Alguien viene, trae en las manos el aire de las rosas, silba al ritmo del canto de los pájaros. Viene a encontrarse con la vida.
Bienvenido Julián Rondón-Carvajal a Claroscuro.
Julián Rondón-Carvajal. Médico y Cirujano de la Universidad de Antioquia, 2013/1. Durante su formación en pregrado, realizó 3 cursos de creación literaria bajo la tutoría de Paloma Pérez Sastre, docente de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad de Antioquia y reconocida escritora del entorno académico antioqueño. Ganador del curso de cuento “Inverso el verso”, realizado en la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia en abril de 2011. Participó en los Concursos de Poesía de la Revista Prometeo y de la Casa de Poesía Silva, en el año 2014. Tiene 2 poemarios inéditos a la fecha: “Los cantos evocados” y “Jericó: eco y bruma”, este último escrito desde y durante su experiencia como médico rural. Los textos presentados a continuación son poemas que no pertenecen a las colecciones previamente mencionadas. Actualmente, se encuentra terminando la especialización en Medicina Interna, en la Pontificia Universidad Javeriana.
Sobre tierras y formas
Julián Rondón-Carvajal
(selección de poemas)
Soy
Soy el sueño ingobernable de tus páginas nutricias,
el ocaso marginado de tus labios de placer,
la península agitada de tus fronteras de niña,
el sigilo del recuerdo en tu rostro de mujer.
Soy la luz que se oscurece entre vientos vespertinos,
los senderos que separan tus retratos del ayer,
la inocencia que se esfuma entre líneas discontinuas,
el silencio, aquel sepulcro,
donde brillas siempre bien.
Soy la voz de tus hoyuelos,
el reflejo de tu vida,
las curvas de tu cabello
al brillar tu desnudez:
soy las gotas que provocan
el olor de la ceniza,
la inmortal reminiscencia
de tus labios y tu piel.
Antes del fin
La muerte:
dócil impacto/
beso de humo/
fuego que muerde.
La vida:
voz de una herida/
grito fecundo/
numen que asciende.
La noche, al fin
La noche, al fin,
como un litigio:
lucha constante
que no cesa.
Separa de la ficción
la levedad de un suspiro,
un suspiro húmedo, deliberado:
casi una agonía.
Se derraman estrellas
como cruces de luz
en medio de la sequía.
La noche, al fin:
un milagro.
Estallan palabras
pronunciando tu nombre:
incandescencia
de cuerpos celestes
que encuentran refugio
en el sello hermético
de tus labios,
de tus labios que gritan libertad.
La noche, al fin.
Tu rastro, tu rostro
Pesan las hojas pardas
sobre el camino onírico de tu ausencia.
Abre el silencio oscuro
la brecha del tiempo
erguido ante tus pies:
átomos de luna blanca
acarician el milagro de la reminiscencia.
He sabido perseguirte ya entre estos fríos pastos,
planos y robustos,
de lánguida soledad.
El tiempo es un rebaño ciego e inclemente.
Tu rastro, tu rostro,
un mapa impregnado por el néctar del recuerdo.
La última caricia antes de morir al sol:
danza de una llama que se apaga sin ver,
al final,
la luz que le nace desde adentro.
Insomne
Camino por el satírico crepúsculo de tu sueño,
enajenado, insomne.
Soy la frontera inquebrantable
que levanta el alud de tu rostro disfrazado
de luz y de inocencia.
Angosto,
deshago ipsofacto los ríos
que nacen desde tu vientre ingrávido:
perpetua la noche en que brotaste,
ligera,
como un absurdo en mi fantasía.
Tiembla la agonía de tus manos,
siempre abiertas,
mientras mi sombra escapa al matiz
de tus quejidos,
dócil, errante, insomne.
Divertissement
Corre el tiempo -va-
atravesando la espuma
que se teje entre tus pasos de arena.
Átomos de luna llena
conmueven la cúpula de tus angostas pupilas:
transgrede una luz -dispersa-
el despertar de tu sonrisa.
Amanece sobre el lecho -tu piel-,
reflejo único de primavera,
el camino evaporado de tu voz inmortal.
Julián Rondón-Carvajal