Para Milcíades Arévalo y Omar Ortíz Forero,
domadores de estos corceles alados
SUMATORIA
Cuando hago cuentas,
nunca paso del número dos:
Dos lunas,
dos planetas,
dos oscuridades,
un par de lágrimas,
un par de besos,
dos fantasmas.
Todo lo que sobrepase el número dos está de más.
Más allá del dos no hay magia ni misterio.
Todo es tan simple y tan complejo como: uno
[más uno,
como un universo en pos de sus manos y piernas,
de su cuerpo entero y su grito de guerra.
El dos es la unidad con su espejo cierto.
El dos no necesita más que la verdad
y una cintura desnuda.
Clara Schoenborn
TATUAJE
Derramada la tarde
sobre las rocas inmaduras,
se deslizan las palabras
como bestias en celo.
Un aura violeta,
mudo testigo,
gime sobre la partitura
de las horas.
Sandra Genoud
DESPUÉS DE LA GUERRA
cuando cambien los vientos
el aleteo de los lepidópteros estrenará la luz.
entonces reinará el perfume mortecino de carnosas
florescencias,
en el atardecer serán jauría los murciélagos,
y otra vez los cocuyos iluminarán la noche de los
exhaustos amantes.
dejarán de destellar los machetes,
cesará el tartamudeo de la metralla
y las sierras yacerán inertes.
la balsa de la medusa bajará
como grito aterido por el gran río,
solemne féretro,
hacia el mar color de sangre.
Atila Luis Karlovich
II
La música es lo único que queda después de la muerte.
Un viejo murmullo de lo que fuimos
Quedará suspendido sobre las teas del tiempo.
Acaso alguien camine nuestros pasos
Recorra esas huellas borradas por los borbotones
[de un océano acústico.
Al menos seremos eso:
Viejas sandalias calzadas por una muchacha
[que secunda
Lo que creíamos que era el camino.
Winston Morales Chavarro
ARIADNA
Como animal en jaula me detengo
apunto los ojos a la ventana abierta
y ahuyento el réquiem
que marcha por las calles.
Como animal acorralado
veo una sombra sigilosa
entrar al laberinto.
Tal vez Teseo regresa a liberarme.
Luz Mary Giraldo
TAJOS DE LUZ
Veo flotar el retrato en óleo de mi abuela.
Se asoman los esteros de sus ojos mulatos.
Sus rizos envueltos en una peineta de carey.
Viene con ella un pájaro de agua.
Seguramente para alertar al recuerdo
de la orfandad de los años.
Y como si acunara la infancia de mi casa,
me deja un olor a sancocho de guandú,
me deja tajos de luz en la palabra.
Ashanti Dinah Orozco
EL ÚNICO RECUERDO QUE TENGO DE MI MADRE es el de aquellas mañanas de otoño cuando me llevaba de la mano a la escuela. Miraba la calle tapizada de hojas secas. Me abstraía pisándolas, quebrándoles los huesos de color pardo. Arrastrándose de un lado para otro como un vagabundo con los ojos en un sueño. Haciendo su ruido de semillas que se quiebran.
Yo sólo veo las hojas secas gritando bajo mis pies y las pantorrillas de ella un paso más adelante. El tacón negro de sus zapatos como clavando una espina en la pared. Unas medias veladas. Unos huesos tan extraños como el sabor del agua.
Hay un instante oscuro. Algo que se ha perdido como un mordisco en la mente. Ahora la veo alejarse desde el quicio de la escuela. La merienda en la lonchera. Esa sensación de ser vidrio y sentir que te abandonan.
Sólo veo su espalda alejarse.
Una mujer más bajo la lluvia de las hojas.
Fredy Yezzed
II
MAR, EL VIENTO QUE HE SIDO
Es el mar que va en el viento
y rueda como lágrimas orientales
en inútil travesía
Música voluntaria que he sido
sin objeto
Escasa lucidez que absuelve y repite
mi único corazón.
Hernando Socarrás
PÁJARO DE AGUA, HOJARASCA EN VUELO
Hoy
que soy
pájaro de agua
al despertar
hojarasca en vuelo
al morir el día.
Dina Luz Pardo Olaya
HUESOS YA SON FANTASMAS
No es extraño que un pájaro vigile su esqueleto,
verlo desde la altura o estacionado en las ramas
del árbol.
Patrulla su vuelo para que los gatos y los perros
no carguen con su huída,
pero los huesos ya son fantasmas,
hacen parte del inventario de la tierra,
memoria de antiguas carnes.
Esmir Garcés Quiacha
I
Besa mis párpados
María
Y ponte a corretear por los patios
de mi infancia
toma el cántaro y tíralo tantas veces
al fondo del calicante
corre fuerte y habita mi nombre
corre detrás de las libélulas que invaden el patio
y alargan la tarde
corre y cánsate
rompe el tiempo y encuéntrame
en los patios de mi infancia.
René Arrieta Pérez
LLORAR POR QUE SÍ
He llorado con los ojos secos y los dientes apretados. He llorado con cada palabra extraviando la mirada en el tiempo, mientras el viento sopla y se lleva las hojas de los árboles muertos. Con el llanto de los niños que distraídos tropiezan y caen en las calles. Con la angustia de las mujeres que esperan que sus hijos vuelvan completos de la guerra. He llorado con la soledad del hombre flaco que pide limosnas en el mercado, sin despertar la misericordia de los transeúntes. He llorado hasta los huesos, con el muerto reciente encontrado en una calle de este pueblo solitario, con su sangre que ensucia el pasto y tiñe las flores amarillas del camino. Con la impotencia de los desposeídos, que solitarios recorren sus sembrados de muerte. Las lágrimas me van brotando con los atardeceres sin pájaros, con la ausencia de los míos y la triste noche que trae un insomnio lleno de llanto.
Kenia Martínez Gómez
¡Vete!, dijo mi madre,
y no regreses hasta
que los demonios
hayan desalojado
tu cuerpo.
Desde entonces,
vago buscando
mi lugar
en alguno
de los siete infiernos.
Édgar H. Ramírez Dávila
MIS GUSANOS DE SEDA TIENEN HAMBRE
Añoro darles de comer
pero mi cuerpo cae
mi cuerpo cae y se fractura la piel
los ruidosos cabellos caen infinitos
queda hecha agua la añoranza
es mi paso del cántaro a la tierra
es mi hora de reverdecer el prado.
Diana Agámez
ODISEA
Hablar desde lejos
como si ya fuéramos ausencia.
Declarar con las palabras
el abandono
que dejarán las cosas en nosotros.
Destejer este poema
como si de verdad fuéramos Penélope.
Zeuxis Vargas Álvarez
EL REGRESO
Una extraña atmósfera le determina la vida. Un olor denso y pesado, nunca antes presentido, se cuela por el vestido y se esconde entre el ombligo.
SÍ, sacaron al muerto, pero su olor se instaló en las axilas de la noche, en los pliegues del pañuelo en desuso; se mantuvo ocho días entre las subidas y bajadas de los inquilinos. Tal vez, Dios también utilizó el ascensor inhalando su propio sabor. Es la costumbre de dormir entre el incienso.
Mery Yolanda Sánchez
MEMORIA DE LA AUSENCIA
La ausencia es una porción adelantada
de muerte.
Es no estar afuera ni adentro.
Es una cárcel fétida
signada por la condena de la nostalgia.
Es una calle plena de máscaras.
Es estar de rodillas
sobre las huellas del amor
como esa pordiosera
que ayer en el parque aguardaba
su limosna...
Días y días de rodillas,
como la pordiosera
sobre el duro y frío asfalto del recuerdo.
Beatriz Vanegas Athías
POEMA
Una forma más de adelantarte
a los cuchillos.
Esta dosis de sombra
que hoy te ha tocado en suerte.
Jesús David Buelvas
Después de una pesadilla
cuánto se agradece la vida.
¿Se agradecerá la muerte
después de tanta vida?
Colombia Truque Vélez
PÁRAMOS
hoy anduve muy solo entre los páramos
el mar allá
donde te habías hundido
estaba solitario
hay caracolas huecas
calcinadas
en el silencio de la playa
y el sol cae
destrozado
al paisaje sin vos
me quedo tontamente como una ostra
despojada de su perla
vos abrirás nuevos ojos en otros puertos
lejos, muy lejos,
yo cerraré los míos
Héctor De León Born
OTRA FORMA DE MIRAR EL VACÍO
El silencio tiembla en la oquedad
en cada herida que ya es vacío
transfigurada por el peso
que no soporta
¿Es el vacío aljibe en el que te hundes
al compás de una peonza?
¿O agujero que atrae el peso de todo cuerpo
que necesita trasmutar?
Caer no siempre es fenecer
hay vida después del descenso de la semilla
olvidamos que fuimos núcleo
en el vientre materno
vacío en el que la luz se filtra
a pesar de la dureza de la esfera.
Carmen Alicia Pérez
SON OTROS LOS OLVIDADOS
Son otros los olvidados
exponen al sol las cicatrices
la carne cruda.
Los otros somos nosotros mismos
desterrados,
vacíos.
Con dolor
nos miramos desde la muerte.
Sergio Antonio Chiappe Riaño
PERCEPCIÓN DE LOS DÍAS
Oscuras luces, como flores de vidrio fragmentado
sobre el pavimento.
Así, los días.
Herbert Protzkar Andrade
EPIGRAMA
EDICIONES ESPEJISMOS
REVISTA DE POESÍA
N° 11 y 12
Bogotá D.C
2020