Entrar al mundo sin herirlo, abandonarlo sin salir herido. Sostenerle la mirada al silencio mientras caen los dados, caen las horas, caen las hojas. Entrar al mundo anunciándose, salir de él sin anunciarlo.
Bienvenido Jesús David Buelvas al Claroscuro.
Jesús Buelvas, poeta y escritor colombiano nacido en Ovejas, Sucre. Ha participado en varios talleres literarios y ha sido invitado a recitales y festivales de poesía a nivel local e intenacional. Es profesor de español y literatura.
Autor del poemario Los anuncios de cualquier soledad.
Administrador del canal en Youtube Mendi-Kante Ediciones
https://www.youtube.com/channel/UCSY_OZ-duUqAs_X5nc3ja8A
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* ¿Quién es Jesús David Buelvas?
Me considero un sujeto en constante construcción. Es por ello que no solo me veo como poeta. Prefiero pensarme como un intelectual en proceso, un hombre muy incompleto que acude a la poesía o al que la poesía acude cuando ella quiere manifestarse (es esto un arranque serio de egolatría, pero ¿qué intelectual no lo es?). En ese proceso de autoconstrucción perviven muchas complejidades que busco, más que aclarar, comprender por medio de la lectura, del estudio y de la escritura. Estos elementos a su vez me ayudan a mejorar cada día, si algo hay que mejorar. Esas tres acciones me permiten acceder a algo que me gusta mucho: un alto grado de comunicación conmigo mismo y con los demás. Me es difícil hablar de mí mismo. Por ello cada vez que alguien me hace esa pregunta, termino hablando de la lectura y de la escritura; dos acciones que me han dado la posibilidad de ser.
*¿Cómo defines poesía?
A lo largo de mi relación seria y consciente con la literatura, ya hace más de veinte años, han sido varias las maneras en que he concebido a la poesía. Un ser humano, si alcanza la dimensión de persona, no es estático. Tiene claridades, pero no posturas radicales y anquilosadas. Desde esa perspectiva, me he relacionado con la poesía y la he concebido como oración, como forma de vida, como herramienta útil para sensibilizar a mis estudiantes, como medio de comunicación. Como podrás ver, mi concepción de la poesía es variada y creo que amplia. En medio de todas esas definiciones posibles, de la única que he querido deshacerme es de la concepción idílica que algunos poetas le han dado en diferentes momentos de la historia literaria. Creo que esas concepciones idílicas, hoy le causan daño a la poesía y generan una visión errónea de la misma en un momento y en una sociedad en la que se le pide al poeta y a la poesía misma asumir el compromiso de ser voz, de ser conciencia, de unirse a otras formas de pensamiento para mantener despierto al sujeto, sea escritor o lector de poesía. Siempre he manifestado que los poetas de hoy debemos curarnos lo mejor posible de la ingenuidad estética a que nos ha conducido una concepción caduca de la poesía. Por lo demás, y para no extenderme, la poesía es lo que tiene que ser en este tiempo sin alejarse de las necesidades primarias y primordiales del hombre.
*¿Qué buscas en la poesía?
La poesía nos puede ofrecer todo lo que queramos y exijamos de ella. Una de las primeras razones por las que busco el encuentro con la poesía cada vez que ella deja, es porque ella me permite mantener viva mi capacidad de asombro; la posibilidad de acercarme al mundo, a la cotidianidad y a todo lo que implica lo humano con ojos de revelación. La poesía revitaliza la mirada de quien acude a ella como medio de comprensión del mundo. Soy un ser que desde mi centro me muevo hacia todas las opciones de conocimiento que me son posibles, teniendo en cuenta las limitaciones que como ser humano tengo, claro está. En ese centro, está como una de las dimensiones primordiales lo poético. Y lo poético es uno de los prismas con los que abordo esas formas de conocimiento de las que hablo, hasta el punto de que encuentro poesía en materias como la física y las matemáticas. Aunque parezca exagerado, ahora me doy cuenta y lo confieso parafraseando a Protágoras: la poesía se me ofrece como la medida de todas las cosas.
*¿A dónde te ha llevado?
Más que llevarme a algún lado, me ha ubicado. Gracias a la literatura en general y a la poesía en particular, encontré mi centro como ser humano. Ese centro es algo que descubrí muy temprano y haberlo descubierto me ha dado muchas ventajas. Entre dichas ventajas están las que tienen que ver con mis posibilidades comunicativas, con mi capacidad de relacionarme de manera ecuánime con los otros. Esas ventajas ontológicas han generado ventajas materiales. Gracias a la poesía he viajado, he ganado dinero, he hecho amigos que me profesan admiración y eso (debo confesarlo) me gusta. No pido mucho de ella, pues ella se da completa a quien se le acerca. Pido más de la sociedad, de los seres humanos. Estos tienen mucho que aprender y podrían hacerlo si se abrieran a la posibilidad de ampliar su mirada poética y sus horizontes culturales acercándose a la poesía y a la literatura. Pero bueno, eso es ya cuestión de procesos que rebasan a cualquier individuo y que no están contemplados en las bases ideológicas del tipo de civilización que tenemos. Mientras eso ocurre, yo espero que la poesía me siga llevando a los buenos libros y a más personas de las que pueda seguir aprendiendo para hacerme mejor ser humano.
*Cuéntanos desde tu papel de Gestor Cultural en la ciudad de Cartagena, cual es la respuesta especialmente de los jóvenes y adolescentes frente al ejercicio de la lectura y la escritura.
Nunca es la respuesta esperada por el gestor cultural o el promotor de lectura o el escritor. Tenemos que ser francos y sentar una posición clara frente a las falacias promovidas por los discursos de la sociedad tecnocrática en que hemos vivido las últimas décadas. Es mentira que la gente lea y escriba más. No en el sentido convencional y formativo en que debería leerse para desarrollar verdaderos procesos de pensamiento. El gestor cultural, además de sortear las mezquindades del Estado y su burocracia cultural, tiene que sortear el poco sentido que la lectura y la escritura tienen para la población colombiana. El caso de Cartagena no se sale de esa línea. La lectura y la escritura han sido envueltas en un aura lúdica extrema que les hace daño, se vende la idea de que son acciones humanas realizadas para divertirse y no para generar pensamiento.
A pesar de esto uno insiste y encuentra respuestas positivas en pequeños grupos con los que avanza en procesos que te llevan a cierto nivel de satisfacción. Esto permite que te mantenga en la línea de la resistencia y la persistencia. De alguna manera, gracias a esas pequeñas respuestas es posible alimentar la esperanza, es posible seguir caminando hacia el horizonte utópico que cada gestor cultural desde sus ganas y su querer ser se ha planteado.
*¿Por qué creer en la poesía?
Esta es una pregunta cuya respuesta se mueve exclusivamente en el orden de lo personal, de lo supremamente subjetivo. Sucede que uno va por el mundo y por más que disfrute y crea en la poesía, se encuentra que muy poca gente tiene esa misma inclinación. La gente alrededor del poeta vive inmersa en los mares inmediatos de la cotidianidad. Y por ello, la poesía en su sentido más profundo rara vez toca a esta gente. Hay alusiones y manifestaciones que quieren ser disfrazadas de poesía y la gente puede estar en contacto con ellas. En cuanto a la verdadera poesía, quienes estamos un poco más cerca de ella sentimos la necesidad de creer porque de alguna manera ésta reivindica uno de los factores más humanos que existen; la sensibilidad. Quienes entran en contacto con la poesía descubren esa capacidad de conmoverse con lo que ocurre en el mundo y creo que eso se debe a que gracias al poder simbólico de la poesía los seres humanos redescubren o mantienen su capacidad de asombro al poder mirar las cosas más allá de lo que en apariencia son. Esa y otras razones más justifican que yo personalmente crea en la poesía.
*¿Hacia dónde va la poesía?
Creo que los seres humanos que se encuentren con la poesía seguirán escribiendo y la mantendrán viva en su diversidad de manifestaciones. La sociedad en que vivimos; consumista, capitalista y colonizada no está para generar circunstancias favorables a la propagación de la poesía porque ello sería supremamente peligroso para sus intereses. A pesar de esa circunstancia, la poesía siempre tendrá su lugar en un rincón del alma humana. Eso implica que no vaya a ningún lado, sino que permanezca para siempre en el lugar que está, cumpliendo su papel primordial junto a otras formas de pensamiento; rescatándonos de los peligros que gracias a los tipos de sociedades en que hemos vividos buscan perder lo que nos queda de nuestra humanidad.
Jesús David Buelvas Pedroza
(selección de poemas)
Ataraxia
Cierras los ojos y abres los brazos.
Así te quedas.
Estático en medio de la carretera.
Los pitos de los vehículos
los insultos de los conductores
y los gritos de los transeúntes
no se hacen esperar.
Todos exponen la misma razón:
debes retomar el papel
que de acuerdo con esta rutina
a ti te corresponde.
Nadie parece entender
que frente a la inmutabilidad de tu trance
el vértigo de la ciudad es un motivo insuficiente.
Epifanías
La euforia de los predicadores
en los amplificadores del domingo.
Los jíbaros de ojos encendidos
comentan las bodas de los mastodontes.
Publican la bondad de su ritual
ante el bazuco y la cannabis.
Los golpes del dominó
remarcan la lentitud de los segundos.
Los jugadores y sus testigos
enajenados por el aura de la lúdica
acallan las puñaladas del tiempo.
En algún patio una abuela reivindica
la eficacia del cepillo
en contra de la lavadora.
Se seca el sudor.
Se complace con la blancura de las piezas.
Todo un ritual de vida esta mañana.
La brisa arrastra músicas lejanas.
Suscita en los hombres
la urgencia de verse antes sus esquivos dioses.
Heraclitiada
Otra forma de conjurar el peso de nuestra existencia.
Levantarnos para seguir siendo nadie
frente a la ciudad.
Esa mole dolorosa que se extiende más allá
de nuestros cinco sentidos.
Dentro de poco la gente estará siguiendo
el trazo de lo planteado por el día.
Se sentarán en las esquinas
entrarán en las tiendas
en las farmacias
en las panaderías.
Se montarán en los buses
llegarán a los bancos
a los centros comerciales
a los edificios de oficinas.
En fin. Esta manía teleológica del hombre.
Este ir y venir sin un aparente punto fijo.
https://www.youtube.com/watch?v=08ntwCCzG0w
Siempre pasa algo
La ciudad es un lugar donde todos los asuntos
están tocados por una laboriosa inquietud.
La necesidad del movimiento
parece habitar en lo más profundo
del corazón de los hombres.
En cualquier habitación
una mujer se quita los zapatos
y se tiende sobre la cama.
Cerca de aquí un hombre cierra la puerta
y se dispone a cruzar la carretera.
Los automóviles van y vienen
aguijoneados por el trepidar de sus motores.
Esta tarde alguien se lanzará al vacío.
La caída será vertiginosa desde un noveno piso.
(En fin, la oración del movimiento perpetuo)
La obligación de no permanecer
entre estas cuatro paredes.
Hasta aquí también llegan
las insidiosas saetas de cualquier urgencia.
Jesús David Buelvas Pedroza