HONDURA INNOMBRABLE
Me extravío en la contemplación de la sed
y pronuncio las grietas del deseo
con una lengua desconocida y ebria.
El dolor es ahora una nebulosa en la garganta,
una fluctuación salobre,
un fervor palpitante que se agita en la sangre
al pulsar las raíces de la ausencia.
¿Cómo es posible que el amor fuera un navío
fletado hacia la muerte?
¿En qué ruta mi boca se apartó de los besos
que un ángel húmedo había depositado?
¿Qué indicio terrible me arrastró hasta el fondo del océano?
En la mar de las tribulaciones habita un nombre
que ya no existe,
el cadáver de un beso abandonado en la orilla,
un naufragio íntimo
perfumado con las fosforescencias del silencio.
¿En qué instante me dejé seducir por las profundidades?
¿Qué designio me condenó a ser una criatura abisal?
¿Qué verdad pavorosa se oculta entre las multitudes de algas?
Me extravío enjaulada en una cárcel de agua y sal,
en la hondura innombrable
donde sólo fulgura la saciedad del vacío,
donde llorar es una labor inútil y redundante,
donde el amor es una embarcación
que se hunde entre la pesadumbre.
Sandra Uribe Pérez
Colombia
EL MAR
El mar, que es sabio, sabe decir adiós
y retirarse en silencio,
sin forcejeos con la tierra
o sin reclamos a la luna.
Los seres oceánicos lo entienden
y las ballenas cantan al verlo marchar.
Algo de la vida se retira cuando el mar
disminuye su presencia.
Las ostras cierran sus puertas
y conservan gotas del agua que se fue
para sobrevivir durante su ausencia.
El mar se aleja dejando recuerdos sobre la arena.
En los charcos que quedaron
se refugian los animales que más lo extrañan.
Yo lo veo partir, con cierta ternura,
dejando sobre la arena barcos, troncos
y la silla desde donde observo
como se va secando la memoria.
Daniel Matul
Guatemala
FÁBRICA
¿Son flores estas criaturas abismadas?
Mira no más dónde empecé,
de dónde saqué tanta fuerza para cantar como un buen dios
de inundación
en inundación.
Un holocausto más y la vida acaba.
La vida no acaba en un poema,
pero si esa máquina filosofa estúpidamente, habrá
liberación de fantasmas
tendidos sobre los campos.
Y eso sería arte viejo.
El que se desplaza lejos de su campo, flota
en sus cosechas porque no tiene ganado.
Son pájaros en las manos,
humeantes por un vuelo.
No purifico la palabra ni el nacimiento de la materia después
del juego iniciado cuando mi equipo toma la punta.
No purifico tampoco al dios de esta historia.
Estas palabras tienen
su negocio
en la producción
del jardín y del poema
como una matanza pública.
Willy Gómez Migliaro
Perú
De la rabia nace la esperanza,
Hablo desde las heridas de fuego.
Hablo desde el otro lado, del pan ensangrentado.
Soy terrorista
escribo versos molotov,
Incendio mis voces
Soy terrorista.
Mi lengua es un país ingobernable
Insurrectas mis piernas
Mi útero
Mi cuerpo
Soy Eva
Serpiente
Pecado
Y cruz.
Derramo la sangre de todas las caídas...
soy lugar de rebelión y de rabia.
Mi orfandad no es lejana a la esperanza,
soy las niñas que han violado, la espalda lacerada,
un montón de sueños rotos,
he resucitado tres mil veces
hoy estoy de pie para gritar el nombre de todos mis demonios.
Dariela Torres
Honduras
Mi padre murió joven,
su ausencia tiene rostro joven.
Lo recuerdo por las calles
de rostros conocidos:
En el vendedor ambulante,
la mujer de luna fértil
con sus niños de frutas.
En las realidades de cada día
en espera de un resplandor
para el alma silente.
Mi padre ha trascendido a mi vejez
en manifestada suavidad:
en los poemas que le hacen alusión,
en las fiestas de la vecindad,
en la calidez de mi familia
y en mis cabellos canos
que le dejo acariciar.
Edgar Francisco Mata
Costa Rica
INTERRUMPIDAS
Porque todas en algún punto somos mujeres rotas,
de pie, reconstruidas, exhaustas pero fuertes,
con suturas de tiempo,
reivindicando el alma en un abrazo.
En nombre de las que no eligieron,
asumimos el rol sobreviviente.
Las vidas sin derechos en un profundo dolor desanudado
que deja ecuaciones con incógnitas y tramas sin castigo.
Un quiebre intangible sin coartadas,
la honda procesión de los fantasmas
adhiriendo carátula al destino.
Este homenaje es un enjambre de letras sigilosas,
un eslabón perdido de la memoria que todos conocemos,
es el nombre de todas en cada una y en nuestro compromiso.
Nos tatuamos conciencia en esta lucha,
poniéndole palabras al silencio
Imaginando dolores sin respiro,
sangrando por la herida de todas las ausencias.
Paola Ippolito
Argentina
EL ZAGUÁN DE LAS BEGONIAS
Cuando él se marcha
ella mastica la tierra
hasta romperse los colmillos,
la guarda en el fondo de su laringe,
y las lombrices crecen en su pecho.
Inclinada en el jardín de las begonias,
vomita hasta el amanecer,
cansada, con los senos agrietados,
guarda ese olor de animal crudo,
espanta los alacranes
que se albergan en el lodazal,
despide a los cuervos de su memoria.
Elizabeth Córdoba Pérez
Colombia
CUENTAGOTAS
Marcas mi muerte a diario
pienso dejarte y
tengo miedo a estar sola.
Prefiero este cuentagotas
marcando el almanaque de mi cuerpo,
en mis oídos tu voz
mostrándome tus garras, tu cuchillo, tus dientes.
Todos miran y saben.
Me arrojan al silencio.
Nadie abre mi puerta,
por dentro mis llaves están rotas.
Nedy Cristina Varela Cetani
Uruguay
LA NOCHE
La del sueño
La de las confidencias
La de las distancias
La de las llamadas
La de los escritos en mesas duras
La que acompaña la sombra que se alarga
En las paredes solitaria
La noche, la luna
Papel en blanco
Y unos ojos
En otros ojos
La noche.
Miguel Ángel Ferreira
Argentina
ESPERANZA
Siempre habrá un hilo de luz
colgando de ninguna parte.
Un hilo
que soporte nuestro peso
un hilo
de donde sostenerse.
Sergio Antonio Chiappe Riaño
Colombia
ENTRA-MAR
Antología Poética (Tomo II)
ENTRA-MAR
Antología Poética (Tomo II)
Compilación y Prólogo
Por Edilson Villa M.
SAKURA
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EDICIONES
Bogotá, Colombia
2019