Alex Roalva conversa con el desparpajo de un poeta sin ataduras. Sus respuestas pueden a primera vista ser fuertes (y lo son) porque provienen de una persona que ha tocado fondo y desde allí grita la oscuridad del mundo.
Sus poemas hablan de hombres y mujeres, de soledades, abismos, encuentros, apegos, de las limitaciones del tiempo y de las limitaciones del alma.
El poeta escribe. Esa es su manera de encender las luces.
Bienvenido Alex a las hojas de Claroscuro.
*¿Cómo fue tu encuentro con la poesía?
Me gustaría decir que nací para esto de escribir poesía. Decirles que a los cinco años empecé a escribir mis primeras letras, que cuando veía un atardecer lloraba, pero no, mi encuentro con la poesía fue de momento, un despertar de golpe.
A los catorce años, una vez, sentado en la oficina de mi padre, en un periódico de mi país, pude ver un anuncio sobre un taller de literatura impartido por Julieta Dobles. Laureano Albán y Ronald Bonilla. Me interesó de inmediato, llamé y les dije que yo tenía un talento extraordinario para la poesía, que era el testículo derecho del mismísimo Dios al escribir. Quien contestó en ese momento fue Julieta, noble y de altura intelectual, no se dejó opacar por mi cuento de hadas maniatadas. En ese momento me senté a escribir mi primer poema llamado "Vértice del recuerdo" -ahí lo pondré, lo compartiré sólo por referencia-. En ese momento solo sabía que la poesía se escribía en versos, que se ponían palabras en fila hacia abajo, que era de amor (la estupidez siempre asume eso) y que debía llevar un título, es decir, debía ser como veía uno las canciones en los libretos de los discos de música. Así hice mi primer poema.
Debía llevar un aproximado de 20 fotocopias, además de algún producto alimenticio para compartir, yo decidí llevar un vino tinto de caja (el del abastecedor era amigo mío) y mis cigarros. Luego de escuchar un par de poetas, entre ellos a Ronald Campos, un excelente poeta, llegó mi turno, no sabía cómo mierdas leer el poema, temblaba la mano que sostenía el papel, tenía una presión en mi pecho digna de un infarto. Leí, leí como leen la biblia en las iglesias, rápido, sin sentido alguno; Laureano tomó el poema, lo leyó, ¡fue tan diferente!, todo sonaba mucho mejor, hasta lo patético, hasta lo mal escrito, hasta lo bello sonaba más bello aún.
Luego de críticas, unas fuertes y otras nobles y cálidas, mi poema fue el punto de partida, fue, en palabras de Laureano "Un poema publicable". -Mi primer poema publicable-me dije. Después de ahí no existió nada más, así, como quien no busca el amor y termina al final, buscando un arma para acabar con la soledad, la poesía me encontró, buscó entre los desdichados más ineptos, torpes y autodestructivos, y me encontró. Por lo visto, la poesía también se equivoca.
*¿Qué es ser poeta?
Ser poeta...¡Ah maldita ironía del ego mismo!
Ser poeta no es un estilo de vida, quien diga eso, o te quiere engañar para hacerse ver mejor de lo que es, o te quiere coger.
El poeta, por naturaleza, ¡oh sorpresa!, no es más que cualquier persona, un tipo o tipa escribiendo poemas, que no todo el mundo puede hacerlo, estamos claros en eso, pero no cualquiera hace el muro de una casa. No cualquiera hace la costura de los zapatos. No cualquiera puede hacer una instalación eléctrica. En fin, sabemos de sobra que muchos intelectuales de bolsillo han querido meter al poeta en un nicho incomprensible e incomprendido, y hasta sabemos que muchos quieren llegar ahí, quieren ser vistos como los eternos malditos. Ellos quieren ser poetas malditos, quieres ser leídos con el asombro de mentes pequeñas, abrumadas por el talento odioso de un mal innecesario. Ellos quieren ser Bukowski, pero, ¡vamos seamos serios! Hasta Bukowski quería ser Bukowski. No hay ninguna novedad detrás de un poeta que juega al incomprensible dios de los versos y sus cigarros, drogas y alcohol, están también los que detrás de su baja estima propia, se meten en mundos de letras y cada vez que conversan con otra persona, sacan las mejores frases dichas por otros escritores, mostrando qué tanto leen y qué tan poco criterio tienen ante las situaciones.
Muchos, demasiados tipos de poetas , así como muchos tipos y clases de personas, de ahí la riqueza del estilo propio. De ahí el abanico amplísimo de estilos y tendencias.
¿Qué es ser poeta? Ser poeta es escribir poesía. Todo, absolutamente todo lo demás, es pura pose añeja y oxidada.
*¿Cuál consideras es la importancia de la poesía?
La poesía, una diosa que nos elige de entre tantos y tantos aspirantes que desean el rubro de la decadencia en sus vidas, tiene la mayor trascendencia a nivel de comunicación, esta, va más allá de la retina o del oído, esta es un martillo violento hostigando los pechos de las personas que le siguen. La poesía, en sí misma, es un ser dulcemente tenebroso que entra caminando en silencio pero golpeando los muros de la razón, y su importancia es la acción que aún no se ha dado, esa que se nos escapa de las manos con cada recital donde le poeta quiere figurar por encima de la poesía; la expresión urgente del alma, por todos y para todos. Esa es la importancia de la poesía.
*¿Cómo es la relación Poesía-Dios?
Creo que es la pregunta más sencilla para mí. Aunque a mis catorce años era católico, dirigente pastoral y luego catequista de confirmación (anduve en malos pasos en ese entonces), ver desde adentro la farsa risible de la religión, y además, tener el conocimiento de lo que es, me llevaron a la decisión de no creer en la existencia de un dios, y no por la religión, si no, por la respuesta ausente de este supuesto ser ante el mundo.
Así que, ningún dios tiene relación con la poesía, de ser así, y si pudiera elegir, preferiría a Dionisio.
*¿Cómo es la relación Poesía-Amor-Sexo?
Acá entramos en otro asunto, esto es real, tangible, palpable, lamible, penetrable y doloroso en cualquiera de los tres casos. Acá estamos frente a la verdad.
El primer poema de todo poeta será siempre de amor/odio, con rencor adolescente y amor estúpido y desvelado. Será este poema la marca de agua para toda una eternidad en un estilo que un poeta adquiere, así como el primer amor, el primer poema deja huella, se nos clava en el pecho y suelta su gusano insolente que crece.
El sexo relacionado con el poema sale tarde en muchos casos, primero debemos librarnos de la idea del poema, la novia, la eternidad y la mierda completa que puede ser este ritual de suicidio a punta de estupidez, pues bien sabemos que los primeros amores son torpes, enérgicos si, pero torpes hasta decir basta, al igual que los poemas.
Como en el sexo, el poema puede ser peligrosamente precoz, descuidado y egoísta, puede ser despreocupado e irritable, o bien puede ser aburrido, estrictamente metódico , limitado de expresión real y vivacidad. Se penetra la mente del lector o escucha, se les hace vibrar o morir del aburrimiento.
Sexo, amor y poesía más de la mano no podrían ir, la una no podría existir sin la otra, un mensaje de texto podría ser un mal poema con excitante desenlace de desnudez, por otro lado, un poema completo, de gran extensión y cuidado en estilo y demás, podría ser el asesinato premeditado de una buena revolcada o de un dolor interminable, de esos que dan vida, de esos mal llamados "amores".
*¿Qué palabras trazan el mapa de tus poemas?
El mapa de mis poemas... Pienso en las veces en que mi mente viajó a lugares donde yo estuve alguna vez, desmoronado, adolorido, sonriente, feliz o sencillamente sin existir, cada vez que escribo, tanto la verdad vivida como la mentira por vivir, se vuelven una sátira asquerosa que me secan la garganta y hacen temblar mis manos.
Escribir dejó de ser un ejercicio, me es necesario además de natural, cuando no escribo, pienso poemas que no saldrán nunca a la luz, abortos negros de sentimientos y criterios que me lloran en el oído y les asesino de olvido. Así se me hace la poesía, se me hace cotidiana. Esa es la palabra que traza mi poesía: cotidianidad.
Yo no escribo para intelectuales, a esos no se les queda bien nunca. Ellos se masturban con sus textos y no existe nadie más que tenga la razón o la belleza en sus manos, solo ellos. Yo escribo para cualquiera, para el cualquiera, para el supuesto "Don Nadie", para ese que puedo ser yo mismo. Yo escribo para los que no piden cuota de agradecimiento por su existencia, para esos yo escribo. Mis poemas nunca serán el ejemplo de una estructura clásica, escribo lo que siento, como lo siento y pensando en quienes sienten como yo; ese obrero, esa mesera, microempresaria, doctora, abogada, empleada doméstica, en fin, escribo para no quedarme callado, de ahí que la cotidianidad es la que da de comer al mapa de mis poemas.
*¿Hacia dónde va la poesía?
Tiendo a ser pesimista en todo. Autodestructivo, como lo dije con anterioridad. Si embargo la poesía, al igual que los demás géneros de la literatura, van en franco crecimiento, no es casualidad el ver cadenas de librerías creciendo cada día más. Que lo que mas venden es literatura mierda, pues sí, efectivamente, pero me gusta creer que es el inicio para alguien que luego sentirá la necesidad de indagar en literatura mucho más específica y pensante. Me gusta creer que quienes leen a Coelho, tendrán la oportunidad de sentirse inquietos ante un libro de Saramago, o un poemario de David Monge Arce, o un poemario de Cristian Alfredo Solera, Soren Vargas, Kafka, Laura Quijano (David, Solera, Soren poetas ticos; Laura Quijano Vicenzi novelista tica), en fin; me gusta creer que saltarán de pronto a un mundo nuevo, que tuvieron el entrenamiento de leer lentamente para prepararlos a entender algo un poco más elaborado.
Ahora, no sabremos hacia dónde va la poesía si el poeta no sabe hasta dónde quiere llegar o si solo quiere llegar a ser un premio de literatura, y ya. No sabremos el camino trazado si el vehículo que somos para la poesía, no se esfuerza por ser algo más que una puta para los intelectuales de cada uno de nuestros países.
La poesía es un dios maldito, ¡una diosa!, la poesía es también un maldito demonio. Necesitamos sacarlo a la calle, venderlo, negarlo tres veces y que lo crucifiquen, necesitamos convertir a la poesía en un mal necesario para todos, y comunicarnos con todos, dejar de masturbarnos con nuestros versos y permitir que alguien externo lo haga, debemos dejar de declararnos poetas y esperar a que los demás nos invoquen como tales; debemos mandar ese ego a la puta mierda y caminar silenciosos, como quien entra a un templo, pero explotando de fe y esperanza de que algo sucederá.
Debemos ir a fábricas, parques, parqueos, buses, taxis, bares de mala muerte (no reguetoneros por nuestra seguridad), debemos unirnos y hacer chivos con bandas de rock, ¡con todo!, debemos llevar la poesía donde debe llegar: a cualquier oído, a cualquier retina, a cualquier mundo que lo necesite.
Decía una vez que el poeta que crea que con su poesía está cambiando al mundo, está totalmente equivocado, pero el poeta que deja de creer esto, está totalmente perdido. Sin más, ¿Hacia dónde va la poesía? Mi respuesta siempre será la misma: hacia donde sea necesario, sobre todo, si es hacia esa persona que no sabe lo que es la poesía, esa persona que es como fuimos nosotros alguna vez.
Costa Rica, San José.
domingo 9 de octubre de 2016
Alex Roalva. Poeta Costarricense.
El invitado
Alex Roalva poeta costarricense que a sus 14 años inicia en el mundo de la poesía ingresando al taller de literatura de El Círculo de Poetas y Escritores Costarricenses, en el cual conoce a Laureano Albán, Julieta Doble, Ronald Bonilla, Ronald Campos y Cristian Alfredo Solera, grandes poetas de Costa Rica.
Abandona sus estudios de secundaria debido a una fuerte adicción a las drogas, hasta llegar al termino de utilizar disolvente o pega para drogarse, claro está, a falta de dinero lo que pudiera meterse sería lo mejor.
Al salir del colegio labora en una gran imprenta, una muy reconocida a nivel latinoamericano, en la cual trabaja en un horario de siete de la mañana a ocho o nueve de la noche, haciendo descarga de rollos y rollos de cartulina, lo bueno era que daba para el alcohol y las drogas.
Entra de lleno a la iglesia católica, surgiendo como una joven promesa de la guía necesaria a los demás muchachos. Ahí conoce la hipocresía de las religiones, la inexistencia de todo dios y la poca importancia que tienen los demás ante los ojos de los religiosos que sólo se dedican a orar.
A los veintidós años crea y es director del grupo Los hijos del barro en Tejar del Guarco, Cartago, el cual fue un taller que nace por la necesidad de varias personas que como él desconocían la poesía pero querían intentarlo. Tuvo a varios jóvenes en este taller, los cuales no pasaban de una escolaridad de primaria y los llevó a ser un grupo reconocido en la provincia, presentando sus proyectos en varios espacios culturales de Cartago y llevando a estos muchachos al conocimiento de la poesía.
A los 25 años saca su primer poemario llamado Andamios de confesión, donde expone una poesía seleccionada desde sus 14 años, en el cual, incluye su primer poema escrito "Vértice del recuerdo".
Tiene varios recitales con artistas reconocidos , y en el 2010, un grupo de músicos costarricenses se encarga de hacerle un homenaje en vida.
A sus 35 años, retoma sus estudios de secundaria, siente pena de su verdad y sigue escribiendo, ahora con bellas interrupciones de sus dos hijas y su esposa.
Pueden visitar:
http//alexroalva.blogspot.com
En Facebook, Twitter e Instagram como Alex Roalva.