La vida es esa cosa que te pasa mientras vives. Es la poesía.
Omar Ortiz Forero despliega su mirada sobre los recuerdos, conversa con sus fantasmas, baila con las muchachas de aire, es cómplice de los árboles y de la lluvia.
Bienvenido poeta a las páginas de Claroscuro.
*¿Cómo llegan a ti los poemas?
Omar Ortiz Forero despliega su mirada sobre los recuerdos, conversa con sus fantasmas, baila con las muchachas de aire, es cómplice de los árboles y de la lluvia.
Bienvenido poeta a las páginas de Claroscuro.
*¿Cómo llegan a ti los poemas?
Mis poemas tienen mucho que ver con mis tiempos vitales. A pesar de que mis obsesiones, mis preocupaciones, simpatías y antipatías están muy definidas desde digamos mi infancia, por ejemplo siempre he detestado la injusticia, la hipocresía, el autoritarismo, para citar algunas de mis aversiones y en cambio desde muy niño me atraen ciertas formas y colores, como los que podemos encontrar en un siete cueros florecido, los años te van curtiendo en esa aventura que es la vida y vas acumulando nuevas miradas, nuevas sensaciones, nuevas lecturas de eso que llamamos, la realidad, que no es otra cosa que la manera como damos la cara a nosotros mismos y a los otros.
Entonces las emociones, las pasiones van pendulando, mientras el tiempo va depositando su residuo inexorable. Y eso tiene que ver necesariamente con la escritura que se va resolviendo primero como imagen y luego como palabra. Que las segundas no acaben desvirtuando o traicionando a las primeras en el poema.
*¿Qué representa la poesía en tu vida?
Digamos que la vida misma. Soy de los que creen que poesía y vida no se pueden apartar. No podemos decir, por aquí va la vida y por allá va la poesía. Porque la poesía tiene que ver con lo esencialmente humano, con el descubrimiento de nuestras miserias y el esfuerzo que estamos obligados a realizar para transformar esas carencias en creación y belleza. Convertir la arcilla en un objeto precioso, como diría Octavio Paz.
*Por lo general quienes escribimos poesía tenemos palabras recurrentes sobre las cuales gira nuestro pensamiento poético. ¿Cuáles serían esas palabras para ti?
Te puedo anotar algunas palabras que me deleitan o me conturban: árbol, muchacha, río, tren, ventana, paujil, madrigal, pájaro, jardín, espejo., circo, luna, baúl, mantel, armario, altillo, higuera, seno, cabello.
*¿Cómo es tu entorno poético?
Los seres que amo, mis lecturas y mis muertos.
*¿Qué has encontrado en la poesía?
Una manera digna de enfrentar la ramplonería, la estulticia, y la uniformidad con que pretenden avasallarnos desde los centros de poder. La poesía es la mejor bandera de la libertad.
*Del Omar Ortiz Forero de La tierra y el éter (1979) al de hoy día. ¿Qué ha cambiado, qué se ha mantenido?
Me he vuelto viejo, lo que me pone en una mejor situación para gozar la vida y he mantenido mi terquedad incólume.
*Por qué escribir poesía?
Porque en mi caso es una fatalidad. Mi tía abuela, Rosita, que me narraba historias cuando yo apenas contaba con cuatro años de edad y me encontraba aquejado de una enfermedad que me impedía el movimiento, me ayudó con sus narraciones a soportar el tiempo de quietud, pero me activó para siempre mi capacidad de curiosidad y de asombro. En eso sigo siendo niño y los niños nunca perdemos nuestra vocación al juego y a las travesuras.
El invitado
Omar Ortiz Forero, Bogotá, 1950. Actualmente vive en Tuluá, Valle del Cauca.
Es abogado de la universidad Santo Tomás, escritor y gestor cultural.
Desde 1987 dirige la revista de poesía Luna Nueva.
Fue colaborador habitual del Magazín Cultural del diario El Espectador durante diez años, columnista en los diarios El País y Occidente de Cali.
Ganador del XII Premio Nacional de Poesía Universidad de Antioquia (1995)
Actualmente es profesor de la Universidad Central del Valle (Tuluá) y dirige el Centro Cultural Gustavo Álvarez Gardeazábal.
Publicaciones:
La tierra y el éter (1979)
Que Junda el Junde (1982)
Las muchachas del circo (1986)
Diez regiones (1987)
Los espejos del olvido (1991)
Un jardín para Milena (1993)
El libro de las cosas (1995)
La luna en el espejo (1999)
Diario de los seres anónimos (2002)
Es abogado de la universidad Santo Tomás, escritor y gestor cultural.
Desde 1987 dirige la revista de poesía Luna Nueva.
Fue colaborador habitual del Magazín Cultural del diario El Espectador durante diez años, columnista en los diarios El País y Occidente de Cali.
Ganador del XII Premio Nacional de Poesía Universidad de Antioquia (1995)
Actualmente es profesor de la Universidad Central del Valle (Tuluá) y dirige el Centro Cultural Gustavo Álvarez Gardeazábal.
Publicaciones:
La tierra y el éter (1979)
Que Junda el Junde (1982)
Las muchachas del circo (1986)
Diez regiones (1987)
Los espejos del olvido (1991)
Un jardín para Milena (1993)
El libro de las cosas (1995)
La luna en el espejo (1999)
Diario de los seres anónimos (2002)
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