticos de Tarragona y Barcelona.

Poemarios editados:

De roca y yerbabuena (2008) Silva Editorial. Prologado por el poeta y payador chileno Hugo González Hernández.

La cruz del verbo (2010) Silva Editorial. Prologado por Francisco Fernandez Pro-Ledesma. Poeta y Miembro de La Real Academia de Ciencias, Bellas Artes y Buenas Letras "Luis Vélez de Guevara" de Écija.

El Baúl de los sueños (2013) Ediciones Cardeñoso. Prologado por Anabel Sáiz Ripoll, Doctora en Filología,  Catedrática de Lengua y Literatura.

Empatía (2016). Círculo Rojo Editorial. Prologado por Anabel Sáiz Ripoll, Doctora en Filología, Catedrática de Lengua y Literatura. 




martes, 17 de enero de 2017

Carolina Bustos Beltrán. Los poemas

Tríptico I

Del estado del tiempo

1

Así la lluvia
cae,
Relámpago
hecho milagro.

Rodillas rasgadas
Me detengo
y
la lluvia
no llega, no existe.

Así la lluvia
es ilusión
en espera prolongada.


2

(Me toca) La tormenta
duermo
sueño que vienes
claro,
impetuoso.

(Me tocas)tempestad,
en ese acto violento
de entrar de improviso;
desapareces.

Esperé que pasaras:
lluvia.
Observé la ventana:
tormenta.
Quería escapar:
tempestad.

Comprender la alegoría
del estado del tiempo.
Pero tu rostro humedecido
tocaba
el borde de mi mejilla;
indagaba
en mis labios:

                            Besos.

3

Tu ser hecho chubasco
busca refugio
dentro de mi piel;
fuera la fuerza del viento
hostiga la noche.

Nadie
es
ni
está.
Somos
               charcos
                              desbordados en deseo.


                                                                                                            París,diciembre de 2015



E. E. Cummings y otros ciertos poetas

                                                                                                                     A Andres Contreras in Memoriam

Conocí ciertos poetas a destiempo.
Sus versos eran filas de sílabas incompletas
y sus sintaxis una sustancia absurda y delicada.

Pasé mis tardes a reconstruir sus modernismos
impasible frente al placer que me procuraba dicha tarea.

Perdí mi tiempo.

Silencio: estaba perdida; estoy perdida y tú poesía...

Cuerdas vocales que era necesario coser y quemar sus membranas para no escuchar más
palabras]

(tejido vital dotado de sonido vibrante (alambre de púas triturando el nervio: Destierro)

Tan fascinante como dudar de si
paradoja e hipocresía de nuestro tiempo
cuántas palabras de Vallejo pasaron por mi garganta anestesiada
y toda esa sal vertida en mi café para beberme a Pessoa.

pensé en él joven y bello, pintando y volando entre óleos y perfume de trementina)

Y a pesar mío, una lágrima (aqua) tu cuerpo desaparecía
y otro diminuto nadaba en líquido amniótico...

Rimbaud fornicaba con Verlaine y Verlaine le tiraba la lengua a un gato
Silvio, cuerdas sin ripio y un submarino en La Habana

chilenos del mundo, dos poetas. Neruda masca chicle y Violeta es cántaro de agua fresca.

Y mientras tanto, el trueno, la hoz y el silencio.
No sabía nada de la realidad, ni de las náuseas de un ser en mi vientre.

Leía a Pizarnik en el balcón de una ciudad: la mía.
Ayer vi una frontera, vi hombres, pasaportes y me fui, me fui sola.
¿Quién está aún allí? ¿Tú poesía? Mi país detrás.

Miles de cabezas ruedan; la vida, si lo sabéis, es la felicidad y ella es macabra.

Bebí vino, sabiduría y vi a los hombres morir de hambre en París; también de deseo.
Inviernos grises; Baudelaire héroe de adolescentes de la clase de literatura de la maestra
Perdomo]
Y nosotros torpes alumnos, poco o nada comprendimos.

¿Quién declamó un soneto shakesperiano? Ni mi tía, ni mi padre
pobre viejo lleno de arrugas invisibles, pobre idiota sin líneas en la mano ni destino.
Mi tía, un pudín que se desliza entre los dedos de los pies, y su amor a Bécquer.

Y esos poetas que me pertenecen sólo a mí, el delirio de mi soledad ergo mi poesía.

Amo los versos en español, en francés y en portugués,
nunca domestiqué con pericia el griego ni el latín
aunque confié en los poetas mayores: Homero, Catulo, Sófocles y Safo
vocablos, simetría y ritmo: música del Mediterráneo.

Silencio: Volver a vivir en francés.

Conocí la lengua inglesa a destiempo, de hecho ni siquiera la hablo.
Nos engañan, la poesía traducida nos llega disfrazada.
Las orejas que ignoran las lenguas bárbaras echadas a su suerte. Good luck baby!

Mathieu me presentó la poesía américana: Bukowski, Carver, oh divino Carver,
antes de abandonarnos como unos folios blancos.
Las puertas se abrieron y Jim conmigo serpenteó.

Invierno en Clichy, Andrés, su pintura, Chicago
Cohen y su sombrero negro.

Mentira, aún es invierno, la muerte minúscula. La muerte Mayúscula.
-La conocimos-Dijo ella.

Andrés murió. El acrílico seco reposa en la sombra.

Creí en Lorca, en Granada y los muertos se esfumaron de nuestros labios
y tanto amor y tantos versos y tanta vanguardia (...U S A 2) gastados]
Franco os mutiló las sonrisas. Hernández, 4 cebollas para un bistec
y un huérfano en una canastilla]
Dictadores de pieles, de árboles de olivo, de sangre en el río.
Me gusta esta oda adjunta, la poesía de verano es una farsa al frío de junio.

Chaud/calor; Froid/Frío:  Pluie/ lluvia; Mensonge/ mentira y
Tristesse/ tristeza

Conocí a E. E. Cummings a destiempo,
dos años en una biblioteca y aún perdí mi tiempo.
Sólo me quedan algunos poetas: Cavafis, Paz, Rilke, Andrade, Apollinaire,
tal vez Corbiére, los amores amarillos, ocres, naranjas y la miel de tus besos.

Andrés, Andrés, Andrés

¿Y ahora? ¿Quién te va a salvar? ¿Yo y mi pensamiento predicho al polvo?

Haikus, versos libres; prosa lírica, prosa sola; versos: arte o literatura.

Pobres seres solitarios como Miller que sobrevivieron a una ciudad triste llamada Clichy.

¿Y ahora? ¿Quién me va a salvar? Tú Carolina y tu pensamiento predicho al polvo. 

                                                                                                                    Clichy, junio de 2011




Gente normal/ Gente banal

Te sientas al frente de tres chicas
todas con el mismo ordenador gris de una manzana blanca
Te dices que cómodas son nuestras vidas
afuera hace frío, aquí calor, bebemos café, nos conectamos al WIFI
Es un momento aparentemente feliz.

Una de ellas se siente complacida
su novio le envía mensajes, ella caritas felices y quizá él le dice una que otra cosa coquine
debe terminar una disertación o un TD para alguna clase de derecho en Assas
y las 5 de la tarde tomar el tren de vuelta a su casa.

Entre tanto la espío. Pongo notas, malas, buenas, regulares,
Bebo mi té con leche y jengibre y observo con tontería el mundo banal
a través de las ventanas de internet y de los otros archivos Excel
que atraviesan mis minutos de tedio.

Todo es tan apacible
cuando termina el invierno
el sol va y viene pero nuestros cuerpos están calientes
y te preguntas si tanto confort no es un lujo

Recuerdas que debes escribir cosas serias,
que debes ser un ser humano ejemplar
que tienes tareas por cumplir
y dos horas de clase delante a las que irremediablemente no puedes faltar.

Estás en un café de paso con música gringa en el centro de París
Te sientes pender del hilo de la alegría y te asusta la gente normal
Los minutos pasan sin darte cuenta y
te dices sin remordimiento por qué hacer nada es tan placentero.

                                                                   París, Odéon,  15h47, 16 de marzo de 2016


                                                                              Carolina Bustos Beltrán

lunes, 16 de enero de 2017

Carolina Bustos Beltrán. La entrevista

La poesía está arraigada en el viento, es el viento mismo. Con la palabra Viento, Carolina Bustos Beltrán explora en los recuerdos, remueve el tiempo y traza el mapa de su vida.

Al igual que la poeta, la poesía es itinerante, observa lo cotidiano, lo reseña, lo interioriza y lo hace suyo.

Bienvenida Carolina a las páginas de Claroscuro.


*¿Qué es poesía?

Vida y como la vida a la poesía le adjudican un sinnúmero de definiciones. Algunos podrían llamarla rebeldía o resistencia, otros evasión y consuelo, rabia y convulsión. Un arte soberano que reside inherente a la palabra, la palabra del ser animado que le da valor.

La nombro vida por azarosa y al mismo tiempo ella es un cobertizo permeable, extensible y amoldable a cualquier circunstancia, es ahí donde el lenguaje se manifiesta con supremacía ante el asombro, todo es digno de hacerse y percibirse como poesía, en esa sencillez y economía el verso aparece, existe, nombra o silencia el poema.


*¿Qué te motiva a escribir?

Respondo a un impulso. Escribo desde que soy niña, soy un ser solitario que se entretuvo leyendo y escribiendo y eso no ha cambiado. La soledad es un refugio grato para la búsqueda estética.  Necesito extinguir mi ocio con placidez o angustia a través de la escritura, ocupar mi mente que todo el tiempo arma historias o dialoga con el momento que vive para entenderlo, dilatarlo o sobrellevarlo. No sé si hay una motivación determinada o si es un acto premeditado a cumplir con un propósito. Escribo y me alivio, doy cuenta de un instante en el que debo indagar porque me interpela, luego quizá viene el motivo y en ese caso será la denuncia en la que mi voz se rebela contra lo que no soporta o por el contrario se exalta con lo esencial y lo bonito.


*¿Cómo fue tu encuentro con la poesía?

La poesía llegó a los 29 años después de escribir cuentos, piezas de teatro o tesinas. A pesar de ser un género que siempre me gustó, llegó en el tiempo justo, cuando la vida me sacudió y me hizo regresar de nuevo a París después de pasar tres años de estudios en Portugal y España. De nuevo en esta ciudad, la poesía me salvó de un duro invierno. En ese entonces trabajaba en una gran biblioteca, donde pasaba horas enteras leyendo poesía, al mismo tiempo conocí al poeta francés Mathieu Lecocq que me presentó a magníficos poetas de distintos lugares del mundo. Él se encargó de reconciliarme con París para siempre, me insistió y aún  me insiste en escribir poesía con urgencia. Mi primer libro de poesía (aún inédito) "Del fin al inicio" fue el resultado de ese encuentro. Luego algunos poemas fueron seleccionados en concursos y así comencé a hacerme "poeta" sin convencerme. Más adelante en 2013 la poeta antioqueña Marga López Díaz dio la estocada final cuando en su viaje a París conversando conmigo me reiteró que la poesía me pertenecía, que había venido para quedarse y a modo de chascarrillo me dijo que dejara la pendejada y que siguiera con mis versos. Podría añadir a tu primera pregunta que la poesía también son los seres humanos que la adoptan, y de ahí que a los poetas les debemos mucho de este vicio.


*¿Qué buscas en ella, qué has encontrado?

Ella ya está, ella existe desde que el hombre comenzó articular el mundo y su sentir.  Sin buscarla está y salta a mis ojos, me toca, me acaricia y me sacude. Encuentro lo que no busco. Se declarara absoluta.


*¿A dónde te ha llevado?

Me lleva a escavar en la palabra, ese es un ejercicio maravilloso que disfruto. Me lleva al silencio; a la abstracción de lo que no se puede nombrar; a trasgredir el léxico; o desafiar la estructura del lenguaje o un idioma que no alcanzan porque no lo hablo o no existe. Me ha llevado a desmembrar mis urbes habitadas o inventadas; a desentrañar la tierra; a oír más cantos de pájaros y descubrir especies de seres que no conozco; un poco también a atormentar a ciertos hombres; a desentender el amor; a infringir lo establecido; a osar lo correcto; a sentir el pánico y denunciar el horror ante la violencia y en especial aquella que se ejerce a las mujeres; a burlarme de mí. La poesía precisa de humor y lucidez y ahí también me ha llevado.


*¿Con qué palabra te identificas, con qué sentimiento te identificas?

Viento, ya lo dijo Aurelio Arturo en "Morada al sur"
"he narrado el viento, sólo un poco de viento". Él se basta.

Ternura. Ya que es un sentimiento en vía de extinción.


*¿Por qué escribir poesía?

Por la belleza ante el horror. La poesía es justa y bella.


*¿Cuáles han sido tus influencias poéticas?

A influencia preferiría citar algunos poetas que me han brindado embriaguez poética. Fue sensato Baudelaire de recomendarnos de embriagarnos sin césar de vino, de poesía y de virtud. Y, Arturo, Pombo, Cummings, Carver, Bukowski, Neruda, Pizarnik, Varela, Gelman, Cortázar, Gómez Jattin, Paz, Vallejo, Borges, Catulo, Pessoa, Hernández, Cernuda, Lorca, Cavafis, Baudelaire, Rimbaud, Verlaine, Corbiére, Shakespeare han sido dosis suministradas en el tiempo preciso. No puedo dejar de lado a Cohen, Morrison, Dylan, Jorge Velosa, Edson Velandia, Gustavo Cerati, Vetusta Morla, Violeta Parra, Paco Ibañez, Lou Reed.  Me dirás que éstos últimos no son poetas, pero ahí te dejo el dilema, para mí sus composiciones son excelsa poesía.


*Sino fuera la poesía el lenguaje elegido para sentir y expresar el mundo, la realidad, la intimidad. ¿Cuál sería ese otro lenguaje?

Música.


*¿Qué opinión te merece la poesía que actualmente se escribe en nuestro país?

Leo con gusto a Fátima Vélez, Fadir Delgado, Tania Ganitsky, Ana María Caballero, María Tabares, Camila Charry. Nombro mujeres porque la poesía colombiana y universal es muy masculina y vale la pena que la poesía actual de Colombia sea también escrita por nosotras.

Me alegra que los jóvenes desempolven el armario vetusto de esa poesía melosa, empalagosa y regionalista que en gran medida hablaba de amor y desamor como si fuera la preocupación universal de la poesía.  Es alentador que esta poesía nombra las cosas por su nombre y en ella todos los sujetos son susceptibles de ser poéticos: el cotidiano, la ciudad, lo feo o grotesco, la guerra, el desamparo y la esencia de la vida sin duda como: el dolor, la alegría, el asombro, la niebla, una hormiga o una babosa, sin perder el sentido estético de la estructura clásica del poema que es atemporal, ya sea innovando en el uso de las nuevas tecnologías, la pintura, la ilustración, el vídeo, las artes plásticas o el performance. La poesía tiene la gran capacidad de permear, fundir o trasgredir otras artes con la responsabilidad estética de la belleza. La dificultad actual es el riesgo de crear una poesía como producto de consumo desechable y mostrar al poeta en una vitrina virtual que exalta egos superfluos.  El tiempo en su inmediatez nos dirá también el valor de la poesía escrita por los incomprendidos millennials. 


*¿Hacia dónde va la poesía?

Adonde la lleve el viento. Tiene la libertad y rebeldía de ser parte de su tiempo para no extinguirse; en esas anda hace siglos.


La invitada



Carolina Bustos Beltrán (Tabogo 79)

Poeta y narradora, reside en Francia desde 2003 y ha vivido en Portugal (Oporto) y España (Madrid). Tiene una Maestría en Estudios de América Latina de la Universidad de la Sorbonne Nouvelle y es Máster Europeo en Estudios Latinoamericanos de la Universidad Autónoma de Madrid. Docente  universitaria, apasionada del tarot, viaja en low cost, escribe en un Mac y lee en el RER A.

Ha sido galardonada en varias ocasiones: Mención del I Concurso de Relato Breve El Dios Tecnología, convocado por Fuentetaja literaria en 2013, por el relato "Buenas noches, mi amor", en el XVIII Concurso de Cuento de la UAM 2009 su relato "La Marea Alta (cuento con banda sonora)" fue seleccionado para el volumen colectivo Entre líneas y otros cuentos. Tres elogios y otros poemas, publicado en Madrid por Ediciones Universidad Autónoma de Madrid, 2010. En poesía ha sido seleccionada en el certamen Voces Nuevas -Selección XXIII convocado por la editorial Torremozas en el año 2010. Recibió en 2015 el Tercer Premio del Concurso Ediciones Embalaje del XXX Encuentro de Poetas Colombianas del Museo Rayo, Roldanillo, Colombia por su poemario "Lecciones de UrbEnidad". En 2016 "Estación Tropical y otros poemas sinuosos" fue finalista del Premio Internacional de Poesía "Pilar Fernández Labrador", Salamanca, España. Sueño Stereo publicado en 2014 por la Editorial Caza de Libros -Colección Prosas y Versos- es su primer libro de relatos.

Sus poemas han sido publicados en antologías, revistas y blogs en Colombia, México, Argentina, Estados Unidos, España y Francia.

sábado, 14 de enero de 2017

Irene Dutari. Los poemas


María Irene Dutari Font. Córdoba, Argentina. 
Poeta y Pintora.

Ha publicado los poemarios Divina Soledad (editorial Babel), y En la piel de mi alma (ediciones Masmédula. También ha participado en eventos literarios, muestras culturales, concursos y tertulias  en España, Chile, Qatar y en la propia Argentina. 

Hace poco me hablaron de Irene Dutari y quise conocer sus poemas. Sin duda fue un grato descubrimiento reconocer en ella la sensibilidad del alma, los ojos de la poesía, la piel de los colores. Leer sus versos es sentir ese suave contacto, esa caricia que traspasa el silencio.

Gracias Irene por permitirme conocer tus poemas. Bienvenida a Claroscuro.


Los poemas

La muerte llega pájaro,
posa su vuelo en el vientre,
mira los ojos envejecidos.

La muerte desgarra el alma de la carne,
de avenidas, de paredes amarillas
y los tejados violetas de una noche vigilante.

Toma las manos,
un beso de Judas sacude la tierra,
una frontera ganada a otras siembras.

Las alas se quiebran en tumbas plateadas,
la luna llama, te nombra...espera.

La muerte decide el suspiro, 
el último en tu cuerpo
rendido.

Polvo serás, aire nacido,
refugio de tu sombra
en el nuevo nido.



La sinfonía del viento llaga mi cara,
las manos mojadas sobre el invierno del alma.

Ahora está lloviendo,
un paisaje de incienso traga el aroma de los versos.
Se ahogan palabras,
cierran mis ojos,
una muerte inventada en la humedad de la tierra.

Siguen descolgándose lágrimas,
un beso cae del cielo, despide su boca.

Ahora está lloviendo en la oscuridad de mi cuerpo...
llueve...llueve...llueve.


Escribo en la distancia,
en la hora callada,
en el piso, debajo de la cama,
en la palma de tu mano.
Escribo porque vivo o muero...
existo en estas palabras expresando sin mas nada...
solo dibujo y rayo el costado, el frente,
arriba y abajo...en los centímetros
que alejan el calor de la hierba en nuestras manos.



¡Me casé!... me casé con un poeta que caza mariposas en la ciudad de edificios y plazas de baldosas muertas. Buscamos en la cima de la avenida un campanario, le colgamos velas, el peinó mi cabello con estrellas, yo le calcé zapatos de charol y una flor.

Coronó mi cintura con sus brazos, dibujó una nube, descolgó el sol y me vistió de retazos. Yo bajé la lluvia en sus ojos calmos, bordé labios en sus dedos regordetes y le pegué alas en sus hombros por detrás de la espalda.
Abracé su cuello, ¡me llevó tan alto!...buscamos la luna, tejimos bufandas, tendimos los sueños, nos recostamos en espumas, entre brumas.

¡Me casé con un poeta, fabricamos un cosmos, inventamos el cielo, volamos tan alto!



                                                                                    
                                                                                        Irene Dutari

sábado, 7 de enero de 2017

Zeuxis Vargas. Los poemas

Desollando el llanto

Yo que tengo por costumbre esta manía,
esta verborrea pegada
como cuero roto entre los labios,
yo que grito y berreo
hasta ponerme hinchado el corazón
y los puños morados
de tanto darle a nada y resentido.

Yo que me levanto a veces
con cierta repugnancia
arrinconada y susurrando,
tengo que decir,
que no es veneno lo que pasa
sino un sabor originario
que a veces nos pone a todos
de luto hasta los sueños.

Esto de tener que vivir como saliendo a escena
(como porfiando viento,
muecas de fastidio entre los ojos),
es apenas un motivo
para echarle fuego hasta la sombra.
La vaina sencilla de levantarme con fastidio,
de saber que vuelvo al ruedo aniquilando quejas
tiene cierta insistencia de aguja
punzando la carne
o cualquier cosa que posibilite un grito.

Es que crecer, de pronto,
con el olor de la sangre a ras de aliento
es como ponerse a recordar
lo echado a perder entre los sueños.

Que lo serio es esto;
ponerse a vivir como si fuera cierto.

Llevar del pescuezo y a rastras,
la sonrisa de hipócrita al trabajo,
ponerse a hacer familia;
abultar con cansancio las rutinas,
llegar como despierto hasta un domingo;
ponerse a mirar los días
como si fueran diplomas colgados en el pecho
y llorar, hasta reventar la sombra
como pompa de jabón entre los dedos.

Es que gritar así no lleva a cuento
sino a meras certezas de cuchillo.

Es esa rasquiña,
esa esquirla poniendo rojo el desespero.

Yo tengo esta manía
este desagrado hacia el reloj de las esquinas,
esta gana de bajarme del mundo para siempre,
de ponerle tarjeta de vencido
a la mueca de amor que me vendieron.

Es que cargar de pronto
con tanto lío de silencios
perpetrando ciertas decepciones,
con el capricho de saludar amigos
y encontrar sorpresas como si fueran rostros,
le vuelve arisca el alma a uno,
le carga con fastidio las cobijas.

Yo tengo desgarrado algo
que se me sale, a veces, a maldecir los días;
la sensación de no hallarme,
la negación del tiempo
haciendo estragos en mis huesos.

Es que uno, a veces,
se levanta muerto
rajado a la mitad,
apenas floreciendo monotonías
y bostezando hastíos.

Es que uno, a veces,
se echa a podrirse
encima de contritos desalientos,
se nos eriza el compungido
o una gana de rompernos las entrañas
nos pone a mirar cualquier soledad con odio
hasta estallar lamentos.

Es que a veces, yo, como cualquiera.
enervado con ciertas cosas
que le sacan filo a la tristeza
me pongo en el oficio
de desollar el llanto.

Del libro: Las cosas que aprendí. Editorial Seshat, Bogotá, 2016.




Encuentro

El viejo recorrió la plaza.
Caminó por todo el malecón.
Saludó.
Esperó el atardecer.

A punto de volver,
ya resignado,
en los ojos de una anciana
que lo llamó por su nombre,
reconoció la infancia.

El mar,
de pronto,
se arremolinó.

Volvió a sentir
con algo de nostalgia,
el lomo de gato
de la espuma entre sus piernas
y perdido
en la retrospectiva de sus recuerdos
jugó una vez más,
quizá la última,
con las olas.

Argos se llamaba.

Ulises el Océano.

La anciana desapareció en la tela.

Del libro inédito: las Evidencias rescatadas.




Antología


Mi instinto ha desfallecido,
ávido,
todo encima,
por las inundaciones precisas de la libertad,
por el musgo
y la sospechosa pampa del delirio que va ahogándolo todo.
Me ha musitado, de esos fondos sin tregua:
sueños revueltos como lentejuelas de pantano invadiendo.

Yo le tengo cariño a esas incursiones.

A veces, presiento,
que sigo viajando como si fuese un cauce subterráneo que brega,
que hace lo que hacen los años entre los cuerpos.

A veces reviento algo por dentro como si naciera:
busco la luz lo mismo que la crisálida al abrirse frente al rocío.

Yo me he columpiado
frente a los cráteres del espanto.
Yo he amado hasta meterme la tierra entre los huesos:
este esqueleto será brisa,
lo he visto,
yo lo creo,
entre Biblia y cielo lo he sentido emancipado.

Yo sigo atisbando vestigios inmensos
como minúsculas distancias arrojadas al deseo.

He arruinado mi vida por todo esto:
por puñados de minutos augurándome
los mejores encuentros con lo desconocido.

De vez en cuando, parado frente al mismo recuerdo
me he sentido como un animal abandonado,
como si anduviera fronterizo,
como si supiera del desasosiego.
Pero he proseguido
y entonces, el crepúsculo,
me ha sorprendido trazando nuevas fronteras:
huellas blandas a la orilla de un río.

A esa sensación tan placentera que es la de escaparse
toda mi sangre se ha entregado.

He delirado por la velocidad como si sólo el instante bastara
y he entretejido mi aullido
como si quisiera dejar un fantasma tendido entre los árboles.
He escrito algunas palabras para perpetrar una historia:

mi nombre, aunque sea
y nunca he renunciado a desangrarme ante la felicidad.

Cada día he amanecido lejos de la repetición,
severamente me he sentido único.
He señalado, con anhelo,
las montañas inalcanzables,
los asolapados ríos escondiendo
entre la noche
las tranquilas charlas con el fuego.

Pero tampoco olvido
los rostros que fueron convirtiéndose en cotidianidad.

Sin embargo,
hay tantos labios para humedecer de nuevo,
para limpiar con la caricia
que me resulta difícil resignarme a perderlo todo.

Mi mente es alguien confundido,
desordenando todo,
tirando todo por la ventana.

Cuento esta verdad,
delirando todavía.

Todos los días un fugaz temblor
viene a decirme
que sólo es un viaje esto de la memoria,
lo digo en serio,
lo de la nostalgia
y la mirada trayendo ciertas conversaciones parecidas a un nido
son cosas que van enfermándolo a uno,
que la van poniendo ramas y hojas y estrellas en el aire.

De ahí nacen las lágrimas. No hay otra patria.

(Hay grillos
que plantan su voz de ausentes
en el centro de la lluvia.
La oración que nadie escucha,
la frase que confirma
que siempre se termina enamorado de la Luna).

Pero uno lucha, esquiva, se despedaza.
Yo he soñado con vivir de nuevo,
me he inventado,
cada milímetro del mundo ha sido como un lienzo en blanco:
me he arrojado con todos los colores,
sangre he pintado,
uñas,
barro y sueño entre los dedos,
todo encima:
montón de pintura que recuerda.

Yo me he entregado.

Todo.

Al final...
el cuadro siempre ha quedado solo
como cuando una llama se apaga
en la tiniebla.

Del libro Los nombres de mi sangre




                                                                                        Zeuxis Vargas