¿Dónde la poesía? Aquí, dentro de nosotros. En el espacio de los ojos, justo en el recuerdo. Justo ahora.
¿Dónde el poeta? Aquí, dentro de nosotros. En la sombra de un dios que todo lo ve.
¿Dónde el poema? Aquí, justo en medio de la vida.
Joaquín Reyes nos habla de las cosas que sabemos existen, pero al intentar darles una definición, nos desbordan. Ese es el caso de la poesía.
Bienvenido Joaquín al espacio Claroscuro.
*¿Cuál es tu definición de poesía?
Aunque la pregunta parece sencilla, es muy difícil de responder. Entonces, tácticamente parecerá que eludo contestarla de forma frontal...Y así es. Primero, creo pertinente decir que lo que no es natura es producto, creación, invención y convención del hombre. Por ende -y contraviniendo a muchos que sostienen que la poesía, así como la verdad, existe per se, independiente de su hacedor y de su objeto-, afirmo que la poesía es un constructo humano insertado en el ámbito de lo estético. Bajo esta premisa primera, voy:
Sucede que la poesía es bastante escurridiza y no se deja -por decirlo de alguna manera- atrapar fácilmente. Siendo sensatos, debemos percatarnos de que a la poesía no se le puede encuadrar ni atarla a regla alguna, aunque se disponga de elementos y términos filosóficos, técnicos..., formales pues, que parecieran definirla y, por ende, controlarla, dominarla.
Definitivamente, considero que la poesía, la verdadera poesía, poco y a veces nada tiene que ver con su parte formal y convencional, pues entonces bastaría con un algo de estudio para que cualquier persona hiciera poesía, escribiera poesía y deviniera poeta. No, no es de esta forma evidentemente. No obstante, y algunos lo juzgarían contradictorio con lo que acabo de señalar, cualquier persona puede hacer poesía y, así, devenir poeta.
Pd: Un día una mujer divina y dadivosa me dijo que agua de garrafón yo bebería y, sin duda alguna, hizo poesía. Va la evidencia:
Poesía húmeda (o continuará...)
" Y, estando yo boca arriba, me dijo - yo no soy poetisa - con cuidado y sin prisa...sin cosquillas que da risa" Ella dadivosa, y sí retributiva, mencionó sin duda caritativa, que gustosa me alimentaría y agua de garrafón yo bebería. Repliqué. ¡Cuánta vanidad porfía!¡Qué exagerada eres, alma mía! "El rocío de mis Muslos sería..." Así orgullosa dijo, e hizo poesía: Sabrosa sustancia líquida, gotitas libres que escurrían, gotitas de lluvia que no llovían, verso tras verso haciendo poesía. Agua que revive al desahuciado, agua pura de manantial sagrado. ¿Acaso no es eso hacer poesía?¿No es así poetisa el alma mía? "
(fragmento)(JRRB/2015)
Continúo con la estrategia de las premisas, las peculiares resoluciones y las posdatas...el ser humano se vislumbra ante diversos escenarios en lo que respecta a sus sentimientos, a sus deseos y a sus emociones. En el mejor de los casos puede expresarse como va (situación prácticamente nula; en psicoanálisis se asegura que el humano "más normal o sano" tiene algo de neurótico). En otro caso (el más concurrido), las personas reprimen inconsciente y defensivamente muchos de esos deseos, sentimientos y emociones. En un tercer escenario -el que quiero enfatizar- la persona, el ser humano, emplea un grandioso mecanismo en contraposición a la represión: sublima esos deseos, sentimientos y emociones...y los convierte en arte, en poesía...y, aunque parecería obvio, que no, nace el poeta...
el poeta es dulce, es tierno, es cálido, es ácido, es irónico, es incendiario, es descubridor, es temible, es deseable...y es, de verdad, vanguardista y pionero. El poeta sublima comenté líneas arriba y, más allá, -sin ser psicoanalista-, se sumerge en las profundidades del inconsciente humano. Y añado en esta premisa: el poeta puede ser tanto y tantos porque es persona a la vez que personaje...la energía -se asegura en la Física- sólo se transforma. De este modo, el poeta -por nombrar de algún modo al hacedor de poesía- en momentos tiene ideas (léase ocurrencias bien armadas) y en ocasiones únicamente ocurrencias (es decir, ideas con formas de aparente descuido). Pero, sean unas o sean otras, ninguna en absoluto es casualidad. Las casualidades no existen. Si el poeta dice algo por algo lo dice (y si alguien entiende algo, por algo lo entiende así, y aquí me refiero a la otra parte, o contraparte, sin la cual ni poema, ni poeta, ni poesía tienen sentido).
Pd2: Ilustro mi dicho:
La ocurrencia del poema (o rotundamente por ti)
"Podría contarte de mi sueño constante contigo...pero tendrías que escuchar poesía erótica, de esa que -con pleno disfrute y a modo de plegaria- se repite, se repite y se repite, una, otra y miles de veces, hasta quedar grabada para siempre."
(JRRB/2014)
Alguna vez he sugerido, y ahora lo vuelvo a hacer, que escribir palabras en la hechura de la poesía es como la construcción polifónica: cada palabra es una voz con su propia melodía, pero las palabras escritas, se expresan -peculiarmente- todas juntas a la vez en completa e irrefutable armonía. Ahora, como no se me ocurre mucho qué decir, va un brinco abrupto. (La poesía es algo...)...que me agrada, que me contagia, que me motiva, que me conduce a la reflexión y a la crítica, que me ha producido sensaciones encontradas, que me ha llevado a evocar personas, sitios, situaciones, que me despierta deseos y también malestares, que me enreda y me confunde, que me encandila, que me reconforta, que -quiera o no- me hace vivir, que me desata pasiones virtuosas y bajas pasiones, que me hace imaginar al otro aunque no lo conozca o aunque no exista, que no se calla y se continúa más allá de las palabras dichas.
Pd3 ... El poeta escribe siempre el libreto y, aún cuando te resistas, poco a poco y pronto pronto te reúne, lo reúne, nos reúne en el mismo vuelo, para bien, siempre para bien diría yo...
*¿Cómo fue tu encuentro con la poesía?
Grandioso encuentro, me imagino. Pienso que al abrir los ojos al nacer hube dicho: "Vida que conllevas Muerte (y todo lo demás), ahí te voy". Aunque no recuerdo -bien a bien- cómo lo expresé en ese momento.
En este sentido, siempre afirmo que cualquier momento es buen momento para hacer buena vida y, por tanto, para bien morir. Hacer buena vida, -con todas sus implicaciones- es, no sólo análogamente, sino literalmente, toparse de frente con la poesía, tener un encuentro armónico con ella.
Después -y sólo después- se escribe la ocurrencia, llámese poema, dígase prosa poética o literaria, nómbrese reflexión sentimental...
Pd: Por ahí de los doce años de edad recuerdo haber escrito algunos poemas y acrósticos tratando de cuidar aspectos formales. No conservo ninguno. Después, en distintas épocas de mi vida elaboré otros escritos, tiempos de euforia, y en otras épocas los destruí, momentos de depresión. Así es la vida. Amores y desamores, vida y muerte, eros y tánatos... siempre encuentro con la poesía. Ahora, y desde hace pocos años, para bien (o para mal, que no lo sé) de algunos, hago públicos mis escritos.
*¿Con qué palabra te identificas?
Podría decir, en principio, que con la palabra "siempre" ya que refiere lo constante, que no lo infinito, y pues ser constante deja constancia...
No obstante, creo que me identifico, en última instancia, con "posdata"... porque "la posdata siempre va más allá y entonces trasciende al siempre"
*¿Qué son para ti la soledad y el silencio?
Son espacios que dan sentido a otra instancias. Por ejemplo, el silencio en la hechura de la música es fundamental entre las notas, les da el sentido deseado, las acompasa, las completa.
Más allá, en el ámbito que nos ocupa, tanto soledad como silencio son situaciones pretexto indispensables para referirnos sentimentalmente, emocionalmente, poéticamente, a las relaciones de vida y de muerte, de gozo y de dolor, de amor y de desamor, de encuentro y desencuentro...
*¿Qué buscas y qué has encontrado en la poesía?
En realidad no busco, más bien encuentro. Tanto en los escritos de los demás, como en la hechura de los míos, encuentro el instrumento para sanearme mentalmente, vía mecanismos de sublimación, para fijar mi visión y postura de vida, en los distintos tópicos, para regocijarme y nutrir el alma, para agradecer a la vida...
*Joaquín, en tus poemas generalmente dejas una referencia musical. ¿De qué modo una canción te induce o te lleva a escribir un poema, hay una mecánica en esto, o, cómo se da el proceso creativo en tu caso?
Quiero aclarar que todo tiene que ver con la ocurrencia y con el proceso creativo. A veces una palabra o una frase en una plática, en un texto, en una canción, detona la ocurrencia, que tiene que ver a la vez con mi experiencia emocional (y con mi estado de ánimo, sea del momento o una evocación del pasado); en otras ocasiones, el detonante es una imagen. Es exactamente como se construyen los sueños: tomando parte de los restos diurnos y sumando lo que uno sabe pero no lo sabe con plena conciencia (esto es, el inconsciente).
En términos de la presentación y publicación de mis escritos, aprovecho ahora los recursos de la internet y de la red social. Si el detonante tuvo que ver con alguna canción, seguramente se verá reflejada, cínica o subrepticiamente, en mi escrito. Entonces, dando el mérito debido, acompaño el escrito con la canción, aunque no siempre. Si el detonante fue un texto, en ocasiones existirá un epígrafe a mi escrito. Si lo fue una imagen, procuro que ahí esté la misma... y así. Trato, en muchas ocasiones, de apegar congruentemente escrito, música e imagen. Así, se produce, aunque no exquisitamente, la complementariedad y la exaltación de los sentidos, repercutiendo en el disfrute (aunque de verdad no podría juzgar el real impacto).
*¿Hacia dónde va la poesía?
Si es una pregunta en general, la respuesta es que no lo sé.
Si es respecto de mis expectativas, tampoco lo sé.
Si es referida al impacto de mis escritos, el cuestionado idóneo sería el lector de los mismos.
Pd: De verdad no sé. ¿O si?
El invitado
Joaquín Reyes. México.
Psicólogo con Maestria en Psicoterapia psicoanalítica. Consultor en Evaluación educativa y psicoanálisis. Trabajó con la Secretaría de Educación Pública de México.
Escritor.