domingo, 2 de agosto de 2020

Herbert Protzkar Andrade


Un hombre camina las viejas calles de Cartagena, lleva anudada la vida para no olvidarla en cualquier esquina ante el asalto de una mirada furtiva. Saborea los recuerdos dulces que se elevan en el viento procedentes del mar, despliega sus alas de poeta para sentir el corazón del cielo. Un hombre escribe poemas al otro lado de la lluvia. 

Bienvenido Herbert Protzkar al Claroscuro. 




Herbert Protzkar Andrade, Cartagena de Indias, Colombia, 1957. 
Profesor de inglés de la Universidad de Cartagena, donde se profesionalizó en Filosofía, y especializó en Ética y Filosofía Política. Diplomado en Formación Pedagógica, y en Formación Pedagógica para la Educación Superior. Fotógrafo y guía profesional de turismo en Cartagena de indias. 
Poemas suyos han sido publicados en magazines culturales de El Espectador (Bogotá), El Universal (Cartagena), en las revistas de poesía: En tono menor, Puesto de combate, Calamar, Luna nueva, Candil, Exilio, Siembra, Ceniza y Epigrama entre otros. 

Publicaciones:  

Desde todos los vientos (1990)
Elementalidades (1991)
Poemas de origen (1993)
Elogios de la luz (1995)
Saudades del olvido (1999)
La máscara de los días (2019)
Pulsaciones del tedio y la vigilia (2019)

Fundador y director de la revista de poesía  Epigrama.



Herbert Protzkar Andrade 
(selección de poemas) 



CONCEPTOS DEFINIDOS

La vida y la muerte: reino de máscaras
y prolongación
de velas encendidas
sobre cada punto suspensivo.


PERTENEZCO

Pertenezco a las sombras, al instante
esculpido por el fuego,

a la luz que se retrae
y a la materia que indigesta

                las premoniciones del vuelo.


NO FLUYE LA VOZ

No fluye la voz si el nacimiento
ocurre
en aguas muertas
al vaciar con indulgencia
los escombros
de la herida que comienza.


APLAZADO RITO

Con la soga al cuello ha de ensayar
de nuevo el ritual cetrino...

Luego vendrán las líneas

que han de formular la demora
por temor a  abandonar
los niños que viven en su cuerpo.

Ellos son quienes
han consentido
el aplazado grito

de la mujer que llevará
las flores
hasta la piedra protectora.



ALGUNA VEZ 

          Alguna vez hablaré desde mi sombra,

         desde los confines de mis miedos,
         donde la caricia
         se bifurca
         y el beso de una madre muere

          como la caída lenta de una gota.



AUSENCIA

El ave se aleja del nido hundiéndose

en los ojos del niño
y del hombre que la observan.

Al regresar es tarde. Lo que queda
es la sima de la ausencia
y unas lágrimas
cayendo sin prisa hacia dentro.


SABER ELEMENTAL

Mariposas hay revoloteando sobre el guayacán
que gesta
orugas y otras perlas.

Saber los secretos de la selva
tal vez nos libera
un poco del sometimiento a la razón:

Ese crecer que tantas veces
al hombre interroga;
más, cuando asume la postura de un dios.


RECREACIÓN

Acabo de recrear tu cuerpo, mujer,

con la dulce
aunque oscura procesión de mis manos
y mis besos
mutilados en secreto
por la incidencia

del abismo creciente entre los dos.




MAÑANA DE LLUVIA

La mañana es gris y pareciera que estuviera lloviendo

en cada rincón del universo;
y que cada gota de lluvia fuera el advenimiento
de un pájaro de agua
acicalado por una mujer que lentamente se desdibuja

ante la rigidez mezquina del espejo.




TARDES QUE VUELVEN

Vuelven las brisas a estas ruinas que somos,

trayendo memoria de los días
en ciernes...
Días memoriosos para el canto en la muerte, estrellas
que gravitan como nueva
razón del asombro.
Cantan los pájaros sobre esta tarde que crece

en un lugar ancho y solo.


                                                            Herbert Protzkar Andrade





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