Pensemos en un árbol; en un árbol fuerte que se levanta bajo el sol. Ahora pensemos en las raíces de aquel árbol: profundas, sedientas, navegando en la oscuridad de la tierra. Ahora imaginemos su luz, la luz más grande, una luz circular que envuelve su entorno, su follaje. Por último, pensemos en el viento, un viento nocturno que se trepa en la corteza y quisiera derribarla. Todo el árbol, toda esta imagen de vida y asombro es la poesía de Sergio Chiappe. Su obra se ha erigido en la fuerza vital del lenguaje, en su honestidad. Su poesía piensa, reflexiona, se aferra; es la transición entre vida y tiempo, entre luz y ausencia. Su poesía es un canto del silencio.
Felipe Donoso Suárez
La persistencia de las lágrimas; Sergio Antonio Chiappe Riaño; Edición Cartonera/La Sociedad Perdida; Colección En llamas; Pasto, Colombia, 2020. Libro impreso y elaborado manualmente como una obra en serie. El tiraje es de 100 ejemplares y cada uno tiene su propio diseño de portada, elaboradas por el pintor Fabián Paz.
La persistencia de las lágrimas es un poemario divido en tres momentos. El primero, el más extenso, abre con un poema sobre el temor irracional que representa la sociedad actual vista desde la óptica del poeta, este temor va desencadenando diversas presencias de la soledad, unas lejanas, otras más íntimas y personales. El segundo momento es un canto a la esperanza y el tercero ofrece la redención a través del invaluable amor que entraña un recuerdo.
La persistencia de las lágrimas
Colección/En llamas
Primera Edición/2020
Edición Cartonera/La Sociedad Perdida
Pasto, Colombia
Colombo fobia
Tengo miedo a ese canto de muertos
que ronda mi casa.
trazan círculos erráticos,
aletean en las cornisas,
picotean las ventanas
zurean mi nombre,
conjuran mis culpas.
Tengo miedo a ese canto de muertos:
aquelarre de palomas a las puertas de mi casa.
Lastimero tañido de campanas.
Herrumbre
Como piezas de hierro
que carcome la herrumbre,
así la maleza crece
entre los huesos
así se detiene un viejo reloj de cuerda.
El tiempo se desprende
y cae
como hojas de las ramas.
Así la vida
se desvanece entre lluvias.
Así volvemos a la muerte.
Reencuentro
Volveremos a encontrarnos,
llegarás con tus manos
untadas de sal
llegaré con el tiempo justo
para ofrecerte las heridas de mi cuerpo,
las flores que coseché a lo largo de la vida.
Tu cuerpo caminito de termitas
Conozco tu cuerpo,
cada fisura,
cada pequeña sombra.
tu cuerpo mar:
100 velas desplegadas,
las lunas de todo un siglo.
tu cuerpo tierra:
canto de maderos,
aire de ocarinas.
Tu cuerpo en mi cuerpo
descontando instantes,
depurando memorias:
perfecto salón de espejos.
Tu cuerpo caminito de termitas,
renovándose en el tiempo
y el tiempo pendulando imperturbable.
Tu cuerpo, las lunas de todo un siglo.
El fuego se va apagando
El fuego se va apagando
hasta volverse humo.
Los sillones conservan
el peso de las almas
que se fueron con la lluvia.
La escalera cruje
añorando la edad de las risas,
a el barandal lo cubre
el mohoso manto del olvido.
La casa retumba
con el macizo silencio de la niebla.
El viento silba en las hendiduras de la nostalgia.
La lluvia persigue gorriones
Dime si la lluvia aún persigue gorriones,
sí llora sobre los cuerpos de
pequeños ángeles desnudos.
Dime si debo esperarla
detrás de una ventana
como cuando era niño
o voy a su encuentro
con el alma acunada entre las manos.
La niña
La sacaron de su casa humilde,
de su cama dura,
de su patio de tierra seca.
Deshojaron sus sueños.
Suplicó la muerte
pero la muerte
no atiende suplicas.
En la casa humilde,
sobre la cama dura
una mujer anciana palpa el vacío
buscando los brazos de su hija.
Afuera el patio,
la tierra seca,
los días oscuros.
De noche
De noche puedo escuchar el corazón de los peces,
el batir de alas de pájaros errantes,
el silbo del viento en habitaciones vacías.
De noche puedo ver a mis muertos asomarse
por los resquicios de la niebla.
Traen entre las manos flores mustias.
La noche canta con otros acordes,
ella tiene su propio dios.
Alguien que viene de lejos
Colecciono flores yertas.
Alguien que viene de lejos enciende una lámpara
y baja a los abismos.
Yo estoy allí
acurrucado en el oscuro vientre de la noche.
Estoy allí
y el viento aúlla dolorosamente.
Alguien que viene de lejos me trae de regalo
una migaja de fe.
Me aferro a su mano
e intento la vida
que todos dan por hecha.
Sergio Antonio Chiappe Riaño
Bogotá, Colombia, 1972
Sergio Antonio Chiappe Riaño (Bogotá, Colombia, 1972). Tecnólogo Químico, poeta y gestor cultural, coordina el blog de poesía Claroscuro. Actualmente reside en la ciudad de Neiva.
Poemas suyos hacen parte de diversas antologías tanto virtuales como impresas publicadas en Colombia, España, Perú e Islas Canarias. Ha participado en varios encuentros literarios realizados en Colombia. Algunos de sus poemas han sido traducidos al portugués y al italiano.
Ha publicado dos poemarios; El árbol de los ahorcados (Rosa Blindada Ediciones, 2017), y recientemente La persistencia de las lágrimas (La Sociedad Perdida, 2020). En el año 2018 en Lima, Perú su primer libro fue distinguido con el Fajín de Oro otorgado por la Revista Cultural Olandina.
La poesía de Sergio Antonio se caracteriza por el manejo de un lenguaje sencillo y decantado, en sus trabajos se evidencia la creación de una voz poética cuya unidad temática se va descubriendo a la luz de una atmósfera nostálgica e introspectiva.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario